#1. “DIOS NO ES SUFICIENTE”.
Empecemos por examinar las mentiras que las jóvenes creen acerca de Dios. Nada es más crucial que esto. Si tienes ideas equivocadas acerca de Dios, tendrás un concepto equivocado de todo lo demás. Lo que tú creas acerca de Dios determinará tu forma de vivir. Si tienes creencias falsas acerca de Él, tarde o temprano actuarás de acuerdo con esas mentiras y terminarás en cautiverio.
Sin pensarlo, la gran mayoría de las participantes en nuestros grupos de enfoque confesaron estar de acuerdo con la declaración: “Dios no es suficiente”.
Tenemos que reconocer que nos asustó que tantas chicas creyeran de manera consciente esta mentira. Muchas de sus observaciones evidenciaron que eran conscientes de esta mentira. Las jóvenes admitieron pensamientos como:
“Si tan solo mis padres pudieran estar juntos, eso sería suficiente”.
“Si tan solo pudiera tener ese lindo vestido, eso sería suficiente”.
“Si tan solo pudiera dar el discurso de despedida, eso sería suficiente”.
“Si tan solo perteneciera al equipo de atletismo, eso sería suficiente”.
Hay algo que salió a la luz sistemáticamente en esas conversaciones, y si bien ahondaremos más en ese punto en otro capítulo, es preciso mencionarlo aquí. Lo que más compite con Dios para que Él no sea suficiente son los amigos. Muchas creían que necesitaban a sus amigos más que a Dios. La mayoría reconocieron que, si tenían un problema o necesitaban un consejo, era más probable que enviaran un mensaje de texto o llamaran a una amiga en vez de hablar con Dios al respecto.
Cuando oro, muchas veces siento que puedo oír a Dios, pero no es lo mismo que una respuesta directa como la que obtengo de mis amigos. En vez de hablar primero con Dios, a veces hablo con mis amigos porque sé que obtendré una respuesta inmediata y que ellos estarán de mi lado. Si pudiera tenerlo a Él y a mis amigos, entonces podría ser feliz.
Suena bastante mal, ¿no te parece? La buena noticia es que la mayoría de jóvenes que creían esta mentira sabían que en ese punto su conducta dejaba ver sus verdaderas creencias.
Nada ni nadie aparte de Dios podrá llenar la parte de nuestro corazón que fue creada para Él. A mí (Nancy) me tomó muchos años aprender a comprender esta verdad fundamental. En mi adolescencia y mis primeros años de juventud, solía buscar llenar mi vacío emocional con otras personas. Sin embargo, nunca era suficiente, y siempre ansiaba “más”. Y cuando las personas en las que confiaba salían de mi vida por alguna razón, me sentía desdichada (y les amargaba la vida a los demás).
Pedimos que las jóvenes contestaran a la afirmación: “Dios no es suficiente para suplir mis necesidades”.
- De acuerdo, siempre o a veces: 88%
- En desacuerdo siempre: 12%
La mayoría reportaron que no podían vivir sin sus amigos, y que buscarían a sus amigos antes que a Dios. Las cosas materiales ocuparon un segundo lugar, por una amplia diferencia.
Cuando tenía treinta años, una amiga y mentora muy cercana falleció, otra se mudó y una tercera salió de mi vida por un suceso trágico. Me sentí desolada. En los meses que siguieron sufrí por sentir que Dios me había decepcionado, y batallé con algunas dudas profundas acerca de mi fe.
Al fin, cuando empecé a clamar al Señor, Él me mostró que yo había buscado suplir mis necesidades y llenar con amigas los profundos vacíos de mi corazón. Comprendí que, al poner a las personas en el lugar de Dios, ellas se habían convertido en mis ídolos. Empecé a darme cuenta de que no hay persona (ni cosa alguna) en este mundo que pueda verdaderamente satisfacer mis anhelos. Descubrí que era una mujer insegura porque ponía mi confianza en personas que podían irse de mi vida, en lugar de ponerla en Aquel que jamás cambia y que nunca me dejará.
Esa difícil etapa se convirtió en un punto decisivo en mi vida. Me arrepentí de mi idolatría y le pedí a Dios que me mostrara cada ocasión en la que yo esperaba que otros suplieran necesidades que sólo Él podía satisfacer.
Cambié hasta el punto de poder decir de todo corazón: ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra (Sal.73:25).
Dios es suficiente; Él suplirá tus necesidades y quiere ser tu confidente más íntimo. Su Palabra promete: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Fil.4:19). Él es el único que puede sanar tu corazón cuando ha sido lastimado. Él es quien puede animarte, guiarte, y protegerte. Él es quien puede darte seguridad cuando otros te fallan. Él es quien puede hacerte sentir valiosa sin importar lo que puedes o no puedes hacer.
Logramos conocer mejor a nuestros amigos a medida que pasamos tiempo con ellos. Lo mismo es cierto en nuestra amistad con Dios. A medida que pasamos tiempo leyendo y meditando en su Palabra para nosotras, o que oramos o nos reunimos con otros para adorarle o estudiar juntos la Biblia, nuestra relación con Él se profundiza. Cuanto más conoces a Dios, más descubres que Él es todo lo que necesitas.
No hay nada malo en tener amigos, sacar notas perfectas, tener habilidades deportivas, linda ropa, o una familia feliz y saludable; Dios puede bendecirnos con estas y muchas más dádivas. Sin embargo, ninguna de ellas puede satisfacer los anhelos más profundos de nuestro corazón. Además, todas esas bendiciones solo cobran sentido cuando nuestra relación con Él ocupa el centro de nuestra vida.
VERDADES PARA EXTINGUIR MENTIRAS
Mentira: Dios es suficiente.
Verdad:
- Los amigos nunca podrán llenar la parte de tu corazón que fue creada por Dios (Sal.73:25).
- Dios es suficiente. Él suplirá tus necesidades y anhela ser tu confidente más íntimo (Sal.40:4, Job 42:2, 7).
Extracto del libro “Mentiras Que Las Jóvenes Creen”
Por Nancy Leigh DeMoss y Dannah Gresh