Imagina que vas sentado en un jumbo en algún lugar sobre Europa cuando uno de los motores se desprende del ala. ¿Cómo te gustaría que reaccionara el piloto? ¿Te gustaría que dijera: «¡Manténganse en calma y abróchense los cinturones! Este será un vuelo agitado, pero encontraremos la manera de llegar a casa»? ¿O te gustaría que el capitán corriera de un lado para otro gritando: «¡Vamos a morir! ¡Vamos a morir!»? ¿Cuál crees que tenga más posibilidades de aterrizar a salvo?

Ahora piensa en tu vida diaria, en la que tú eres tu propio piloto. ¿Cuál es la actitud más adecuada para resolver tus problemas, «Encontraremos la manera» o «¡Vamos a morir!»? Esta es la esencia del pensamiento positivo. No da garantías, pero te ofrece las mejores oportunidades. Los perdedores se concentran en lo difícil hasta que todo lo que ven son problemas. Las personas que piensan positivamente se concentran en lo que es posible. Al concentrarse en las posibilidades hacen que las cosas sucedan.

CUIDA TU BOCA

Fred y Bob son los adversarios en una pelea de box. Fred dice: «Voy a tratar de ganar». Bob dice: «Voy a ganar». ¿A quién le apostarías?

Las palabras que utilizamos indican a la gente qué tan convencidos estamos. ¿Qué ocurre con las personas que dicen: «Trataré de llegar a tiempo»? Siempre llegan tarde. ¿Qué ocurre con los que dicen: «Trataré de estar ahí»? Jamás se presentan. La palabra «tratar» es para perdedores. Significa que eres una hoja arrastrada por el viento. Las personas de acción no utilizan palabras como «trataré». Cuando James Bond ve a una supermodelo a punto de caer en un volcán en llamas, no le dice: «¡TRATARÉ… de salvarte!». Sustituye la palabra «trataré» con «haré»: «Lo haré», «Ahí estaré», «Aprobaré química».

Otra frase que usamos de manera fraudulenta es «no sé». Digamos que no has aprendido a nadar todavía. Si alguien te pregunta: «¿Sabes nadar?» lo mejor es contestar: «¡No todavía!» Sin duda puedes aprender a nadar si le dedicas el tiempo necesario. Decir «No, no sé» sugiere que la condición es permanente, lo cual no es así.

¿Te parece que me estoy poniendo demasiado técnico? No. Las palabras que utilizamos envían mensajes al subconsciente y determinan si «Estoy bajo control» o «Estoy fuera de control».

CUMPLE TUS PROMESAS

¿Cuántas veces tus amigos te dicen cosas como:

  • «Te ayudaré» y no lo hacen.
  • «Te llamaré» y no lo hacen.
  • «Te pagaré lo que te debo», y se olvidan completamente de ello?

¿Qué piensas de esos amigos? Yo pierdo el respeto por ellos. Uno deja de confiar en ellos. Si quieres que los demás te respeten cumple tus promesas. Evita hacer compromisos que no tienes la intención de cumplir. Si alguien te pide que hagas algo y tú no quieres hacerlo, di: «Esta vez no puedo, pero si cambio de opinión te llamaré».

Esta estrategia te protege de situaciones embarazosas, hace la vida más fácil y evita que quedes mal. Cuando eres cuidadoso con tus promesas tus amigos empiezan a confiar en ti. Además, tú empiezas a confiar en ti mismo. Las personas exitosas no se toman demasiado en serio, pero sí toman en serio sus palabras.

¡ORGANÍZATE Y DESHAZTE DE LA BASURA!

¿Quieres sentirte mejor contigo mismo? Arregla tu cuarto y deshazte de la basura. ¡Lo digo en serio! Pruebas psicológicas demuestran que las personas sufren más estrés en habitaciones y oficinas desordenadas. En espacios ordenados nos sentimos más relajados y con más energía.

Los ríos saludables se limpian a sí mismos. Los árboles dejan caer hojas viejas y frutos. Tu cuerpo se siente mejor cuando lo lavas. También tu cuarto. Podemos aprender de la naturaleza. La naturaleza conserva lo esencial y se deshace de la basura. A eso se le llama organización.

Si quieres sentirte mejor con respecto a tu vida o tus estudios, organízate. Arregla tu escritorio, ordena tus libros y tus folders. Tal vez pienses: «Mi escritorio es un caos, pero un caos organizado. ¡Yo soy muy eficiente!» ¡Sí, cómo no! ¿Cómo te sentirías si te llevaran a la sala de operaciones para una intervención quirúrgica del cerebro y encontraras el equipo de médicos entre montones de Viejas agujas, vendas y botellas, envolturas de hamburguesa, y el cirujano en jefe te dijera: «No se preocupe. ¡Esto es un desastre, pero todo está bajo control!»?

Siempre que el desempeño es importante está presente la organización. Los bomberos siempre saben dónde encontrar sus cascos; los conductores de ambulancias tienen un lugar determinado para poner las llaves. Cuando te pongas a ordenar, establece pequeñas metas. En vez de decir: «Voy a arreglar todo el cuarto», arregla un armario y después otro. Ve tomando impulso poco a poco. Lo más difícil es comenzar.

Extracto del libro Sé Un Adolescente Feliz

Por Andrew Matthews

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