Cuando yo era adolescente iba a muchos campamentos y, aunque te rías, mi mamá me hacía el bolso. Me iba con un bolso bien ordenado, con todas las cosas que necesitaba. Cuando terminaba el campamento y tenía que hacer el bolso para volver a casa, nunca me entraban las cosas. ¿Por qué cuando vine todo entraba y ahora no me entra nada?, me preguntaba. La deferencia es que mi mamá organizaba y doblaba cada prenda con cuidado y en cambio yo metía todo hecho un bollo.

Lo mismo sucede con el tiempo. Cuanto más organizado lo tenemos, tendremos más espacio para hacer cosas.

Los cumplidores de sueños son aquellos que hacen hoy lo que otros quieren dejar para mañana. Quizás tiene más ocupaciones que las que tuvieron los jóvenes de cualquier generación anterior a la tuya. Clases, deberes, gimnasio, iglesia, piano, Play Station, maratones de fin de semana, sueños, etc., etc. ¡Y sólo tienes veinticuatro horas cada día!

La organización del tiempo tiene que ver con seleccionar prioridades. ¿Qué es lo más importante? ¿Qué me ayudará a llegar más lejos? ¿Cuál actividad tendrá mejor resultado a largo plazo?

Uno de los hábitos más notables de las personas sobresalientes es que saben poner primero lo primero. Muchas veces sacrificamos lo importante por hacer cosas urgentes que, en realidad, no siempre son importantes. La mejor forma de organizar nuestros días es con una agenda.

Lo esencial es definir prioridades.

Hazte una lista de 1 a 10 poniendo en orden de importancia las cosas que debes hacer, y luego anótalas en los espacios de tu agenda. Si le das más tiempo a 9 que a 1, algo está fallando. Si crecer espiritualmente es lo más importante en tu vida pero sólo le dedicas a Dios los domingos a la mañana, no vas a crecer demasiado. Si es importante terminar tus estudios cuanto antes, entonces quedarte mirando el ‘telebobo’ toda la noche no te va ayudar. El planeta está repleto de jóvenes y adultos que se quedaron atrapados en la mediocridad por no aprender a usar bien el tiempo.

Fíjate que el tiempo es algo que a todos se nos ha dado por igual. Todos tenemos veinticuatro horas al día pero unos saben administrar esas horas y otros, en cambio, hacen un bollo.

Conozco gente con mucho talento que no vive de acuerdo a su potencial porque son pésimos administradores del tiempo. Siempre están postergando proyectos; el resultado es que sus sueños se desvanecen, a menos que otros los lleven a cuestas.

Cuando yo estudiaba abogacía, un profesor nos dijo en su primera clase: ‘¿Quieren llegar lejos en la carrera? Estudien cuando otros prefieren dormir.’ Cuando empecé a servir a Dios entre los adolescentes, estaba estudiando en la universidad y además trabajaba; mucho de lo que hacía para que LA.GR.AM. (Liderazgo y Adolescencia, Grupo de Amigos) creciera, lo organizaba de noche. Fue un sacrificio, pero valió la pena.

En Eclesiastés 3.1 dice que todo tiene su tiempo, y la juventud es un tiempo muy especial. Hoy tienes una energía física que no tendrás en veinte años; no desperdicios las oportunidades. Si te esfuerzas y aprovechas bien cada día, saldrás adelante y alcanzará$ las metas que Dios quiere para tu vida.

Una recomendación práctica: identifica tus perdedores de tiempo. ¿Qué cosas te hacen perder tiempo? Escríbelas en un papel y decide como atacarlas. Separa un tiempo en la agenda para ‘perderlo’ con estas cosas y cada mes dale menos tiempo a cada una.

MIS PRIORIDADES

Para podar: tus perdedores de tiempo. Para regar: tus prioridades.

Extracto de «Cumplir tus Sueños»

Por Lucas Leys


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