Pregúntate: «¿Me dicen que soy bien parecido, inteligente, capaz, eficiente, gracioso, adorable o maravilloso tan seguido como me gustaría?» Probablemente la respuesta sea «no», ¿cierto? Lo mismo nos pasa a todos. Nunca recibimos suficientes cumplidos. Los cumplidos son un poco como la comida: aunque recibamos hoy un dulce cumplido desearemos otro mañana. Aun a los grandes deportistas y estrellas del cine les encantan los cumplidos. Observa a los famosos cuando los entrevistan en televisión. Cuando el reportero les dice que hicieron un trabajo maravilloso, ¡sus rostros empiezan a resplandecer! ¿Qué nos dice esto? Que a todos les gusta que se reconozcan sus esfuerzos. A tu papá le gusta escuchar: «Papá, cocinaste una deliciosa barbacoa». A tu mamá le gusta escuchar: «¡Te ves genial con ese vestido!» A tu maestro le gusta escuchar: «La clase estuvo muy interesante». Te podrás preguntar: «¿Por qué debo molestarme en ofrecer cumplidos a los demás?»
- Primero, porque te hace sentir bien.
- Segundo, porque los hace sentir bien.
- Tercero, porque cuando te fijas en las cualidades de los demás, ellos empiezan a fijarse en las tuyas. Empiezan a ofrecerte cumplidos y tú te sientes bien más a menudo.
A veces ofrezco cumplidos, ¡pero la gente los rechaza! ¿Significa esto que no les gustan los cumplidos? No. Las personas que no están acostumbradas a recibir cumplidos algunas veces se sienten avergonzadas, pero por dentro los adoran.
A veces reaccionamos de maneras extrañas. Mary pasa tres fines de semana enteros buscando un vestido nuevo. Finalmente encuentra uno perfecto, pero tiene que esperar todo un mes para encontrar la ocasión apropiada para estrenarlo. Finalmente la invitan a una fiesta. Ella pasa cinco horas arreglándose. Cuando llega a la fiesta, tú le dices: «Mary, ¡qué vestido más hermoso! ¡Te ves sensacional!». Y Mary contesta: «Pero tengo las piernas gordas».
Puede que Mary haya sido un poco torpe para recibir el cumplido, pero puedes apostar que le encantó. Otras personas pueden aparentar ser muy confiadas y seguras. Pero la mayoría crecemos siendo criticados por nuestros padres, hermanos y hermanas. Todos nos ponemos nerviosos de vez en cuando. Todos nos preocupamos por no ser lo suficientemente buenos. Todos tenemos pensamientos como: «¡Quisiera ser más alto, quisiera ser más delgado, quisiera ser más listo, quisiera que mis ojos no estuvieran tan juntos!» Por eso es que los cumplidos valen tanto. Los cumplidos sinceros valen mucho. No sólo le alegras el día a alguien. ¡Le alegras el mes!
En pocas palabras: La ventaja de ofrecer cumplidos es que te hace sentir más feliz. Ofrecer cumplidos a la gente hace que te concentres en las cosas positivas. Cuando ves las cosas positivas, la vida parece mejor.
UN CUMPLIDO ES UN REGALO
¿Qué se dice cuando alguien nos ofrece un cumplido? «¡Gracias!». Un cumplido es un regalo. Cuando te tomas el tiempo y el esfuerzo de ofrecer a alguien un halago, es mucho más agradable que la persona te diga «gracias» a que te lo regrese. Uno no regresa un regalo, ¿por qué regresar un cumplido? Cuando alguien te ofrezca un cumplido no te disculpes, no discutas, sólo di «gracias». Es cuestión de buenos modales.
Nota: es distinto ofrecer un cumplido a lamer las botas. Un lamebotas dirá cualquier cosa para agradar a la gente, y a nadie le agradan las personas así. Un cumplido es un reconocimiento sincero de las cualidades de una persona.
PERSPECTIVA
Piensa por un momento en tu mejor amigo. Imaginemos que se trata de una chica. Ahora piensa en algo que te moleste de ella. ¿Puedes pensar en algo? Ahora piensa en más cosas que no te agradan de ella; quizá su forma de hablar, de vestir, tal vez siempre llega tarde o tal vez siempre se está quejando. ¿Puedes pensar en otras cosas?
En una hora puede que estés pensando en diez cosas que no te gustan de ella. En una semana puedes descubrir cien cosas. Finalmente puedes llegar a la conclusión de que ¡no quieres volver a verla jamás! Ahora fíjate en el otro lado. Piensa en lo que te gusta de ella. Recuerda cómo te hace reír. ¿Qué es lo que hace especial estar con ella? Piensa en los buenos momentos que han pasado juntos. En este momento te sientes completamente diferente con respecto a tu amiga. ¿Pero ella cambió? No; tú cambiaste. Cambiaste tu perspectiva. Todos tenemos montones de defectos. Cualquiera puede encontrar defectos en las demás personas. Cuando buscas lo bueno de las personas, encuentras cosas buenas. Cuando buscas defectos, encuentras defectos.
En pocas palabras: La clave de la amistad es concentrarse en las cualidades de la otra persona.
Extracto del libro Sé Un Adolescente Feliz
Por Andrew Matthews