DINERO

Si quieres estar en forma necesitas un plan: tienes que correr y hacer ejercicio todos los días. Si quieres buenas calificaciones necesitas un plan: tienes que estudiar un poco todos los días. Si quieres tener dinero necesitas un plan: tienes que ahorrar un poco cada día. No ahorras por accidente. Necesitas un objetivo y una estrategia. Para reunir el dinero para las cosas que quieres recuerda esto: Ahorra primero y gasta lo que sobre. La gente que no tiene dinero hace lo contrario: gasta primero y ahorra lo que sobra, ¡que normalmente es nada!

Quenfin Kenihan

Hace 12 años, en un restaurante en Adelaide, Australia, conocí a Quentin Kenihan, quien en ese entonces tenía 13 años de edad. Estaba confinado a una silla de ruedas y su pequeño cuerpo era del tamaño de un niño de tres años. Su padre, Geoff, me dijo: «Quentin tiene una rara enfermedad de los huesos, osteogénesis imperfecta. Su cuerpo es tan frágil que ha tenido 300 fracturas desde que nació. Ha pasado la mitad de su vida en el hospital. Le hicimos poner unas barras de metal en las piernas para ayudarlo a caminar, pero sus músculos son demasiado débiles para soportarlo».

Recuerdo haberme preguntado: «¿Qué va a hacer este niño con su vida?». Quentin, ahora de 26 años, aún mide 90 centímetros, y no puede ponerse de pie. En los últimos 12 años se ha fracturado 328 huesos más, prácticamente cada hueso de su cuerpo excepto el cuello. Él siente más dolor en una semana que el que siente la mayoría de las personas en toda su vida. También fue atropellado por un auto en 1999. Pero eso no lo ha detenido. Actualmente está estudiando una licenciatura en cine en la Universidad de Flinders. Nos dice: «Sé a dónde quiero llegar. Puede que nunca lo logre, ¡pero el viaje es divertido!»

Su último trabajo fue en el campo de la mercadotecnia, y ahora Quentin tiene su propia compañía de producción. Ha hecho comerciales para televisión, dos cortometrajes y dos documentales. También ha escrito guiones para otras películas. Actualmente vive solo. Necesita ayuda para salir de la cama, para bañarse y para vestirse. Su familia y muchas personas bondadosas lo ayudan. Lo ayudan porque es valiente, tiene un gran sentido del humor y un enorme espíritu combativo.

La gente ayuda a Quentin porque él se ayuda a sí mismo. Mi esposa, Julie, habló con Quentin la semana pasada. Está de regreso en el hospital por una fractura en la espalda. Cinco días después voló a Los Ángeles para filmar la entrega de los óscares. ¡Qué hombre!

¿POR QUÉ TÚ NO?

Cuando era niño solíamos visitar a unos amigos de la familia, los Zerner. Ellos siempre tenían Coca-cola en el refrigerador. (Mamá decía que porque eran ricos. En casa bebíamos agua.) Yo llegué a creer que si alguien tenía Coca en su casa era porque ya «la había hecho». Entonces un día tuvimos Coca en nuestro refrigerador. En aquel momento supe que la Coca no te hace una estrella.

Por un tiempo pensé que las personas que vestían de traje en verdad «la habían hecho». Papá sólo se ponía traje en los funerales, e imaginé que eso no contaba. Gradualmente me di cuenta de que usar un traje no te hace un genio. Cuando tenía doce años quería ser Primer Ministro de Australia. «¡Los Primeros Ministros lo saben todo!» Ya no pienso lo mismo. Hasta antes de empezar a escribir libros pensaba que los escritores debían tener toda la información.

Quizás algunas veces tú has pensado lo mismo: que hay personas que nacieron para ser felices o exitosas. No es así. Las personas exitosas no son superhombres. Tienen un cerebro, 24 horas cada día y normalmente dos brazos y dos piernas.

CADA DÍA CUENTA

La mayoría de nosotros escuchamos en nuestra niñez el cuento de la tortuga y la liebre. Escuchamos que la tortuga y la liebre participaban en una carrera. La liebre arrancó a gran velocidad y al poco rato se encontraba a unos pasos de la meta. Como se había adelantado tanto, decidió tomar una siesta. La tortuga continuó lenta y tenazmente hacia la meta. Cuando la liebre finalmente despertó no podía creer lo que veían sus ojos. ¡La tortuga estaba cruzando la línea de meta!

Hay una razón por la cual este cuento se ha contado un millón de veces —y por qué se sigue contando… Es tu historia. Sea lo que sea que quieras lograr, el esfuerzo constante es la mejor manera de llegar ahí. Si estás aprendiendo francés, ahorrando para comprar una bicicleta, practicando tus tiros libres o luchando por aprobar química, si quieres ser campeón de campo traviesa, estudiar en Harvard o ser feliz, lo que te llevará ahí es el esfuerzo diario, constante y modesto. La vida consiste en ir construyendo. Cada día cuenta.

Extracto del libro Sé Un Adolescente Feliz

Por Andrew Matthews

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