La manera en la que vivimos la vida del Reino, el evangelio, nuestra vida espiritual cristiana, tiene mucho que ver con el concepto que tenemos de Dios. Es decir nuestra teología práctica (lo que hacemos día a día en el nombre de Dios) tiene que ver con la teología propia (quién es Dios).

Si tenemos una imagen equivocada de Dios podemos caer en idolatría. Por mucho que tú llames a tu dios, Jesús, si ese Jesús que tienes en tu mente no es el Jesús de la Biblia, y le atribuyes características que Él no tiene, estarás adorando a un dios inventado por tu mente, le llames como le llames, y vivirás de acuerdo a ese dios que has creado a tu imagen y semejanza.

Cuando el pueblo de Israel fue librado de Egipto sabían que Jehová les había sacado de allí, ese era su nombre, pero no le conocían. Un día Moisés se alejó del pueblo para estar a solas con Dios que le iba a dar los diez mandamientos.

No puedo hablar de esta historia sin recordar a Charlton Heston, su barba y la manta de invierno que le robó a mi abuela para hacerse el disfraz de Moisés.

Sigo. El pueblo de Israel se quedó solo y al ver que Moisés tardaba en regresar le dijeron a Aaron que hiciese algo, ¡un becerro de oro! (Éxodo 32:1-8).

Y sí, increíblemente, ese becerro de oro al que adoraban, que habían creado con su mente, le llamaban Jehová (v.5). Habían creado su dios, su Jehová como ellos querían, a la moda de la época, de oro, como los otros dioses que imperaban por allí, con forma de animal, como los otros dioses que habían conocido, un dios hecho por manos humanas, por mentes humanas. Como cuando vas a un restaurante y pides el menú que te apetece, el que más se ajusta a tu forma de ser, un dios a la carta. Así le ocurrió a Israel, se inventaron su becerro, su menú.

Y nosotros, quizás, pecamos de lo mismo, hablamos acerca del Dios de la Biblia y le adoramos, pero nos puede ocurrir como a la gente que vivía en Atenas cuando Pablo fue a la ciudad. Tenían un altar donde adoraban “al dios no conocido”. (Hechos 17:22-23).

¿Estaremos adorando a un dios que no conocemos? ¿Estaremos adorando a un dios que hemos creado en nuestra mente? La única manera de no hacer eso es ¡Conociendo a Dios! Y desechando las imágenes que esta sociedad nos ha enseñado acerca de Él.

Por ejemplo, Dios no es una fuerza impersonal que puedo manejar a mi antojo. Algunos hablan de visualizar cosas y desearlas para que Dios te las conceda. He visto cristianos que ponen fotos de lo que quieren en sus neveras para “atraer eso” a sus vidas. Esta filosofía está de moda, algunos la llaman la ley de la atracción y algunos libros de mayor venta en las librerías versan sobre ese tema. Usan esa “fuerza” para su bien. Para los fans de Star Wars esto les sonará y se estarán imaginando a un Jedi moviendo con la mano una nave espacial. Esto, que tiene que ver con la psicología positiva, a veces se confunde con el Dios de la Biblia, y algunos que se dicen creyentes hablan de este Dios/fuerza universal/dios a la carta/peliculero, como si fuera el Dios verdadero. Mientras el Dios no conocido espera a los verdaderos adoradores…

Otros se imaginan un Dios castigador, que está pendiente de cada error para apuntarnos con el dedo y acusarnos. Muchas de las personas que no creen en Dios piensan así, en parte porque es el dios que algunos cristianos han mostrado. Mientras, el Dios no conocido espera a los verdaderos adoradores…

Otros creen que Dios es imposible de conocer, y que está demasiado lejos de nosotros. Que, sea lo que sea, está más allá de nuestra comprensión y seria insensato tener una relación personal con Él, por lo tanto, no le prestan atención. Mientras el Dios no conocido espera a los verdaderos adoradores…

Otros ven a un Dios con barba de Santa Claus sentado en una mecedora y que quiere a todo el mundo, y que no le importa nada de lo que pase, al final todos seremos felices “forever”. Mientras el Dios no conocido espera los verdaderos adoradores…

Otros… Otros… Otros…

Pero Dios, en su infinita misericordia se cansa de esperar, viene, se hace un hombre para hacerse comprensible a mí, que pensaba que el dios que había creado en mi mente era lo único que había y me dice: Aquí estoy, deja de imaginarme y conóceme.

“Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren” (Juan 4:23).

“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3).

POSTRES

  • ¿Qué clase de dioses crea la gente en su mente?
  • ¿Cómo afecta a tu vida el dios que creas en tu mente?
  • ¿Cómo podemos conocer al único Dios verdadero?

 Extracto del libro “Igleburger”

Por Alex Sampedro

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