PALABRAS DE ADRIAN INTRIERI

El abuso en el consumo de alcohol ha sido, a lo largo de la historia, una de las preocupaciones más importantes de la iglesia. Miles de vidas se han destruido por causa del descontrol en el consumo, o la adicción al alcohol. Accidentes y homicidios, entre otras, han sido las trágicas consecuencias de su uso indiscriminado. Y la pregunta sigue haciendo eco: ¿Por qué millones de vidas se entregan a esta esclavitud? Intentemos responder juntos a esta pregunta…

A. Por una incapacidad para divertirse. Las cifras relacionadas con el consumo y abuso de alcohol en adolescentes han crecido descomunalmente en los últimos tiempos. Una de las razones que dan los adolescentes que se emborrachan es que lo hacen «para divertirse». Esta respuesta deja al descubierto la incapacidad que tienen las nuevas generaciones de encontrar placer en la vida sin lastimarse o exponerse. Y a eso hay que sumarle el hecho de que la iglesia históricamente no ha impartido una enseñanza sana sobre cómo podemos divertirnos sin caer en el error.

B. Por una lucha contra sí mismos. Existen muchos adolescentes que sienten que con el alcohol pueden sobreponerse a sus temores, a su incapacidad para relacionarse, o a su timidez. Piensan que solo cuando están bajo los efectos del alcohol pueden ser las personas que realmente desean ser. Creen que solo cuando están borrachos pueden ser personas interesantes, divertidas, o extrovertidas. Es como si con el alcohol «se liberaran» y pudieran mostrarse realmente como quieren ser… o como los demás pretenden que sean.

C. Por intentar olvidarse de la vida que viven. Muchos adolescentes saben que el consumo del alcohol les hace daño, pero de todos modos lo usan para escaparse, al menos por un rato, de la vida frustrante y solitaria que viven. Es triste, pero muchos adolescentes viven vidas tan solitarias y vacías que el alcohol, aunque saben que los destruye, les resulta más agradable que la realidad.

LA CONDUCTA DEL CONSEJERO FRENTE AL ABUSO DE ALCOHOL

Todo consejero debe recordar que los atajos nunca son buenos caminos. Por eso son atajos, y no caminos. La incapacidad para divertirse sanamente, la búsqueda de sentirse más seguros o libres, y la necesidad de olvidarse aunque sea por un momento de la vida que se vive, todos estos son problemas que no se pueden solucionar simplemente «tapando agujeros». Si lo hacemos, tarde o temprano la frustración, el abandono, la soledad, la baja autoestima, o cualquier problema emocional o afectivo que el adolescente tenga, reaparecerán, y lo harán con mucha más fuerza.

Los consejeros debemos evitar caer en el error de solucionar temporalmente el problema. Para ello, una buena estrategia deberá incluir no solo la prohibición del uso de alcohol, sino también el desarrollo más pleno de la vida del adolescente. Enseñarles a los adolescentes a divertirse sanamente y a sentirse seguros de sí mismos, valiosos e importantes, capacitándolos paralelamente para que puedan construir su propio proyecto de vida, este será el objetivo final de todo buen consejero. Por supuesto, la primera intervención debe ser la de exhortar al adolescente a disminuir el consumo de alcohol, ya que toda adicción se fortalece con el consumo. El pedido rotundo, entonces, debe ser: ¡detente! Pero luego debemos acompañar al adolescente hacia el desarrollo de una vida con sentido y propósito. Al hacerlo, recuerda que:

LOS LÍMITES SON NECESARIOS

Los límites son necesarios para resolver esta problemática. Sin ellos, será imposible el cambio. El adolescente debe ser confrontado, y debemos explicarle la necesidad de que ponga límite a sus impulsos. Ningún límite es fácil, y el limitarse a uno mismo es un acto que requiere fuerza, perseverancia, coraje y responsabilidad. Explícales a tus chicos que la vida requiere sacrificios, y salir de cualquier adicción aún más.

LA INFORMACIÓN ES NECESARIA

Para el consejero es necesario contar con una buena información acerca de la vida y la historia personal y familiar del adolescente. Nada aparece por qué sí. Todo tiene una causa, aunque sea invisible. Y conocer las situaciones que el adolescente tuvo que enfrentar a lo largo de su vida, sus experiencias y su historia, todo ayudará a comprender los orígenes de la adicción, a modo de poder combatir el problema desde la raíz.

LA AYUDA PROFESIONAL ES NECESARIA

A veces es imprescindible que se busque ayuda profesional, ya que puede ser necesaria la intervención de gente capacitada para llevar adelante un tratamiento medico, psiquiátrico o psicológico. No debemos temerle a esto. Conocer cuáles son los límites que tiene nuestro rol como consejeros es un acto de humildad, y también de responsabilidad.

LA FAMILIA ES NECESARIA

De ser posible, hay que darle parte a la familia en este proceso. Pero ten en cuenta que el consejero debe trabajar con lo posible. Existen familias que niegan la realidad, se evaden, o simplemente no sienten interés por lo que les sucede a sus hijos. Intentar incluirlos es parte de la acción primordial de todo consejero, pero si se enfrenta con el obstáculo de una familia que no desea ayudar, debe continuar la tarea con lo que se pueda.

Como nota final, nunca olvides que la paciencia, la comprensión, la empatía, y por sobre todo el amor, serán piezas fundamentales para acompañar a los adolescentes que se encuentren lidiando con problemas con el alcohol.

Extracto del libro “Manual de Consejería Para el Trabajo con Adolescentes”.

Por autores varios.

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