Esta obra de teatro es una manera efectiva de ayudar a los jóvenes a explorar las personalidades de personajes bíblicos que a menudo parecen irreales. Y si la combinamos con un estudio bíblico, puede agregar profundidad a la experiencia del aprendizaje. Un personaje bíblico es seleccionado y alguien del grupo (tal vez el líder de jóvenes) primero investiga sobre ese personaje y luego asume su identidad dando un discurso para todos. Por ejemplo, él podría convertirse en Pedro, y tratar de relatarle al grupo sus reacciones y sentimientos cuando:
- Andrés le presentó por primera vez a Jesús.
- Jesús entró en su bote y se dirigió a la multitud.
- Tuvo que caminar sobre el agua.
- Confesó que Cristo era el Señor y luego inmediatamente le reprochó el hablar de su muerte.
- Se negó (al principio) a que Jesús le lavara sus pies.
- Se desarrollaron los acontecimientos de la última cena.
- Negó a Cristo.
- Cristo le habló a él en la playa después de su resurrección.
Luego del discurso, el grupo puede preguntarle a Pedro acerca de las cosas que dijo, y Pedro responderá como cree que habría respondido el Pedro real. Para hacer un debate más profundo, podemos dividir a los chicos en equipos de trabajo y discutir a partir de algunas preguntas relacionadas, como, por ejemplo:
- Si fueras uno de los otros discípulos, ¿cómo te sentirías con respecto a que Cristo pasara tanto tiempo con Pedro?
- Si alguien te hiciera lo que Pedro le hizo a Jesús, ¿cómo te sentirías?
- ¿Qué te dicen las palabras que Cristo le dijo a Pedro en la playa, después de la resurrección, acerca del amor que él sentía por Pedro?
- ¿Te has sentido como Pedro en alguna circunstancia?
Este mismo enfoque se puede hacer con un sinnúmero de personalidades de la Biblia. Puedo garantizar que hará que nuestro grupo de jóvenes piense de forma diferente acerca de los pioneros de nuestra fe. (Arlín Migliazzo).
Extracto del libro Reuniones Creativas Para Refrescar tu Ministerio
Por Autores Varios
