La libertad es tuya mientras sigas optando por la verdad y afirmándote en la fortaleza del Señor. Si salieran a flote pecados antiguos sin confesar, pues los confiesas. Si te das cuenta de las mentiras de Satanás que has creído o recuerdas otras experiencias no cristianas que hayas tenido, renuncia a todo eso y opta por la verdad. Algunas personas han encontrado útil volver a dar los pasos a la libertad; cuando lo hagas, sigue las instrucciones cuidadosamente… Dios nos ama sigamos o no Sus guías pero El desea intensamente que elijamos seguir Sus guías y andemos en libertad. Nuestra recompensa por seguir estas ideas es la victoria y la libertad que experimentaremos en nuestro diario vivir.

FORTALECE TU LIBERTAD CON LA COMUNIÓN

Dios nunca tuvo el propósito que vivamos la vida cristiana solos; por eso creó la iglesia. Intégrate a un buen grupo de jóvenes donde puedas caminar en la luz y hablar la verdad en amor con otros cristianos que crecen. Asegúrate que sea una iglesia donde la Palabra de Dios se enseña clara y exactamente.

Hebreos 10:23-25 nos dice: “Mantengamos firmes, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregamos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”. El versículo 25 nos advierte que no dejemos de reunimos pues tenemos que edificamos unos a otros en la fe, y eso ocurre cuando adoramos, oramos y estudiamos juntos la Palabra de Dios. Si evitamos ir a la iglesia y reunimos con otros cristianos, nos debilitamos y nos volvemos vulnerables al ataque del enemigo.

Hebreos 3:13 nos instruye: “exhortaos los unos a los otros cada día” y no tan sólo en los domingos o cuando se reúna el grupo de jóvenes. Tenemos que tratar a otros cristianos como hermanos y hermanas en Cristo y ayudarnos unos a otros en las áreas que necesitamos.

FORTALECE TU LIBERTAD ESTUDIANDO LA PALABRA DE DIOS

La manera principal de conocer a Dios es conocer Su Palabra, la Biblia. Leer buenos libros cristianos y escuchar música cristiana es estupendo, pero no reemplazan la lectura y el estudio de la Palabra de Dios. Hay muchas Biblias para jóvenes, de fácil lectura, que puedes usar. Tu libertad en Cristo se verá realmente fortalecida a medida que vas conociendo la Palabra de Dios, estudiándola y aprendiendo de memoria los versículos clave.

Esdras fue, en el Antiguo Testamento, un hombre muy usado por Dios. De hecho, se nos dice que “la mano del Señor su Dios estaba sobre él” (Esdras 7:6 BLA). Este hombre hizo de la Palabra de Dios una de las cosas más importantes de su vida. El versículo 10 dice: “Ya que Esdras había dedicado su corazón a estudiar la ley del Señor, y a practicarla, y a enseñar sus estatutos y ordenanzas en Israel”. ¿Quieres que la mano de Dios esté sobre ti? Pues prepara tu corazón para estudiar la Palabra de Dios y practícala.

Buena idea es fijar una hora cada día para estudiar la Biblia y orar. Si eres de las personas que se despierta y se levanta temprano (como los gallos), la mañana puede ser un buen momento para ti porque estás fresco y alerta. Si eres del tipo “lechuza” (te quedas hasta tarde en la noche) es mejor que leas antes de acostarte. Elige un lugar cómodo y tranquilo donde no seas interrumpido ni te distraigas, pero ¡que no sea tan cómodo que te cueste permanecer despierto!

Este momento especial que los cristianos separamos para estudiar la Palabra de Dios y orar se conoce como “tiempo de meditación y devoción”. Usa este tiempo de cada día para leer, estudiar y reflexionar en lo que te dice la Palabra de Dios. El apóstol Pablo escribe: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17). Por lo tanto, “procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15).

Extracto del libro Rompiendo Las Cadenas Edición Para Jóvenes

Por Neil T. Anderson y Dave Park

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