Antes de hablar de nuestro compromiso con la iglesia te quiero preguntar cómo está nuestro compromiso con Dios. Mucha gente ve la iglesia como un lugar activista donde puede conocer gente, ser un buen cristiano y desarrollarse como tal. Eso es cierto en parte, pero la realidad es que todo lo que hacemos debería partir de nuestra genuina relación con Dios en intimidad, no en una serie de actividades en un calendario. Mucha gente dice que está bien con Dios pero nunca está con Él a solas.

Mi vecino del quinto piso y yo tenemos muy buena relación. No tengo ningún problema con él, nunca se ha molestado conmigo ni yo con él, nos tratamos con respeto y nunca he hecho nada que le molestara. Qué relación tan impresionante ¿no? Pues no. La verdad es que estoy bien con el vecino del quinto porque tal relación no existe. Sólo lo veo de vez en cuando, yo no lo molesto, ni él tampoco a mí.

Así es muy fácil decir que estoy bien con él. Y creo que a muchos cristianos nos pasa lo mismo. Nos decimos unos a otros que estamos bien con Dios, y quizás es debido a falta de relación con Dios y no porque invirtamos mucho tiempo en conocerle. De hecho, cuando uno pasa tiempo a solas con Dios, de verdad, se da cuenta de que las cosas no están tan bien como creíamos y nace en nosotros un deseo de cambiar para mejorar nuestra relación con Jesús.

Entonces al liderazgo de la iglesia se les ocurre una gran idea para decirles a los jóvenes cómo deben tener una comunión con el Señor, y les invitan a empezar ¡una relación con Dios de 5 minutos! Pero creo que esto es fruto de una mentalidad igleburger. ¿Cómo es posible comenzar una relación de verdad dedicando 5 minutos al día para empezar? ¿Te imaginas que en un gimnasio te dijeran: “Dedícale 5 minutos al día para empezar”? ¿O con tu novia: “Hablemos de momento sólo 5 minutos al día”? Es ridículo. Chicos, jamás le digáis eso a vuestra novia si no queréis probar la ira en forma de mano femenina, pero firme, que se acerca irremediablemente a vuestro rostro.

Hablemos en serio, hemos querido embotellar a Dios, venderlo como un producto de telemarketing prometiendo cambios inmediatos con el mínimo esfuerzo, con el mínimo tiempo posible de inversión. Con 5 minutos.

Y la verdad es que lo más importante en nuestra vida debería ser el tiempo que invertimos con Dios, a solas. “Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos” (Salmos 84:10).

¿Podemos decir lo que dijo este compositor y sentir que es cierto en nuestra vida?

Seamos consecuentes con lo que creemos y tomemos como prioridad apartar un tiempo diario con Dios en oración y escuchándole a través de la palabra; tómatelo con naturalidad, y no mires el reloj, Dios es más grande que todo eso.

POSTRES

  • ¿Cómo es tu vida devocional?
  • ¿Cómo crees que podías desarrollar un plan devocional semanal?
  • ¿Cuál es para ti el mejor momento del día para encontrarte a solas con Dios?

Extracto del libro “Igleburger”

Por Alex Sampedro

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