Dios ha diseñado un plan perfecto. Nunca pensé que podría tener intimidad con él hasta que dejé que Je­sús formara parte de mi vida de una forma totalmente diferente a lo que me habían enseñado. Dios no es un libro, no son palabras, no es tampoco un sentimien­to, una emoción del momento, un campamento de verano, un amor fugaz. Dios es una persona con la que puedes tener una relación real. Él dice que noso­tros hemos sido creados a su imagen y semejanza, es decir, que en cada ser humano está el potencial de mostrar a Dios, de mostrar su voluntad. Hemos sido creados para mantener esa relación perfecta que había en un principio. Hemos sido creados con la enorme capacidad de administrar, aprender, crear y construir. Tenemos esa mente, de la que nos habla el pasaje, para ser renovada cada día.

A veces pienso en todas las cosas que podría haber hecho de forma diferente, pero hay algo de lo que nunca me arrepiento: me he concedido la oportuni­dad de conocer a Dios, me he comprometido con su mensaje, con su voluntad de una forma real, y eso es lo que ha hecho que hoy esté donde estoy, que hoy sea la persona que soy, que hoy pueda proclamar sin miedo que «soy diferente», que no soy un clon, ni una copia, ni una persona que ha pasado por la historia sin marcar la diferencia. Como todavía me considero joven estoy seguro de que Dios aún me va a usar de forma indescriptible. Cuando comenzaba mi relación con Dios tenía mucho miedo a fracasar, a no ser alguien con éxito, a ser uno más del montón.

Hoy realmente sé que el auténtico éxito es hacer la voluntad de Dios en mi vida. No importan los comen­tarios de otros que apenas te conocen, no importan las muchas frases que se escuchan con la intención de humillarte o decirte que no tienes experiencia. La experiencia de la relación con Dios es personal, la ha­cemos cada uno, cada día. Tengo que dar gracias a muchas personas que me han aconsejado de forma especial en mi vida, pero sobre todo, tengo que dar toda la gloria a Dios que me ha permitido conocer y vivir su voluntad, disfrutarla de manera increíble y ver cómo cada día trabaja en mi interior para ser una persona más perfecta, más pura, más de acuerdo a su plan inicial, más cercana al modelo de persona que Dios quiere que sea, el modelo que vemos en la vida de Jesús, el modelo de persona que realmente puede cambiar el mundo, el que no se ha conforma­do, ha decidido transformarse, renovar su mente y ser diferente.

Si quieres compartir tu experiencia de vida y relación con Dios conmigo, me tienes a tu disposición. Estaré encantado de poder ayu­darte. También me encantaría escuchar tu testimonio de cómo Dios te ha cambiado.

Extracto del libro “Soy Diferente y Qué”

Por Israel Martorell Alonso

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí