Creo además, sinceramente, que otra forma de reno­vación constante es la práctica del amor que hemos descrito en el capítulo anterior. Hay que ponerse al servicio de los demás y, en medio de ese esfuerzo o trabajo, esperar la bendición de Dios. En mi desarrollo profesional -soy diseñador gráfico-, muchos piensan que soy un buen creativo, aunque yo no me conside­ro un gran maestro. Dentro de nuestro mundillo se recuerda frecuentemente la cita famosa de Picasso: «Que baje la inspiración y me pille trabajando». Si apli­co esta sentencia a mi vida espiritual, lo que deseo es que la bendición de Dios me pille mientras estoy traba­jando a su servicio, porque esto me permitirá ser más creativo y efectivo al transmitir lo que Dios me da a mí para compartir a los demás. Si la inspiración me coge en el momento en que estoy estudiando su Palabra, posiblemente me revelará algo más de lo que yo, por mí mismo, soy capaz de ver en las Escrituras.

Lee la Biblia, dedica tiempo cada día, estúdiala, inves­tiga, busca recursos y herramientas, ten auténtica sed de conocer el significado de sus enseñanzas. No te conformes con memorizar unos pocos textos, los cuales ni entiendes ni comprendes y por lo tanto no puedes aplicar a tu vida.

Recuerdo un adolescente que sabía casi media Biblia de memoria, pero no entendía casi nada de aquellos textos que memorizaba. Frecuentemente le decía: «¿De qué sirve conocer si no sabes cómo aplicarlo a tu vida?» Espero que tu tiempo devocional sea algo más que un mero trámite para cumplir con Dios; es­ pero que no se limite a una simple lectura y la oración de rigor. Descubre, investiga, conoce para que nadie pueda engañarte usando la Biblia.

Como este proceso no siempre es fácil, y pronto aban­donamos el mandato de renovarnos de forma conti­nua, te recomiendo que busques a otras personas para apoyarte (Hebreos 10.24). Tener relación con otras personas que creen en Jesús y que tienen más experiencia que tú es importantísimo para mantener una decisión de compromiso. Es lo que habitualmente llamamos «comunión». Esto no es lo mismo que sim­plemente ir a la iglesia o estar con otros «creyentes» porque muchas veces, sobre todo a vuestra edad, los «creyentes» se comportan más como no creyentes que otra cosa. ¿Con cuántos de tus amigos puedes orar? ¿Con cuál de ellos puedes hablar de cosas que aprendes de la Biblia? ¿Cuáles de ellos te ayudan a cuidar el lenguaje y las actitudes incorrectas? Hay que fomentar amigos de este tipo si quieres que dure tu compromiso de ser transformado por Jesús.

Si quieres renovarte cada día, acude a las Escrituras con una actitud de aprendizaje real, con una actitud de conocer auténticamente a Dios a través de la mis­ma y busca personas que realmente te puedan ayudar en el proceso.

Extracto del libro “Soy Diferente y Qué”

Por Israel Martorell Alonso

2 COMENTARIOS

  1. Pregunta q le pasa desapercibido en el tema. Por favor si es más claros con ejemplos así tendremos más exactitud sobre el tema. Gracias.

    • Hola Carlos. ¡¡Bienvenido!! Leer la Palabra de Dios, creer la Palabra, declararla en fe, orar y adorar a Dios, practicar el perdón y el amor, son maneras prácticas de renovarnos día a día. Bendiciones!!

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