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Las drogas son sustancias que se convierten en el objeto de una relación cuando esta llega a hacerse activa. La droga, en sí, no existe; es el drogadicto quien convierte ciertas sustancias en drogas, al establecer con ellas un tipo de relación y unas formas o patrones de uso.

La Organización Mundial de la Salud define las drogas como unas sustancias (naturales o químicas) que, introducidas en un organismo vivo por cualquier vía de administración (ingestión, inhalación, vía intravenosa o intramuscular), son capaces de actuar sobre el cerebro y producir un cambio en su conducta, debido a que modifican su estado psíquico (experimentación de nuevas sensaciones), y que tienen la capacidad de generar una dependencia. Consumidor es una persona que ingiere alguna droga. Se puede diferenciar entre dos tipos de consumidores: el consumidor ocasional, o persona que alguna vez puede utilizar una o varias drogas, y el consumidor habitual, o persona que consume una o varias drogas con una periodicidad importante (incluso diariamente).

Se sabe que gran cantidad de sustancias de muchas y variadas composiciones químicas producen efectos psicoactivos parecidos en la mente humana. Los efectos de este tipo de drogas varían significativamente según la persona. La tolerancia hacia ellas se crea de forma rápida y notable. Sus efectos varían desde algunos minutos hasta varias horas. Los efectos, favorables y desfavorables, son principalmente psicológicos. Su uso afecta a las funciones del cerebro, principalmente a los receptores de serotonina. El efecto empieza de 30 a 90 minutos después de su ingestión y puede durar hasta doce horas. Este efecto se suele denominar comúnmente con el nombre de «viaje». Son comunes los cambios emocionales, que son espantosos para el consumidor. También les pueden causar la pérdida del sentido de lo que es actuar con normalidad, o de las consecuencias de las acciones. El consumidor puede tender a realizar acciones sobrehumanas y sentirse sin control alguno. Las escenas retrospectivas pueden durar muchos años, aunque no se vuelva a consumir esta droga. Analizando la drogadicción, podemos identificar unos factores básicos que concurren para asegurar su presencia:

  • Un agente exterior: la droga
  • Un medio facilitador: el ambiente sociocultural
  • Un usuario: un ser humano cuyas carencias lo transforman en terreno fértil para caer de forma momentánea o permanente en el uso de las drogas.

La figura del «amigo íntimo» adquiere una situación privilegiada, incluso por encima de la familia. En este sentido, son más las personas que consumen en grupo (57.4%) que las que lo hacen solas (34.6%), y el lugar de consumo que más se destaca, según lo informan los pacientes, es la calle (58.6%), seguida por el domicilio (22.5%) y los boliches o bares (5.6%). Con respecto a la periodicidad del consumo, seis de cada diez pacientes manifestaron utilizar la droga a diario, mientras que el 26.3% sostuvo que solo la utilizaba los fines de semana.

Las señales que pueden favorecer el consumo son las siguientes:

  • Tendencia a huir de las dificultades
  • Complejo de inferioridad
  • Baja autoestima
  • Baja tolerancia ante la frustración
  • Dificultad para relacionarse en sociedad
  • Ausencia de proyectos.

Por lo general, el 37.8% de los adictos han comenzado a consumir las drogas sin tener un motivo claro, el 24.4% por tener conflictos familiares, el 14.7% por el deseo de vivir nuevas experiencias, el 8.9% para desinhibirse o estimularse, el 8% porque se sentían solos, y el 6.2% por la presión de su grupo de amigos.

Lamentablemente, el consumo se inicia a una edad bastante temprana. Puede comenzar a los 12 o 13 años. En cambio, si alguien no ha probado drogas hasta los veinticinco años, es probable que no las vaya a consumir después. Lo más común es que lo hagan entre los dieciséis y los dieciocho años.

En Brasil, la drogadicción es uno de los principales problemas que afectan a las niñas, los niños y los adolescentes que se encuentran en el circuito de la explotación sexual comercial. Muchas veces, crear en ellos una dependencia con respecto a las drogas es la estrategia utilizada por las redes de explotación de la prostitución infantil. En otras regiones, el tráfico de drogas guarda una estrecha relación con la explotación sexual comercial y es muy alta la posibilidad de que las niñas, los niños y los adolescentes se vuelvan dependientes, y de que sean utilizados en el tráfico de drogas.

El consumo de cocaína en Perú, Bolivia o Colombia puede ser más bajo incluso que en otros países que no son productores. Paraguay, siendo un gran productor de marihuana, tampoco es un consumidor muy alto. No hay una relación directa entre producción y consumo.

La falta de estadísticas en los países de América Latina impide dar cifras certeras en cuanto al consumo, pero podemos decir que, en el mundo, doscientos millones de personas consumieron alguna droga ilícita durante el año pasado. De ellas, ciento cincuenta millones consumen marihuana.

Extracto del libro Las 10 Plagas de la Cibergeneración

Por Ale Gómez

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