“Como es el pensamiento de una persona, así es ella”. Proverbios 23:7.

Siembra un pensamiento, cosecha un acto. Siembra un acto, cosecha un hábito. Siembra un hábito, cosecha un estilo de vida. Siembra un estilo de vida, cosecha un destino.

IDENTIDAD EN CRISTO

¿Quién soy?

Nuestra identidad proviene de nuestra relación con Dios. Somos hijos e hijas de Dios, por consiguiente príncipes y princesas. Esa “filiación”, esos lazos de parentesco nos permiten situarnos en la mejor condición. Tene­mos acceso a todas las bendiciones y, según la Biblia, “todo es nuestro”, 1a Corintios 3:21.

Muchos cristianos ignoran lo que son en Cristo y viven como derrotados, pidiendo permiso a cada paso, como si fueran mendigos. ¡Levanta tu cabeza, camina erguido! ¡Cristo vive y te ha libertado!

Entiendo mi identidad en Cristo pero igual muchas veces me siento mal. ¿Por qué tengo tantos cambios en mi estado de ánimo?

Ten paciencia, la adolescencia es un tiempo de cambio. El despertar a un nuevo mundo de situaciones y responsabilidades genera muchas tensio­nes en tu interior, es normal. Muchas veces tendrás cambios de humor que, según sea tu personalidad, podrán ser profundos o no.

Todo cambio en la vida trae crisis; y esas crisis pueden ser desde existenciales hasta banales y tontas, como las ganas de llorar por no saber qué ponerse para salir una tarde.

Las reacciones muchas veces son desconcertantes, tanto para ti como para los que te rodean; a veces desmedidas en relación con los hechos.

Así, al acordarte de una situación en particular, dirás: “¡cómo pude reac­cionar así!”. Debes conocer que esto es normal dentro del tiempo de cre­cimiento, para que tengas menos miedo para enfrentarlas y, quizás lo hagas con mayor optimismo.

¿Te pusiste a pensar…?

Que las decisiones más importantes de tu vida se relacionan con la pubertad o el tiempo posterior inmediato, por ejemplo: qué orientación darás al tiempo de secundaria, las cosas que vas a aprender durante tu tiempo libre, etc. Por ello queremos que reflexiones en qué cosas desearías alcanzar en tu vida, ya que no puedes tenerlo todo. ¿Por qué cosas lucharías?, ¿a qué querrías dedicar tu vida?

Traza metas que desearías alcanzar y… lucha por ellas. Son esas metas las que darán orientación y sabor a tu vida. Si no sabes a dónde vas, nunca sabrás si llegas. La intensidad de la vida no se mide en años vividos, sino en años exprimidos.

Has una lista con las cosas más importantes para tu vida. Este ejercicio es muy personal y no estás obligado a compartirlo (puedes conservarlo en secreto).

Escribe por lo menos 4 metas que te propongas:

1………                                            2………

3………                                            4………

Extracto del libro “Cuidado! Llegaron los adolescentes”

Por José y Silvia Cinalli


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