PALABRAS DE KAREN LACOTA

¿Cuántos de los adolescentes en nuestras iglesias han recibido una educación sexual adecuada y han crecido en un ambiente propicio que contribuya al desarrollo de una identidad sexual sana? Lamentablemente, la mayoría de los padres no son conscientes del gran impacto que tienen sobre la construcción de una sexualidad sana en sus hijos. En cuanto a la escuela, los programas educativos contemplan la educación sexual, pero poniendo mucho énfasis en la enseñanza de la ideología de género, y proponiendo incluso materiales educativos que lo fomentan. De hecho, es terrible lo que el sistema educativo de varios países está enseñando a los niños y adolescentes de hoy. Pareciera que lo que se pretende es destruir el plan de Dios para el hombre y la mujer como tales.

El impacto de la crianza dentro del hogar, la forma de relacionarse entre padres e hijos, y el modelo de hombre y mujer que los padres dan, además de las experiencias de las cuales pudieron haber sido víctimas durante su niñez y adolescencia, todo esto influye en gran manera en la construcción de la identidad sexual. Asociado a esto, la industria del cine y de la música, los medios de comunicación, y otros grupos u organizaciones, todos han puesto mucha fuerza para promover la «ideología de género», instaurando estas ideas dentro de la sociedad, y en la mente y los pensamientos de niños y adolescentes, como si fueran algo normal y como si el género fuera una opción personal que debe ser aceptada y apoyada por todos. Si les preguntas, verás que la mayoría de los adolescentes de hoy opinan que la homosexualidad es una forma de vida que la sociedad debería aceptar.

Ahora bien, una correcta construcción de la identidad sexual en niños y adolescentes, derivará en una orientación sexual sana. La identidad sexual tiene que ver con la percepción de uno mismo de sentirse mujer u hombre, y se construye de acuerdo a una combinación de factores biológicos, ambientales y psicológicos. Durante la adolescencia, los chicos y chicas van descubriendo su cuerpo y sus emociones, y determinando su comportamiento y una serie de conductas que los llevan a manifestar su identidad sexual y, por ende, su orientación sexual. Ahora bien, la Biblia es clara cuando dice que Dios creó al ser humano a su imagen (Génesis 1.27, 31). No hay muchas vueltas que dar. Dios dejó claro cuál es su diseño para el hombre y la mujer en todos los aspectos de su ser.

¿CÓMO AYUDAMOS A NUESTROS ADOLESCENTES A CONSTRUIR O A RESTAURAR SU IDENTIDAD SEXUAL?

1º. Como líderes consejeros debemos crear un ambiente de gracia y de aceptación para los adolescentes. Muchos de ellos se sienten avergonzados y confundidos acerca de su orientación sexual, pues al comenzar esta etapa de sus vidas se inicia el proceso para definir su identidad. De hecho, los adolescentes tienen muchas preguntas respecto a su sexualidad, por lo que podrían estar pasando por periodos de descubrimiento de su propio cuerpo, de sus sentimientos, y de sus gustos, todo lo cual los enfrenta a dudas y confusión. Así que, el generar una atmósfera de confianza y seguridad les ayudará a expresar con tranquilidad lo que sienten y a poder hablar de sus experiencias.

2º. Los adolescentes necesitan de referentes maduros espiritual y emocionalmente, sin conflictos en su orientación sexual, para que los ayuden a ordenar sus ideas y sus sentimientos. Muchos adolescentes se sienten atraídos por su mismo sexo por algún tiempo. En general es un periodo corto, que luego termina. Por eso mismo, es fundamental acompañarlos para que no se instale en sus mentes un pensamiento errado sobre una identidad sexual distorsionada, que, para colmo, sería afirmada por la cultura.

3º. Es fundamental ayudarlos a construir y a fortalecer una autoestima saludable. Muchos adolescentes han pasado por situaciones traumáticas durante su infancia, sintiéndose rechazados y poco valorados, y con ausencia de vínculos emocionales profundos con sus padres. La autoestima se construye desde los primeros años de vida, y en su construcción influyen en gran manera el entorno y las personas que rodean al niño. Esteban Borgetti, en su libro «Homosexualidad y Juventud», menciona que «es frecuente que los jóvenes que sienten atracción por personas del mismo sexo hayan tenido durante la niñez un tipo de vínculo con sus padres (y con sus amigos) que construyó en su interior un pobre concepto de ellos mismos». Es fundamental entonces, en este proceso de afianzamiento de su valía personal, ayudarles, por ejemplo, a identificar sus puntos fuertes, sus habilidades, y sus dones, para que reconozcan que tienen atributos que los hacen competentes para determinadas áreas. Ayúdalos a que interactúen y afiancen vínculos con amigos que tengan un estilo de vida saludable y conozcan a Jesús.

4º. En caso de que te confíen que se sienten atraídos por su mismo sexo y que han mantenido alguna relación con alguien, es necesario que mantengas la calma, y que no los juzgues ni los avergüences. Ya de por sí ellos sienten remordimiento y vergüenza, y si te están abriendo su corazón es porque se encuentran en una búsqueda desesperada por ser libres. ¡Hazles sentir que los aprecias, que tienes altas expectativas con sus vidas, y que Dios los ama por encima de todo!

5º. Incorpora en tu grupo de adolescentes a adultos referentes que colaboren en la labor de discipulado. Es fundamental realizar un trabajo intergeneracional, a fin de establecer marcos de referencia para los adolescentes. Recluta hombres y mujeres que les modelen una fe sincera, una vida íntegra, y les muestren el camino hacia la vida adulta. Que les enseñen cómo ser novios, esposos, padres, líderes, e hijos de Dios. Recuerda lo que ocurrió con Timoteo. Él aprendió su fe de su abuela y de su madre (2 Timoteo 1.5). Timoteo necesitó a estas dos mujeres adultas para construir su fe, y fue un buen discípulo de ellas. ¡Todos los adolescentes necesitan tener en sus vidas buenos referentes, y poder poner la mirada en personas dignas de ser imitadas, que sean honestas, consecuentes, y coherentes con sus dichos y acciones! Las nuevas generaciones necesitan seguir el ejemplo de aquellos que han avanzado primero en la carrera, y que demuestran su fe sincera en la forma en que viven y sirven a Jesús. Pablo mismo confirma la reputación de Timoteo cuando les escribe a los filipenses (Filipenses 2.22).

6º. Te animo a que desarrolles programas y crees espacios para el fortalecimiento de las familias. Espacios que contribuyan para brindarles a los padres las herramientas adecuadas para educar a sus hijos en el proceso del desarrollo de la identidad sexual, así como también para afianzar los vínculos afectivos entre ellos y crear un ambiente propicio para el crecimiento espiritual de toda la familia.

Extracto del libro “Manual de Consejería Para el Trabajo con Adolescentes”

Por autores varios.

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