LIBERTANDO A LOS CAUTIVOS

Antes que Jesús muriera en la cruz y resucitara de los muertos, Dios le dio poder a Él y a Sus discípulos escogidos para asumir la autoridad sobre los poderes demoníacos del mundo. Pero algo radical pasó en la cruz y en la resurrección que cambió permanentemente la forma en que nos enfrentamos a las fuerzas espirituales.

Primero, la muerte y resurrección de Jesús derrotó y desarmó a los gobernantes y autoridades del reino de las tinieblas (Colosenses 2:15). Antes de la cruz «toda potestad… en cielo y tierra» no había sido dada aún a Cristo. Pero Mateo 28:18 nos asegura que el Cristo resurrecto tiene ahora toda la potestad. Satanás es derrotado debido a la cruz y no tiene autoridad sobre quienes están en Cristo. Creer la verdad de la victoria de Cristo y la derrota de Satanás es el primer paso para terminar exitosamente los intentos del enemigo para descorazonarte y molestarte.

Segundo, todo creyente es vivificado con Cristo en Su muerte y resurrección y ahora está sentado con Él (Efesios 2:5,6). Ya no necesitas a otras personas, como un pastor o un líder de jóvenes, para que asuma la autoridad sobre Satanás por cuenta tuya. Ahora tú resides en Jesucristo que tiene toda la potestad. Tienes que entender y ejercer tu posición y autoridad en Cristo para resistir al diablo.

La libertad es tu herencia como cristiano; por eso Pablo escribió: «Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero» (Efesios 1:18-21).

Cuando Satanás te moleste puedes querer meterte debajo de una roca de puro miedo, como esa niña cuya carta de oración abrió este capítulo. Puedes clamar a Dios para que te libre, como Jesús libraba a los endemoniados en forma milagrosa e instantánea, según cuentan los Evangelios, pero tu liberación ya ha sido realizada por la obra de Cristo en la cruz y Su resurrección. Esta es la buena noticia que Pablo trataba de contamos en su oración. No tienes que volver a vivir en las tinieblas porque estás con Cristo en la luz.

No obstante, tú tienes la responsabilidad de elegir la verdad y resistir al diablo; desde tu posición en Cristo debes resistir al diablo, renunciar, —esto quiere decir que le des la espalda— a todas las maneras y formas en que hayas participado en sus maquinaciones, que confieses tu pecado y que perdones a quienes te hayan ofendido. Estos pasos críticos para alcanzar la libertad son el enfoque de la Tercera Parte de este libro.

La niña que se firmó «Una oveja perdida» en el comienzo de este capítulo, pudo, por fin, ver su estado desde el punto de vista de Dios y, a los 4 años de haber escrito esa desesperada oración, escribió esta respuesta basada en la nueva forma en que entendió la provisión hecha por Dios en Cristo. Sus palabras están basadas en la Biblia. Deja que alumbren con algo de luz las tinieblas de tu vida.

Mi amada oveja perdida: Me preguntas dónde estoy. Hija mía, estoy contigo y siempre estaré. Tú eres débil pero en mí eres fuerte. Te amo tanto que no puedo dejar que mueras. Yo estoy tan cerca que siento todo lo que tú sientes. Sé lo que estás pasando pues Yo estoy pasándolo contigo, pero Yo te he liberado y tú debes estar firme. No tienes que morir físicamente para que se vayan mis enemigos sino que crucifícate conmigo y Yo viviré en ti y tú en Mí. Yo te dirigiré por sendas de rectitud. Hija mía, te amo y nunca te abandonaré pues eres verdaderamente mía. Con amor, Dios.

ENCUENTRO CON LA VERDAD

Lee: Juan 8:32; Juan 14:6; Juan 16:13. Reflexiona:

  • ¿Te pudiste identificar con los cristianos que aparecen en este capítulo que se sentían espiritualmente oprimidos? ¿Qué experiencias has tenido?
  • ¿Has sido expuesto a cualquiera de los malentendidos mencionados en este capítulo? ¿Aceptaste alguno de ellos como verdad? ¿Cómo afectan tu vida esos malentendidos?
  • ¿Te parece que has entendido plenamente cómo usar tu autoridad en Cristo y resistir al diablo? ¿Cuáles son algunas formas en que puedes aprender más sobre tu autoridad en Cristo?
  • ¿Has sentido alguna vez que tu camino personal con Cristo es incompleto o que no estás creciendo; de qué manera?

Responde: Tómate unos minutos para orar y pedir al Señor que te revele cualquier malentendido que puedas tener respecto de las ataduras o del mundo espiritual que nos rodea. Pide al Señor que reemplace con Su verdad todo engaño que puedas tener. Pide al Señor que te ayude a aumentar tu comprensión de quién eres en Cristo.

Extracto del libro Rompiendo Las Cadenas Edición Para Jóvenes

Por Neil T. Anderson y Dave Park

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