Un bebé nace en nueve meses. Una persona en base a nuevos hábitos alimenticios y ejercicio pierde las libras de sobrepeso que tiene, en muchas semanas. Una persona que entró en el puesto más bajo de la organización puede llegar a ocupar la gerencia pero una o más décadas de vida después. Una relación íntima de amigos, se establece después de muchas experiencias compartidas a lo largo del tiempo. Un invento como el teléfono produce otro invento como el celular, pero pasan décadas entre uno y otro invento. Existe un factor determinante para obtener el éxito y es el tiempo. No tiempo muerto, sino tiempo bien invertido.

¿Cuánto tiempo se lleva desde que se siembra una semilla hasta que el árbol da fruto? Realice una búsqueda en Internet y se dará cuenta que el tiempo que le toma a un árbol dar fruto, depende del tipo de árbol, del clima, de la polinización – que por lo que he leído como que no entendí mucho en el colegio – pero sí hay algo cierto, ni las manzanas, ni los bananos aparecen como fruto en un abrir y cerrar de ojos. Se siembra la semilla y se espera. Se riega y se espera. Crece el árbol y se espera. Se abona el árbol y se espera. Y de 5 a 8 años después, aparece el fruto. Nada en esta vida, excepto el café y otros productos similares, son instantáneos.

¿Qué fruto quiere dar usted?, ¿Ya sembró la semilla?, ¿Cuánto debe esperar?, ¿Qué acciones debe realizar constantemente para que las raíces y el árbol continúen creciendo?, ¿Cuánto tiempo le falta para dar el fruto que usted anhela? Sembrar la semilla hoy y esperar cosechar el fruto mañana es una fórmula perfecta para el desánimo, el querer tomar atajos y hasta caer en la corrupción.

Platicando sobre el tema de las finanzas con un amigo me dijo: “Yo me puse como meta que a los 30 años tendría un millón de quetzales ahorrados, el equivalente a 130 mil dólares, y lo logré, pero como deuda”. Lo decía no en depresión, sino con aire de aprendizaje. Algo había hecho mal, pero estaba consciente de ello. No lo dijo frustrado, lo dijo resignado a seguir trabajando para pagar la deuda y luego comenzar de nuevo con sus ahorros. Entre la siembra y el fruto, es necesario el tiempo. Y no sólo el tiempo, el tiempo bien invertido en las actividades diarias que permitirán que el árbol siga creciendo hasta dar fruto.

Luego de ayudar a un amigo a hacer un listado de todas sus propiedades con los datos sobre el valor de mercado de cada una, el impuesto anual que pagan y la renta mensual que percibía por ellas, le pedí que me contara cuál había sido su secreto. Entre otras cosas me dijo: “Yo siempre he caído bien y siempre me han ayudado”. Pero ¿Debe haber algo más que eso? Le pregunté. Entonces me dijo: “Durante 12 años viví igual. Mis ingresos aumentaron, pero mis gastos no. Viajé más de cien veces a Estados Unidos. Comencé trayendo un carro y terminé trayendo 48 en cada viaje. Y luego vivía mejor que antes pero siempre invertí lo que ganaba en un activo año con año”.

Hablaba con otro amigo ya casi en sus sesentas y le preguntaba sobre la casa que había comprado y otros activos. Su respuesta fue: “Estoy cosechando el fruto de más de 30 años de trabajo esforzado y de una vida frugal”. La frugalidad es la cualidad de ser ahorrativo y prudente en el dinero y los recursos.

Otro de mis amigos hoy es el dueño de la revista cristiana de mayor circulación en Guatemala. ¿Cómo comenzó? No comenzó con la revista, comenzó como voceador vendiendo periódicos en la calle. El y su equipo organizan anualmente el Training Day, una capacitación para emprendedores de la que pude ser parte en el 2014. Y donde precisamente les compartí algunas metas de vida.

Nada se logra en un día, mucho se logra en una vida. El tiempo es importante, pero no tan sólo dejarlo pasar. Sino invertir hoy en la siembra que se convertirá en el fruto del mañana. Económicamente, todo el que siembra hoy y cosecha inmediatamente mañana o desarrolló un software que lo utilizan las masas y se vuelve millonario pronto o es un narcotraficante.

Tenga cuidado, la ley de la siembra y la cosecha es una realidad, pero no en un instante. Muchas veces se siembra en meses o años, pero se cosechará el fruto del esfuerzo. Todo el que quiere tomar un atajo para alcanzar el fruto, terminará cayendo en actos ilícitos y en la corrupción.

Todo el que quiere enriquecerse ya, obviará la ley de la siembra y la cosecha, hará caso omiso del tiempo que transcurre entre la siembra y la cosecha del fruto y terminará mal. Se convertirá en un esclavo de sus incontables y siempre nuevos deseos y terminará en la ruina y la destrucción. El problema no es el dinero, es el amor al dinero. No busque atajos para prosperar económicamente. Practique la paciencia económica y aplique el mismo principio a todo lo que quiere alcanzar. Nada se logra en un día, mucho se logra en una vida.

El dinero no da nada nuevo. El dinero sólo nos da más de lo que ya poseemos. El dinero magnifica nuestras realidades presentes. Si alguien es generoso con poco dinero, será generoso con mucho dinero. Si alguien es tacaño con poco dinero, será tacaño con mucho dinero. El que no tiene una buena relación entre todos los miembros de su familia sin dinero, no tendrá una buena relación entre todos los miembros de su familia con dinero. El dinero no da nada de lo que no se puede comprar con dinero. El dinero no da felicidad, el dinero da comodidad. Los cristianos practicamos algo que llamamos contentamiento. Si tenemos ropa y comida estamos contentos y agradecidos con Dios por ello. Creemos las palabras que dijo Jesús: “¡Tengan cuidado!-advirtió a la gente-. Absténganse de toda avaricia; la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes” (Lucas 12:15).

La verdadera riqueza de la vida no está en las posesiones sino en las relaciones que tenemos. ¿Debe usted ser pobre entonces? No, por el contrario, no debe ser un rico que sólo dinero tiene. Sea un rico, rico. No sea un rico, pobre. El que tiene vive mejor y es generoso con el que vive peor.

Querer ser rico ya, lo hará caer en la corrupción. Sólo el ahorro y la inversión en el largo plazo y la frugalidad continuada a lo largo del tiempo, lo harán prosperar. Sea paciente. Si siembra en octubre, no espere la cosecha en noviembre. Porque desde que se siembra la semilla, hasta que se cosecha el fruto, hay mucho tiempo que esperar y sin descansar. Pero el esfuerzo y la espera, habrán valido la pena.

Meta de vida #8: Sea paciente, si siembra en Octubre, no espere la cosecha en Noviembre.

Desafío #8: Defina qué debe hacer diariamente para sembrar la semilla del fruto que quiere cosechar en el futuro. Y practique el contentamiento. Si tiene ropa y comida, viva agradecido con Dios por lo que tiene, mientras se esfuerza por lo demás que quiere.

Extracto del libro Metas de la Vida

Por Alex López

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