Continuemos.

En Filipenses 4:8 Pablo aconseja a pensar correctamente. Dice: «… todo lo que es verda­dero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad».

TODO LO VERDADERO: está relacionado a pensar en todo aquello que corresponde a la realidad. Es decir no tenemos necesidad de «escapar de la realidad con nuestras fantasías», esto se transfor­maría en un mal hábito, escondernos siempre en un mundo de fantasía, no solo nos aleja de la realidad y nos impide enfrentarla correctamente, sino que nos desconecta, nos opaca y apaga. No es mala la fantasía, siempre que lleve a cosas creativas. Pero sí, es malo el fabricarnos mundos de fantasía en donde nos esconde­mos cuando nuestra realidad no nos gusta, estamos solos, o aburridos.

TODO LO HONESTO: aquí se refiere a lo que es «honorable» o «digno», y se opone a lo despreciable o sucio. No necesitamos hacer de nuestra mente un tacho de basura, recreando comenta­rios sucios, chismes, murmuraciones, charlas negativas, etc. Es bueno proponernos no dar curso en nuestros pensamientos a lo que no podemos comprobar (por los chismes), o no está la persona para defenderse (por las murmuraciones).

TODO LO JUSTO: es todo lo recto. Nuestra mente no debe alma­cenar cosas que no se relacionen con la rectitud y lo que es correcto. No necesitamos «ver, ni leer» lo sucio que este mundo es, para convencernos ello. Todo lo que nuestra mente «registra», queda allí gravado, y un momento de soledad, tristeza o debilidad, será usado por el diablo para hacernos pecar.

TODO LO PURO: probablemente esté relacionado con la pureza sexual. ¿Qué pensamientos guardamos en nuestra mente cuando nos gusta un chico o una chica? Pensemos puramente, esto nos ayudará para acercarnos a él, o ella, de una manera libre y correcta. También pensar puramente es pensar bien, en vez de pensar mal. ¿Viste las conversaciones con doble sentido? Vos estás hablando en serio y la agarran para otro lado. Esto es por falta de pureza en la forma de pensar.

Una vez un compañero no creyente me dijo que él se propuso siempre pensar mal (es decir, desconfiar) de las situaciones o de las personas, así de este modo después no se desilusiona­ba: ya se lo había imaginado.

Creo que exactamente al revés debemos hacer los cristianos, siempre pensar bien (con pureza), esperar lo mejor de las personas, o de las situaciones. Así evitaríamos muchas sos­pechas, mal entendidos y murmuraciones.

TODO LO AMABLE Y LO DE BUEN NOMBRE: todo lo agrada­ble, lo atractivo. Para nada relacionado con lo grosero o vulgar. ¿Qué pensamos cuando nos tratan mal?: ¡Ojalá que te… bendiga mucho el Señor!!!!

Que nuestros pensamientos bendigan. Este también es un duro ejercicio para la mente. Porque es en ese rinconcito donde a veces expresamos todas nuestras venganzas, y eno­jos contra los demás.

SI HAY VIRTUD ALGUNA, SI ALGO DIGNO DE ALABANZA, EN ESTO PENSAD…

La vida cristiana merece ser vivida con toda pureza, verdad, y rectitud, no porque tengamos a un Dios terrible que está atento para castigarnos, sino porque es la mejor manera de disfrutar la plenitud que Cristo nos prometió, su vida en abundancia. El pensar en forma incorrecta, hace de nosotros personas apa­gadas, perdidas, inexpresivas, tristes. Por el contrario el pensar correctamente nos hace libres: igual que Pablo que estando en una cárcel habló del gozo y de regocijarnos en el Señor.

Por Laura Bermúdez

Revista Nivel 17. Año 4. Nº 20.

2 COMENTARIOS

Responder a Sol Cancelar respuesta

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí