Si me pregunta cuál es mi principal meta de vida, no tendré que pensarlo. Mi principal meta de vida es amar y honrar a Dios, que me dio la vida. Es vivir para obedecer sus mandamientos no porque me enviará al infierno, sino porque Jesús pasó un infierno al morir en la cruz del Calvario en mi lugar. Que la divinidad se haya vestido de carne y huesos y haya bajado a este mundo para identificarse con nosotros y ser tentado en todo pero sin pecado, convirtiéndose así en el único justo que pudiera morir por los injustos, y así, restaurar mi relación con Dios, no tiene precio. ¿Cómo no amarlo?

Es que el que ve de lejos al cristianismo cree que sólo consiste en guardar reglas, pero más que eso, son reglas rotas y vidas rotas que sólo Dios puede perdonar y hacer de nuevo. Y el que se arrepiente de sus pecados y los confiesa a Dios y se aparta, alcanza misericordia. Recibe la cirugía a corazón abierto que Dios hace, cuyo único riesgo, es jamás volver a ser el mismo si se vive en su voluntad. El cristianismo sí tiene los “Nos”, pero primero viene el “Sí”. Sí a Dios, implica un no a muchas cosas. Sí a Dios implica reconocer mi impotencia a nivel de obras para salvarme y que sólo Jesús puede por medio de mi fe en su sacrificio, ser mi salvador. Ese sí, me lleva a aceptar los nos, que son paz para mi vida y para los que me rodean.

La gran mayoría de seres humanos deseamos dejar este mundo mejor que como lo encontramos. Deseamos que exista paz en el corazón de todo ser humano, paz en la sociedad y paz entre naciones. Pero ¿Qué anda mal? El mal está en el corazón del hombre y sólo Dios puede cambiar lo incambiable.

Yo soy un pecador arrepentido, que vivo cada día para amar y honrar a Dios. Y cuando peco, puedo correr a él para ser perdonado y comenzar de nuevo. No para luego abusar de su gracia, porque fui creado para hacer buenas obras. Mi oración para usted, es que conozca la vida que hoy conozco y esa sólo se encuentra en Dios y su historia está escrita en la Biblia. Hasta pronto. Espero la descubra y me cuente de ello.

Meta de vida #14: Ame y honre a Dios con todo.

Desafío #14: Arrepiéntase de sus pecados, confiéselos a Dios y conságrese a Él. Sólo así conocerá la vida verdadera y la paz duradera. Busque esta semana una iglesia a la que pueda asistir. Una iglesia que estudie y predique lo que la Biblia enseña. Y todo lo que le enseñen, verifíquelo leyendo en su propia Biblia, tomando en cuenta su contexto. Mejor aún, compre una Biblia de estudio, le ayudará a comprenderla.

Extracto del libro Metas de la Vida

Por Alex López

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