DEFINICIÓN DE MENTIRA

Una mentira es “una declaración falsa cuya intención deliberada es engañar; una declaración falsa o imprecisa”. Otra definición es “un impostor”. Una mentira es una impostora de la verdad. Muchas veces no detectamos las mentiras porque se camuflan muy bien.

De vuelta al huerto, vemos que Eva conoció a un impostor con un plan diabólico. Él quería que Eva se volviera su esclava al rechazar a Dios y sus propósitos para su vida. La astuta serpiente preguntó: “¿No comáis de todo árbol del huerto?” (Gn.3:1b). Eso no es exactamente lo que Dios había dicho, pero sin duda sonaba parecido. Dios había dicho a Adán (y a Eva) que no podían comer del árbol del conocimiento del bien y del mal. Satanás usó una amañada combinación de verdades a medias y falsedades presentadas como verdad.

Empezó a sembrar dudas en la mente de Eva acerca de lo que Dios había dicho en realidad. Cuando Eva le dijo que Dios había dicho que morirían al comer del fruto, él respondió con una serie de mentiras: “No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” (Gn.3:4b-5). Él quería que ella le diera la espalda a Dios, que rechazara su verdad y que creyera sus mentiras amañadas. Y ella lo hizo. Y eso es precisamente lo que el gran impostor quiere también que tú hagas.

EL ORIGEN Y EL PROPÓSITO DE LAS MENTIRAS

La Biblia nos dice que Satanás se disfraza de “ángel de luz” (2 Co.11:14). Ezequiel 28 cuenta la historia de cómo él aseveró que tenía el derecho a ser como Dios. Él es el impostor, y sus motivos son siempre y completamente maléficos, como Jesús mismo señaló: “El diablo… ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira” (Jn.8:44).

El lenguaje de Satanás es la mentira. Él habla por medio de diferentes voceros. A veces se sirve de gobernantes malvados, religiones falsas, películas, programas de televisión, canciones populares e incluso de amigos, para engañarnos. Pero todas las mentiras tienen su origen en él.

¿Por qué nos miente? El versículo anterior sugiere que su objetivo final es nuestra destrucción. El fruto final de sus mentiras es la muerte, y empezamos a sufrir los resultados de esta “muerte” antes de que nuestros corazones dejen de latir. Mira lo que le dijo Dios al primer hombre: “Mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Gn.2:17).

¿A qué se refería Dios cuando dijo que ellos morirían el día en que comieran del fruto prohibido? Es evidente que Eva no murió físicamente el día en que pecó por primera vez. Sin embargo, en el momento en que probó ese fruto, ella murió espiritualmente; quedó separada de Dios, que es vida.

El árbol de la vida quedó fuera de su alcance, y ella fue expulsada del paraíso. Ahora sería esclava de sus propios deseos y elecciones pecaminosas y egoístas. Sufriría las consecuencias de vivir en un mundo caído y resquebrajado, en lugar de gozar del bienestar eterno de la vida en el paraíso.

Ella y su esposo tendrían que llevar a cabo las responsabilidades básicas que son propias de la vida familiar y del trabajo con gran dolor y pena. Con cada año que pasaba, su arduo trabajo desgastaría sus cuerpos y al final sufrirían la muerte física.

Qué cuadro tan gráfico para nosotras. Cuando creemos y actuamos conforme a una mentira, como Eva, empezamos a experimentar las consecuencias. Cada vez nos volvemos más cautivas a maneras de vivir y de pensar falsas y destructivas. La meta última de Satanás es nuestra destrucción y muerte. Y a él no solo le gustaría ver tu muerte física en el futuro, sino que seas como tantos muertos en vida que deambulan por este mundo. No quiere que goces de la comunión con Dios y de la vida que Él te dio para que la disfrutaras.

El árbol del conocimiento del bien y del mal. Era el árbol que se encontraba justo en medio del huerto de Edén y que Dios prohibió a Adán (y de manera indirecta a Eva) comer de él. Ellos podían comer de todos los otros árboles del huerto, incluso del árbol de la vida. Cuando Adán y Eva eligieron “hacerlo a su manera” y comieron del único árbol prohibido por Dios, perdieron su “libertad de elección”. Ya no podían comer del árbol de la vida, y fueron expulsados del huerto.

EL BLANCO DE LAS MENTIRAS DE SATANÁS

Con sus mentiras, Satanás tiene en su punto de mira a las mujeres. Por razones que escapan a nuestra total comprensión, Satanás eligió a la mujer como su objetivo para el primer engaño en el huerto de Edén. En el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo señala en dos ocasiones que fue la mujer quien fue engañada: “la serpiente con su astucia engañó a Eva” (2 Co.11:3); “Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión” (1 Ti.2:14).

Puede sonar como una acusación falsa, pero los hechos hablan por sí solos. Es evidente que Satanás puso la mira en Eva, quizá con la idea de que, si lograba convencerla de su engaño, ella inclinaría a su esposo a comer con ella del fruto prohibido. Y eso fue precisamente lo que sucedió.

Algunos teólogos piensan que había algo en la naturaleza creada de Eva que la hacía más susceptible al engaño. Otros proponen que Satanás pudo haberse acercado a ella primero con la intención de pisotear el orden establecido por Dios impulsándola a tomar el liderazgo que pertenecía a su esposo.

En cualquier caso, desde aquel día hasta hoy parece que hay una inclinación particular en la que Satanás tiene a las mujeres como blanco de su engaño.

Satanás ataca a tu generación con más mensajes que en cualquiera de las precedentes. Películas, programas televisivos, revistas, sitios web, páginas en MySpace, mensajes de texto, teléfonos celulares. Con tantos medios, los mensajes que te bombardean son mucho más numerosos de lo que hayan sido en cualquier otra generación. Nunca antes una generación había sido expuesta a tantos mensajes transmitidos a través de tantos medios.

¿Cuál ha sido el resultado?

Tu generación no tiene una sola fuente de influencia o de verdad. En lugar de eso, es más probable que escojas y selecciones fragmentos de filosofías y teologías de infinidad de fuentes muy diversas y que crees, a partir de ello, tu propia norma de lo que está bien y lo que está mal.

De hecho, el investigador cristiano George Barna ha acuñado el término “generación mosaico” para referirse a ti y a tus contemporáneos. Eligió esta expresión porque ustedes tienen la tendencia a tomar pequeños fragmentos de información de muchas fuentes diferentes, de las cuales extraen su propio sentido de verdad. Él afirma que a ustedes no les perturban los mensajes contradictorios que reciben de estas influencias tan variadas. ¿Ves algún problema en eso? Nosotras sí.

Un artículo reciente del New York Times observó la tendencia actual de los adolescentes a tomar elementos de muchas clases diferentes de fe para formar su propia mezcolanza de creencias. Un líder cristiano citado en el artículo expresaba su preocupación de que pronto se producirá un éxodo masivo de la fe cristiana a medida que lleguen a la edad adulta los adolescentes criados en las iglesias y en hogares que creen en la Biblia.

¡Nos alegraría que tú les demostraras lo contrario! Y creemos que puedes hacerlo, si dejas de aceptar con ligereza todos y cada uno de los mensajes que se atraviesan en tu camino. Iniciemos un movimiento que se oponga y empiece a cambiar la tendencia actual. Empecemos a mirar al único Dios y la única fuente de verdad. Estamos aquí para animarte en esa dirección, para alimentar en ti una pasión por extinguir con la verdad las mentiras de Satanás.

Extracto del libro “Mentiras Que Las Jóvenes Creen”

Por Nancy Leigh DeMoss y Dannah Gresh

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí