PALABRAS DE KAREN LACOTA

Los padres de Felipe están preocupados porque han observado que se ha aislado de sus amigos y familiares. Este comportamiento se ha venido manifestando a partir del momento en que terminó su relación de noviazgo con Ana. A partir de ese suceso empezó a cambiar su humor en casa y en la escuela. Cada vez sale menos de su habitación, ya no realiza actividades al aire libre luego de las clases como acostumbraba a hacerlo, y además tiene un rendimiento académico bajo por primera vez en su vida escolar. ¿Qué le está sucediendo? ¿Cómo ayudarlo? ¿Quiénes lo acompañarán? Estas fueron algunas de las preguntas que surgieron en una reunión entre padres y docentes de su escuela. Todo apunta a que posiblemente esté atravesando algún grado de depresión…

La depresión es una enfermedad que ataca a millones de personas y no discrimina por edades. Se define como una sensación de abatimiento y desesperanza que dura más de dos semanas. Aunque todos tenemos alguna vez días difíciles, lo cierto es que las personas que atraviesan una depresión experimentan irritabilidad, cambios de humor, aislamiento, cambios en los hábitos de comer y dormir, a la vez que sienten agitación y ansiedad durante tiempos prolongados.

Una depresión podría desencadenarse a raíz de un sin fin de situaciones cotidianas, y aflorar a consecuencia de distintos sucesos en la vida. Como los adolescentes atraviesan una serie de cambios a nivel físico, social, y emocional, entre otros, es normal que en ocasiones no se sientan valorados, que presenten cambios de humor drásticos, o que se aíslen. Sin embargo, se debe estar atentos a esos cambios de ánimo constantes, ya que la soledad puede llevarlos a un estado de tristeza o ansiedad profundas, quitándoles la motivación y la energía, y haciéndolos vulnerables a ser víctimas de la depresión.

Este no es un tema menor. Las depresiones que no se tratan constituyen la causa número uno de suicidio. De ahí que, tanto padres, como docentes y líderes, entre otros adultos responsables, deben tomar muy enserio, cada uno desde su posición, los cambios abruptos que puedan observarse en el comportamiento de los adolescentes. En cuanto a ti como líder y consejero, puedes acompañar al adolescente que se encuentra en una fase inicial o crónica de la depresión de las siguientes maneras:

1. Pon atención a los indicadores de la depresión:

Aprende a identificar algunas llamadas de atención que pueden alertarte sobre su estado con estos simples consejos:

  • Haz preguntas sencillas al adolescente sobre cómo se siente, sobre sus logros y sobre los desafíos que lo motivan para alcanzar sus sueños o metas personales. En un estado depresivo, el adolescente perderá la energía y las fuerzas para lograr lo que se propuso anteriormente, o para participar de eventos que normalmente le apasionaban.
  • Atiende a sus expresiones orales y a su estado de ánimo, para detectar si manifiesta negatividad ante su vida y su entorno en general, si se siente triste, melancólico, infeliz o perturbado, o si reacciona con irritabilidad ante sus familiares, profesores, amigos y compañeros de la escuela.
  • Obsérvalo durante el tiempo en que interactúa con otros jóvenes del grupo. Fíjate si participa con ánimo de las actividades, o si presenta alguna conducta de aislamiento.
  • Habla con sus padres a fin de conocer otros datos relevantes. En algunos casos los padres no se percatan del estado anímico de sus hijos, por lo que tal vez debas tú alertarlos sobre la situación que él o ella podría atravesando. Es importante que les preguntes si han notado algún cambio en sus rutinas diarias, o si lo han visto retraído por un tiempo prolongado.
  • Averigua cómo le va en la escuela, si ha bajado su rendimiento académico, o si le cuesta concentrarse o cumplir con sus responsabilidades.
  • Considera otros aspectos tales como la pérdida de apetito, la culpabilidad, mucho cansancio, desgano para levantarse de la cama, sensibilidad extrema, pérdida de interés en amistades y en el relacionamiento interpersonal.
  • Estate alerta para ver si presenta conductas autolesivas o signos de consumo de alcohol o drogas.

Extracto del libro “Manual de Consejería Para el Trabajo con Adolescentes”

Por autores varios.

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