Si sigues pensando que simplemente no puedes dejar de preocuparte, entonces tratemos de darte algo más que hacer con tu tiempo. Después de todo, es posible que no puedas hacer nada con la preocupación, pero Dios puede ayudarte si es que realmente quieres sobrepasarla. Aquí te doy algunas ideas:

1. Toma un Día a la Vez.

Digamos que el día de hoy tienes 100 dólares en tu cuenta de «vida» en el banco. Haces uso de un poquito de ese dine­ro con el simple hecho de pararte y vestirte y prepararte para el día. Haces uso de un poco al pensar sobre tu exa­men que presentarás en la escuela o en el ensayo para la obra de la escuela, y ahora, sólo te quedan 80 dólares para el día y apenas son las 8 de la mañana.

Para las 10 a.m., descubres que tu amiga Jorgelina está eno­jada contigo y que olvidaste por completo entregar la tarea de matemáticas, del día de la semana anterior que no fuiste a la escuela porque estabas enfermo. Tu maestro está un poco molesto contigo; y ahora sólo te quedan 60 dólares.

Antes del mediodía, estás preocupado acerca de cómo le puedes hacer para entregar esa tarea de matemáticas, cuando sabes que tu familia quiere salir en la noche. Aún tienes que presentar en la tarde el examen de historia y no te sientes muy seguro de estar preparado para hacerlo. Sabes que tu papá estará muy enojado si obtienes otra calificación de lo que él piensa que es menos de tu mejor esfuerzo. Para esta hora; el día no ha avanzado ni la mitad, y sólo te quedan 30 dólares.

Mientras caminas de la escuela de regreso a casa, estás tan preocupado que no logras ver al niño con su bicicleta que viene sobre la banqueta y tienes que brincar fuera de su camino, lo que provoca que tus pantalones se manchen cuando chocas contra el poste de luz. ¡Nada ha salido bien el día de hoy!

Llegas a tus últimos 10 dólares. Tu mamá te dice que saques a pasear al perro cuando lle­gues de la escuela, y el perro se suelta a correr. Tienes que ocupar tiempo para perseguirlo y aún tienes tarea que hacer. Ahora sólo te quedan 10 dólares en tu cuenta de vida.

Literalmente, has gastado la mayoría de tus dólares en preocupaciones del día. ¿De qué forma puedes hacer un depósito para que las cosas vuelvan al buen camino, antes de que gastes todo por completo?

¿Qué hacer cuando ya no puedes más? Regresa a través de tu día. ¿Cuándo pudiste haber aumen­tado tu cuenta en el banco? ¿Cuándo pudiste haber es­cogido hacer algo más que preocuparte?

Tú pudiste haber empezado tu día con una oración. Pu­diste agradecerle a Dios por haber estado contigo a lo largo de la noche y haber pedido su ayuda para el resto del día, mientras tomabas tu examen y los ensayos de la obra. Pu­diste haberle agradecido otra vez por ayudarte y salir por la puerta de tu casa con una cuenta de banco llena.

Cuando descubriste que tu amiga estaba enojada con­tigo, pudiste escoger encontrar el problema y tratar de solucionarlo rápidamente. Pudiste haber tomado un tiempo para hablar con ella y decidir cómo manejar las cosas; pudiste haber tratado de solucionar el problema en lugar de sólo preocuparte por él.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “El Campo de Batalla de la Mente Para Niños”

Por Joyce Meyer

Lee Tira Todas Tus Preocupaciones 2

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