¿Hasta dónde se puede llegar en el noviazgo?

Tu objetivo debe ser no pecar. Entonces no hagas nada que te lleve a pe­car. Las caricias en los pechos, los besos apasionados en zonas eróticas como el cuello, el lóbulo de la oreja o las caricias suaves en las piernas te estimulan a desear mucho más. Y siempre seguirán donde dejaron la última vez. Hay señales que te advierten de posibles peligros. Son como semáforos que, del verde, se pasan al amarillo y, del amarillo, al rojo; una vez que se cruza, es imposible regresar. Hay una línea de no retorno don­de tu excitación y estímulo serán tan intensos que se volverán irresistibles.

NO OLVIDES

Relación sexual no es sólo penetración.

RITUAL DE APAREAMIENTO ¿SABÍAS QUE…?

La forma más simple para que entiendas hasta dónde llegar en el noviazgo es observar este esquema sexológico.

Por muy diferente que sea la manera de conocer a tu pareja, como el tiempo que tarden en intimar, existe una secuencia de actos que coinciden en todas las parejas, de todos los tiempos y culturas:

  1. – Se toman de las manos.
  2. – Abrazo por los hombros.
  3. – Abrazo por la cintura. Etapa de noviazgo
  4. – Boca a boca.
  5. – Caricias en la cabeza.
  6. – Caricias en el cuerpo (Etapa precoital)
  7. – Besos en el pecho, ya desnudos.
  8. – Caricias en los genitales.

¿Qué son las zonas erógenas?

Son lugares sensibles a las caricias. Se encuentran en muchas partes del cuerpo. Cuando son tocadas o acariciadas, se siente algo muy agradable, tan agradable que comienza a excitarse. Son zonas más sensibles, pues tienen miles de terminaciones nerviosas en su piel. Se pueden identificar los senos, nalgas y muslos y órganos genitales.

¿Cómo deben ser los besos y las caricias en el noviazgo?

Hay besos que se dan para dar y otros que se dan para quitar o robar; hay caricias que demuestran amor y respeto, otras que crean culpa. Según el ritual de apareamiento que hemos visto anteriormente, es fácil saber hasta dónde se puede ir en el noviazgo. Las caricias en el cuerpo corresponden a la intimidad precoital.

Las caricias íntimas en el noviazgo son como mirar la belleza del mar al borde de un barranco; tiene emoción, pero su riesgo es potencialmente letal; en cualquier momento ocurre lo inevitable y ¡zas!, no hay vuelta atrás. Piensa, de todo, Dios es tu testigo.

Será bueno recordar: “¿No saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y a quien han recibido de parte de Dios? No son ustedes sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por tan­to, honren a Dios con el cuerpo”, 1a Corintios 6:19-20, y: “Queridos herma­nos, les ruego como a extranjeros y forasteros en este mundo, que se abs­tengan de los deseos pecaminosos que combaten contra el alma”, 1a Pe­dro 2:11.

¿Por qué no debemos tener relaciones sexuales antes de casar­nos?

Abre tu Biblia en Génesis 2:24 y lee: “Por tanto, dejará el hombre a su pa­dre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”.

Nota la siguiente declaración: “…y se unirá a su mujer”. ¿Cuándo?, cuando deja a su padre y a su madre. Luego dice: “y serán una sola car­ne”. Hay un orden que respetar. Primero se casan, luego se unen.

1a Corintios 6:9,18-20 es un buen pasaje para leer juntos. Hebreos 13:4 también lo es.

1a Tesalonicenses 4:3-6 dice: “Esta es la voluntad de Dios: que sean san­tos y puros. Eviten por todos los medios los pecados sexuales; los cristia­nos deben casarse en santidad y honor, y no en pasión sensual como lo hacen los paganos en su ignorancia de las cosas de Dios. Y ésta es tam­bién la voluntad de Dios: que nadie cometa la desvergüenza de tomar la esposa de otro hombre, porque como ya lo había dicho, el Señor castiga con rigor ese pecado”.

“El que ama la limpieza de corazón, por la gracia de sus labios tendrá la amistad del rey”, Proverbios 22:11.

NOTA: Las relaciones sexuales según la Biblia deben comenzar la noche de bodas y no antes.

¿Podemos comparar al deseo sexual con el hambre o la sed?

De ninguna manera. El hambre y la sed son necesidades esenciales que deben satisfacerse para conservar la vida. El sexo es un deseo que tú puedes controlar: dicho en otras palabras, nadie se murió por no tener re­laciones sexuales. El impulso sexual es bien dominable.

Muchos adolescentes se acercan a los pastores pidiendo oración a fin de no tener más deseos sexuales. No podemos orar por eso, es contrario a la ley natural. Dios creó al ser humano con el impulso sexual, pero tenemos la responsabilidad de manejarlo. Podemos orar por trabajo, para que en­cuentres pareja, por fortaleza para no caer en pecado, pero nunca para que no tengas deseos. Eso es absurdo.

NOTA: Las órganos sexuales no nos controlan a nosotros sino que nosotros los con­trolamos a ellos.

Extracto del libro “Cuidado! Llegaron los adolescentes”

Por los sexólogos cristianos José y Silvia Cinalli.


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