2. ¿QUÉ TAN BUENO ES MI CRÉDITO?

Cuanto mejor sea tu reputación (y tu «puntaje crediticio») más bajo será el porcentaje que te cobrarán para prestarte dinero para comprar una casa o un auto. Y esto también puede determinar si te darán un mejor trabajo o no. Determina, incluso, si pagarás menos en tus pólizas de seguro de la casa o de seguro de vida. ¡El puntaje crediticio que tengas es muy importante!

El crédito se mide con puntos. Pero este sistema de «puntos» no es universal. Cada prestamista tiene derecho a aplicar su propio sistema de puntos para evaluar tu capacidad crediticia. Incluso tal vez en tu país esto sea mucho más sencillo. Tal vez simplemente te convenga ir a uno o dos (o tres o cuatro) bancos y ver qué tipo de préstamo te ofrece cada uno. También en muchos países las mismas agencias que venden los autos son las que te ofrecen financiación. Averigua lo más que puedas para tener bien claras tus opciones.

Ahora bien, la pregunta del millón de dólares es: ¿cómo sé cuál es mi nivel de crédito? En Estados Unidos hay tres compañías que son las más conocidas en el ámbito de ofrecer informes de crédito: Equifax (www.equifax.com), o Equifax Latinoamérica (www.equifax/home/es_ec), Experian (www.experian.com), o Experian Hispanoamérica: (www.experian.com.ar) y TransUnion (www.transunion.com). Estas empresas también tienen oficinas en varios países del continente y ofrecen servicios similares a los que ofrecen en Norteamérica. En muchos estados norteamericanos las empresas tienen la obligación de proveernos en forma gratuita nuestro informe de crédito, hasta un máximo de dos veces al año. De todas maneras, llámalos y pídeles tu informe de crédito ANTES de salir a comprar un auto (o una casa).

Una vez que lo tengas, léelo en detalle y corrige cualquier error que encuentres (no es raro encontrar errores). Es importante contactar a las empresas por escrito y pedir que cambien los errores que haya en tu credit report. Muchas veces lo puedes hacer en sus propias páginas en Internet. Para que te provean la información de cuál es, específicamente, tu score, credit rating o FICO, probablemente tengas que pagar algo de dinero. ¡Hazlo! Vale la pena saberlo.

Una nota de precaución: hemos notado que hay una gran cantidad de empresas que te ofrecen informes de crédito «gratis». Sin embargo, muchas solicitan una tarjeta de crédito para realizar la transacción. La razón es que, en la mayoría de los casos, si bien te están proveyendo el reporte «gratis», también te estarán cobrando por un servicio que quizás no necesites (por ejemplo, el monitoreo de tu crédito). Lo mejor es contactar a las empresas que hemos mencionado anteriormente en forma individual, y reclamarles una vez al año el informe gratuito que se te permite tener por ley.

Y a continuación, la pregunta de los 2 millones de dólares: ¿cómo puedo mejorar mi crédito? Aquí van algunos consejos:

  • Paga tus cuentas a tiempo.
  • Vive una vida libre de deudas… o por lo menos mantén tus deudas en menos del 20% de tus ingresos anuales.
  • Ten una o dos tarjetas de crédito. Eso no quiere decir que tengas que acumular deudas en ellas. Simplemente tenlas. (No tener tarjetas te quita puntos, tener demasiadas también.)
  • Compra con las tarjetas y paga cada mes el 100% del balance.
  • No andes de aquí para allá… mudarse muy seguido quita puntos.
  • Mantente en un mismo trabajo… cambiar de trabajo muy seguido quita puntos.
  • Revisa tus reportes de crédito y corrígelos con regularidad.

Atención: hay muchas empresas que te ofrecen «arreglar tu crédito». Algunas son honestas y te guiarán a través de un proceso de sanidad financiera para que tu puntaje mejore. (Sin embargo, no necesitas pagar por un servicio que cada uno de nosotros podemos hacer por nuestra propia cuenta). El problema se presenta con algunas empresas inescrupulosas que no solamente te quitarán tu dinero, sino también podrán llegar a hacer actos ilegales —como solicitar otro número de Seguro Social o de EIN. Sabemos de gente que no solamente no pudo arreglar su crédito, sino que ahora tiene desarreglada también la vida… ¡tras las rejas!

Y bien… la pregunta de los 3 millones de dólares es: ¿cómo arreglo mi crédito? Mira este video que grabamos con el Club 700 Hoy, titulado «Panasiuk arreglar el crédito», en el que lo explico en tan solo tres minutos: culturafinanciera.org/finanzasinteligentes. Aquí te dejo algunos consejos útiles sobre cómo arreglar tu crédito si vives en los Estados Unidos:

  • Pide tus informes de crédito.
  • Solicítales que cambien cualquier información equivocada.
  • Contacta a tus acreedores. Pídeles que quiten de su informe de crédito cualquier información que no sea correcta.
  • Pídeles, también, a aquellos acreedores que recibieron tu pago, pero por error pasaron algún informe negativo a las compañías informantes que rectifiquen ese error en el reporte.
  • Paga todas tus deudas. Si necesitas ayuda de un mentor financiero, contáctanos en nuestro sitio web para que te asignemos un mentor/mentora: www.CulturaFinanciera.org
  • Comienza a realizar todos tus pagos a tiempo.
  • Construye un buen historial de crédito con las recomendaciones que te dimos antes.

3. AHORA ESTAMOS LISTOS PARA SALIR A COMPRAR… ¡UN PRÉSTAMO!

Cuando vayas a comprar un auto, trata de no tomar el préstamo que te ofrecen en la concesionaria. Visita lugares de Internet para hacer tu propia investigación sobre cómo están los intereses de los préstamos de autos y pide información y estimados. Trata de llegar al concesionario con un préstamo preaprobado. Eso es como llegar con dinero en efectivo.

Si no tienes Internet, simplemente visita diferentes bancos de tu ciudad y compara precios y servicios. Nuevamente: salir a buscar plata para comprar un auto es igual que salir a comprar un televisor o un vestido: necesitas caminar bastante y elegir la mejor opción.

No te comprometas con ninguna institución financiera. Lleva toda la información a la casa y compara fríamente los diferentes productos que te ofrecen. Jamás permitas que te apuren con eso de que «esta tasa de interés es solamente por hoy… mañana puede ser diferente». Por supuesto que puede ser diferente: ¡puede ser más baja!

Recuerda también que quizás los bancos te aprueben un préstamo por una cantidad de dinero más alta de la que necesites. Ten cuidado con esto, y toma un préstamo solamente por la cantidad de dinero que tu presupuesto te permita pagar mensualmente.

A. El principio del compromiso garantizado (PCG).

Este es un concepto que aprendí del que fue uno de mis mentores más influyentes, el doctor Larry Burkett. Como no encontré ningún equivalente cultural a este concepto, he decidido llamarlo «compromiso garantizado». La idea del compromiso garantizado proviene de Proverbios 22.26-27, donde leemos: «No te comprometas por otros ni salgas fiador de deudas ajenas; porque si no tienes con qué pagar, te quitarán hasta la cama en que duermes». El énfasis del concepto surge de la primera y la tercera frase: «No te comprometas… si no tienes con qué pagar». La idea principal aquí es que cada vez que uno se compromete económicamente debe hacerlo solamente si tiene una forma segura de pagar la deuda.

Respecto de un auto, supongamos que lo compramos por $ 20.000 a pagar a cinco años con un interés del cinco por ciento anual. No damos nada de anticipo (como ahora se acostumbra en muchos países). Sin embargo, a los 12 meses tenemos una emergencia y lo tenemos que vender.

Un auto puede haber perdido hasta un 30% de su valor el primer año de uso. Por lo tanto, ahora nuestro auto solamente vale unos $14.000 en el mercado del usado. ¡La mala noticia es que nosotros todavía tenemos una deuda de $16.000 por la compra del auto! Entonces, si lo vendemos, perdemos todos los pagos que hemos hecho, perdemos el auto ¡y todavía tenemos 2000 dólares de deuda, sin contar lo que necesitábamos para cubrir la emergencia!

Este no es un ejemplo exagerado. Esta es una historia que se repite una vez tras otra en todo el continente. Es la consecuencia de violar el PCG. La solución para este problema hubiera sido dar un «enganche» o anticipo de unos 4000 al comienzo de la transacción para que 12 meses después, cuando vino el tiempo de las «vacas flacas» y algo inesperado llegó a nuestra vida, pudiésemos tranquilamente vender el auto, pagar los 12000 que tendríamos de deuda y quedarnos, por lo menos, con mil en el bolsillo. ¡Cuidado! Uno de los peores errores financieros que puedes hacer al comprar un auto es violar el PCG. Siempre da suficiente anticipo.

B. Presunción del Mañana.

Otro error común es tomar una deuda presente basándonos solamente en ganancias futuras. Este error es tan común como el pan. La enseñanza sobre la presunción también proviene del libro de Proverbios. Allí, en Proverbios 27.1, leemos: «No te jactes del día de mañana, porque no sabes lo que el día traerá». Todos sabemos que el mañana no nos pertenece, sin embargo, nos «jugamos» al futuro como a la lotería. Por eso a veces nos va tan mal… Deberíamos evitar presumir del mañana y, cada vez que hacemos un compromiso económico en el presente, debería estar basado en ganancias pasadas y no en ganancias futuras.

A veces me dicen: «Pero Andrés, si yo compro esta máquina a pagar en cuotas, y la máquina produce lo suficiente como para poder pagar las cuotas, ¿por qué no hacerlo?». A lo que inmediatamente respondo: «¿Y cómo sabes que la máquina va a producir lo suficiente como para pagar las cuotas? ¿Cómo sabes que no va a bajar el precio de lo que produces, o subir los costos? ¿Cómo sabes que tu negocio va a ir tan bien el año que viene como este año? ¿Cómo sabes que no va a aparecer un competidor que se quede con gran parte de tus clientes y te haga perder muchas ventas? ¿Cómo sabes que no va a haber una gran crisis en tu país que afecte al mercado en el que te desenvuelves?».

Estas no son preguntas exageradas. Son preguntas basadas en la experiencia. Lo he visto mil veces… ¡de esta manera es como los negocios se van a la quiebra! Lo mejor es estar seguros de que uno coloca una suficiente cantidad de dinero de «enganche», arras o anticipo para que, si el negocio no anda muy bien el año que viene, aun resulte posible vender la máquina, pagar la deuda y salir del problema.

4. ELEGIR EL TIPO DE VEHÍCULO.

Ahora que ya tienes tu préstamo pre-aprobado, y antes de salir en búsqueda del auto apropiado para ti, necesitas sentarte y hacer una lista de las cosas que ese auto necesita tener. Aquí hay que hacer una buena distinción entre necesidades y deseos. ¿Qué cosas son necesidades (no negociables) y qué cosas son deseos (negociables)? Por ejemplo:

Necesidades (no negociables):

  • Precio
  • Pago mensual
  • Bajo consumo de gasolina
  • Calefacción y/o aire acondicionado
  • Espacio de carga
  • Que pueda ser usado para el negocio también
  • Cuatro asientos
  • Cuatro ruedas
  • Un motor…
  • Etc., etc.

Deseos (negociables)

  • Color rojo
  • Vidrios ahumados
  • Sistema de audio
  • Cambios automáticos
  • Ventanillas electrónicas
  • Calefactor de asientos
  • Que se vea moderno
  • Sistema de navegación
  • Etc., etc.

Mira seriamente tu lista de necesidades y deseos, y tu presupuesto. Estas dos herramientas determinarán el tipo de vehículo que saldrás a buscar. A esta altura ya deberías tener una idea de lo que quisieras comprar:

  • ¿Es un auto compacto de dos o cuatro puertas?
  • ¿Es una furgoneta (pick-up) con cabina extendida?
  • ¿En un vehículo utilitario (SUV) pequeño, mediano o grande?
  • ¿Es una minivan?

Una vez que sepas el tipo de vehículo que necesitas, comienza a comparar precios. Para comparar precios te recomiendo:

  • NO VAYAS A UN CONCESIONARIO… todavía.
  • Lee los avisos de los diarios.
  • Compra algunas revistas especializadas.
  • Haz preguntas a parientes y amigos.
  • Visita lugares de la ciudad donde los dueños vendan sus autos por cuenta propia.
  • En Internet podrás encontrar muchas páginas que te permiten «jugar» con las diferentes situaciones, marcas y modelos del tipo de vehículo que estás buscando para llegar, finalmente, a decidir cuál realmente quieres.

¡Una vez que identificas el vehículo que necesitas es muchísimo más fácil salir a comprarlo! Estás buscando algo específico, y si el concesionario no lo tiene o no te lo quiere dar al precio que pides, ¡ni siquiera te tienes que detener a conversar con el vendedor! Es mucho más fácil que andar «flotando» sin saber exactamente qué es lo que uno quiere. Si no sabes lo que quieres comprar, puedes tener por seguro que el vendedor sabe lo que te quiere vender. Y tú eres el que pierde.

Entonces, ahora que sabes la marca y el modelo de vehículo que necesitas, y que sabes de cuánto dinero dispones, estamos listos para avanzar a la parte más emocionante de esta aventura: ¡encontrar el vehículo y comprarlo!

Extracto del libro Finanzas Inteligentes Para Una Nueva Generación

Por Andrés Panasiuk

Lee la continuación de este tema AQUÍ.

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