Es fabuloso ser popular. Es grandioso ser alguien a quien los demás conocen y quieren estar con él e invitarlo a todo. Es fabuloso, o al menos lo es así para aquellos que están fuera de la admiración de la popularidad. ¿Qué pasa realmente desde adentro? ¿Qué está pasando en la mente de aquellos que quieren aparentar que harían lo que sea para mantenerse popular? ¿Vale la pena vender tu alma?

El que seas popular significa que crees que tienes el poder, que puedes conseguir lo que quieres, hacer que otras personas consigan lo que quieres, sentirte impor­tante en la escuela, etc. Cuando eres la persona popular, algunas veces te olvidas de ser la persona que piensa y actúa de forma independiente a la del grupo.

El Problema de Pensar Como el Grupo.

En la actualidad existen en el país muchas pandillas ju­veniles. En parte, estas pandillas existen porque los niños han caído en la idea de que ciertos miembros del grupo tienen poder y, si ellos quieren tener algún tipo de poder también, tienen que ser parte de la pandilla. Estos ni­ños piensan que si el grupo hace ciertas cosas, entonces eso está bien. Ya sabes, es eso de hace mucho tiempo «si todos están brincando o jugando o haciendo el ridículo, ¿vas a hacer lo mismo también?».

Lo triste es que esa manera de pensar es incorrecta. Una vez que eres parte de la pandilla y has renunciado a la habilidad de pensar por ti mismo, has perdido el poder. De hecho, te has perdido a ti mismo y estás metido en más problemas de lo que piensas. Lee Gálatas 6:1-5.

Está bien ser popular. Está bien caer­le bien a los demás, pero caerles bien por lo que eres realmente, como un hijo de Dios. Conviértete en un líder compartiendo tu sonrisa, tu amabilidad, tu amistad y tus creencias con aquellos que están alrededor de ti. El decir la verdad acerca de quién eres es lo que te dará li­bertad de ser tú mismo. Cuando no estás de acuerdo con las opiniones populares, está bien expresarlo. De hecho, debes decirlo para ser sincero contigo mismo.

Sal del Montón de Gente.

Nosotros vivimos en un mundo donde se recompensa al conocimiento. El conocimiento es poder, o al menos eso es lo que se nos enseña. Si sabes algo que las demás per­sonas no saben, entonces tienes una ventaja sobre ellos. Esa es la forma en la que el mundo piensa.

¿Cómo piensas tú? ¿Qué es lo que te ayuda a sa­ber cuando es mejor estar fuera del montón de gente y no tratar con todas tus fuerzas por entrar? Cuando piensas en eso, tienes en tus manos la in­formación más poderosa que el mundo haya conocido. Tú tienes la clave para la salvación y la vida.

Una de tus mejores armas es la Palabra. Lee Juan 8:31-32. El conocimiento de la verdad de Dios debe estar den­tro de ti y renovar tu mente con su Palabra. Si quieres ser inteligente, tener conocimiento, saber cosas, hazlo entonces desde la Palabra de Dios. Conócelo y tendrás el verdadero poder.

Conoce a Jesús.

Si no estás seguro de conocer a Jesús, entonces conócelo. Si no lo conoces muy bien, pídele a tu familia o a tu pastor que te cuente más acerca de Él. Jesús es  tu amigo. Él está dispuesto  a guiarte en cualquier mo­mento que se lo pidas. Él murió por ti. Te ama tal y como eres. Que no te engañen.

No permitas que nadie cambie tu mente. Usa la verdadera sabiduría que viene a través de la oración y a través de leer la Biblia, y mantén tu mente y corazón en Cristo Jesús. Si quieres compartir alguna noticia, comparte enton­ces las Buenas Nuevas. Tú has sido llamado a hacerlo. Deja a alguien más el chisme, las malas noticias y los pensamientos equivocados. Tú no los necesitas. Que tu luz brille por los pasillos de la escuela.

Extracto del libro “El Campo de Batalla de la Mente Para Niños”

Por Joyce Meyer

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