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Los trastornos en la alimentación son enfermedades causadas por la ansiedad y por una preocupación excesiva en cuanto al peso corporal y al aspecto físico. Se da cuando una persona pone la comida en el centro de su vida.

La persona que padece algún trastorno en su alimentación, como la anorexia o la bulimia, le da a la comida una importancia particular y un significado especifico, de acuerdo a diversos factores de su psicología y su desarrollo. Todos estos pensamientos y actos forman parte de su vida cotidiana, puesto que se siente hiperdependiente de esta idea, que a modo de parásito, parece atacarla hostilmente en cada momento y cada situación. La comida se convierte entonces en el eje alrededor del cual giran la vida y el mundo de las relaciones para la persona enferma.

La anorexia es una enfermedad que se caracteriza por un miedo intenso a aumentar de peso y por una imagen distorsionada del cuerpo propio. Conduce a un grave adelgazamiento, debido a una dieta exagerada y a un exceso de ejercicio. Se presenta habitualmente en adolescentes, sobre todo en las mujeres. Entre el 5% y el 18% de los anoréxicos mueren por desnutrición.

Los pacientes también padecen a menudo de bulimia. Esta es un desorden en la alimentación causado por la ansiedad y por una preocupación excesiva en cuanto al peso corporal y al aspecto físico. Se caracteriza por la ingestión de enormes cantidades de alimentos para después provocar el vómito con el fin de permanecer delgado. Los vómitos repetidos alteran el equilibrio hidroelectrolítico, produciendo en general una hipopotasemia que puede afectar al funcionamiento cardíaco.

A veces se observa el comportamiento bulímico en los enfermos de anorexia nerviosa o en las personas que llevan a cabo dietas exageradas. No obstante, la bulimia por sí misma no produce pérdidas importantes de peso. Lo que sí produce son problemas de gastroenteritis e hipopotasemias graves.

La bulimia aparece sobre todo en adolescentes, en especial en mujeres. La aparición de estas enfermedades relacionadas con la alimentación se da especialmente en la adolescencia, entre los catorce y los veinte años, debido a que es una etapa en la que el cuerpo se está desarrollando y cambiando abruptamente, y la imagen mental que tenemos de nuestro propio cuerpo es más lenta que su desarrollo biológico.

Se debe aceptar que estas enfermedades se originan en el seno mismo de la familia. Pueden actuar como síntomas de conflictos internos personales, y también de tensiones en las relaciones interpersonales entre padres e hijos, o hermanos.

  • Una de cada 100 mujeres jóvenes entre los 16 y los 18 años de edad, muere cada año afectada de anorexia nerviosa. Entre el 5 y 15 % de los casos de bulimia y anorexia son mortales.
  • Cada año mueren en el mundo alrededor de mil mujeres afectadas por esta enfermedad. Se ha calculado que la mitad de las defunciones de anoréxicos son causadas por suicidios. Entre un 40% y un 80% de todos los pacientes con trastornos en su alimentación experimentan depresión. También es común la depresión en la familia del paciente que tiene estos trastornos.
  • Un estudio hecho con mujeres bulímicas no anoréxicas, refleja que el 33% consumían alcohol en exceso, y el 28% abusaban de las drogas, con un 18% de sobredosis repetidas.
  • La época de mayor riesgo para padecer ambas enfermedades se halla entre los 12 y los 20 años.
  • Los hombres tienden a ocultar más que las mujeres sus trastornos en la alimentación. Un estudio reciente entre hombres con este tipo de trastornos indica que el 42 % de los que tenían bulimia eran homosexuales o bisexuales, mientras que el 58% de los hombres con anorexia indicaron que eran asexuales.
  • Un estudio efectuado en un colegio secundario, indica que el 2.7% de las niñas y el 1.4% de los niños presentaban comportamiento bulímico.
  • La anorexia nerviosa se halla en tercer lugar dentro de las enfermedades crónicas comunes entre los adolescentes. Se calcula que se presenta en un porcentaje del 0.5% al 3% de todos los adolescentes.

BULIMIA

A. Conductas patológicas. Formas de conducta patológicas en la bulimia y la anorexia La preocupación constante por la comida (hablar del peso, las calorías, las dietas y demás). Excesos al comer; se come de una forma compulsiva; se esconde la comida. Miedo a aumentar de peso. Se evita la asistencia a restaurantes, fiestas y reuniones donde exista una obligación social de comer. La persona entra al baño después de comer. Se provoca los vómitos; abusa de los laxantes o los diuréticos. Usa fármacos para adelgazar. Hace dietas rigurosas y rígidas. Tiene una conducta adictiva con edulcorantes.

B. Señales fisiológicas. Inflamación de las parótidas. Pequeñas rupturas vasculares en la cara o debajo de los ojos. Irritación crónica de la garganta. Fatiga y dolores musculares. Pérdida inexplicable de piezas dentales. Oscilaciones de cinco a diez kilos en el peso).

C. Cambios de actitud. Modificación del carácter (depresión, sentimientos de culpabilidad u odio a sí mismo, tristeza, sensación de descontrol, etc.). Severidad al criticarse a sí mismo. Necesidad de recibir la aprobación de los demás con respecto a su persona.

ANOREXIA

A. Conductas patológicas. Una conducta de restricción continua en cuanto a los alimentos (poca cantidad de comida) o la realización de dietas excesivamente fuertes. Creación de «rituales» con la comida, como los de contar las calorías, dividir la comida en trozos pequeños, preparar comida para otros y comérsela, etc. Un miedo intenso a engordar, en una lucha continua por mantener el peso por debajo de lo normal. Temor a verse obligado a comer en sociedad (fiestas, reuniones familiares, etc.). Hiperactividad (excesos en la gimnasia o en otros deportes). Tendencia a disimular el cuerpo debajo de unas ropas holgadas. Rechazo al uso de un bañador, porque hace que se vea su cuerpo. En ocasiones, excesos en las comidas, y uso de laxantes o diuréticos. Abuso de edulcorantes.

B. Señales fisiológicas. Pérdida progresiva de peso (con frecuencia a lo largo de un período breve). Falta de menstruación o retraso en su aparición sin causa fisiológica conocida. Palidez, caída del cabello, sensación de frío y dedos azulados. Debilidad y mareos.

C. Cambios de actitud. Cambio de carácter (irritabilidad, ira). Sentimientos depresivos.  Inseguridad en cuanto a sus capacidades. Sentimientos de culpabilidad y desprecio a sí mismo, por haber comido o por estar haciendo ayuno. Aislamiento social.

Extracto del libro Las 10 Plagas de la Cibergeneración

Por Ale Gómez

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