«Primero nosotros formamos hábitos, luego los hábitos nos forman a nosotros». John Maxwell.

Siembras un acto, cosechas un hábito. Siembras un hábito, cosechas un estilo de vida. Siembras un estilo de vida, cosechas un destino.

¿Qué es un hábito?

Los hábitos son las costumbres.

En definitiva, es la forma en que te conduces o comportas y que has de­sarrollado por la repetición de los mismos actos. En algún momento de la vida comenzaron a repetirse, hasta que se transformaron en un hábito.

Por ejemplo:

  • Habitualmente te levantas a las 8 a.m.; en otras palabras, tienes el hábito de levantarte a esa hora.
  • Sueles almorzar a las 13 Hs. Ése es el momento en que se despierta el apetito como un gigante que ruge en tu estómago. Es que tu cuerpo es­tá acostumbrado a recibir alimento a esa hora del día.
  • Tienes el hábito de acostarte a las 22 hs. Lo más probable es que sien­tas sueño a esa hora.

¿Cuál es el precio para cambiar un hábito?

Cambiar un hábito no es nada sencillo, porque requiere decisión y firmeza; ser constante cada día para, al fin, ver algún progreso.

Piensa, por ejemplo, en una persona de cualquier edad que come mucho y está bastante obesa. Esa persona sabe que tiene que comer menos, pero con saber no logra nada. Tiene que cambiar sus hábitos alimenticios; de lo contrario, no habrá cambios. Ahora, cuando comienza una dieta, su cuerpo se rebela, no quiere cooperar en el cambio; de ahí que tenga gran apetito, dolores de cabeza, dolores en el estómago y otros síntomas que varían de persona a persona. El cuerpo no responde con agrado, no cola­bora, aun cuando el bien es para él mismo. ¿Por qué? Porque está acos­tumbrado a ciertos hábitos. Cambiarlos lleva un tiempo más largo del que quisiéramos.

Esas costumbres que, queriendo o sin querer, se nos fueron «pegando», son las que moldean nuestra vida y determinan que y cómo somos.

ALGUNOS EJEMPLOS

  • Si tienes el hábito de levantarte al mediodía y luego dormir la siesta, por­que “toda” la noche fue insuficiente para el descanso, entonces eres un dormilón.
  • Si tienes el hábito de mirar 7 horas diarias de televisión, entonces eres……
  • Si tienes el hábito de jugar en la computadora muchas horas, entonces eres……
  • Si tienes el hábito de mentir, entonces eres:……
  • Si tienes el hábito de comer compulsivamente y luego ingerir laxantes o provocar vómitos para eliminar la comida, entonces eres……

Los hábitos que tenemos determinan qué y cómo somos. ¡Cultivemos hábi­tos saludables!

Vamos a confeccionar juntos una lista de hábitos saludables. Si te identificas con alguno que deseas para tu propia vida, márcalo con una cruz y pide a Dios fortaleza para comenzar con los cambios necesarios, pero ¡no desesperes! Muchas veces en ese camino de cambio no verás avances rápidos. ¿Sabes dónde radica el secreto? En persistir en la meta; no aban­dones, no te des por vencido, vuelve a intentar hasta que consigas ese cambio que buscas. Eso fortalecerá tu propio carácter y en lugar de fracasar, ¡será doblemente bueno el resultado!

Recuerda:

Fracasar no significa darte por vencido, significa intentarlo con más ahínco.

Fracasar no significa que nunca lo harás, significa que necesitas más paciencia.

Fracasar no es no lograr el objetivo, fracasar es dejar de intentarlo.

Vamos con la lista:

  • Comenzar con una dieta más equilibrada.
  • Respetar los horarios para el descanso y las comidas.
  • Practicar algún deporte o hobby.
  • Cultivar pensamientos positivos, creativos, que den lugar a que Dios se manifieste.
  • Apartar un tiempo especial para tener el devocional diario.
  • Aprender a escuchar antes de contestar.
  • Creer que eres valioso o valiosa para Dios.

Extracto del libro “Cuidado! Llegaron los adolescentes”

Por los sexólogos cristianos José y Silvia Cinalli.


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