ACTO 1: “DÍA JUEVES: TRAICIONES”.
Escenografía: Iluminar con luces azules y verdes. Una mesa, bolsa con monedas. Una fogarata.
INTRODUCCIÓN.
Entran cinco chicos vestidos de negro, cada uno con un cartel. Sin decir nada, muestran de a uno los carteles entre la gente:
- “Mi amigo les contó a todos lo que me pasa”.
- “Confiaba en él. Nunca pensé que hiciera eso”.
- “Dice que me quiere pero me humilla delante de todos”.
- “Cuando más los necesite, no estaban”.
- “Me vendieron por 30 monedas de plata”.
Después se ponen de espaldas y forman la palabra “Traiciones”. Se van.
DESARROLLO.
Con un pedazo de pan se explica que Jesús después de celebrar la pascua, repartió pan entre sus discípulos y se da una brevísima explicación del significado del pan. Al terminar se dice lo siguiente: “Mientras Jesús repartía el pan entre sus discípulos, uno de ellos se levantaba de la mesa y se iba… para no volver. Mientras ellos comían el pan, en otro lugar sucedían otras cosas…”
Luego de esto se dramatiza a Judas hablando con los religiosos para traicionar a Jesús por 30 monedas de plata. Finalizada esta escena…
Con un vaso se explica que Jesús después de repartir el pan, compartió el vino entre sus discípulos y se da una brevísima explicación del significado del vino. Al terminar se dice lo siguiente: “Jesús repartió el vino, símbolo de la sangre, símbolo de su propia vida que perdona, limpia y restaura. Pedro comió el pan con él, Pedro bebió la copa de vino que Jesús le compartió. Pero Pedro también lo traicionó…”.
Luego se dramatiza la negación de Pedro.
CONCLUSIÓN.
Se lee el siguiente relato adaptado:
«Ese día Jueves todos traicionaron a Jesús. Pedro lo traicionó diciendo que no lo conocía. Judas lo traicionó vendiéndolo por 30 monedas de plata. Los demás discípulos lo traicionaron abandonándolo y dejándolo solo cuando Jesús más los necesitaba. El pueblo lo traicionó pidiendo que lo crucifiquen.
¿Alguna vez te sentiste traicionado?: Tu amigo le contó a todos lo que te pasaba. Confiabas en esa persona, pero nunca imaginaste que te hiciera eso. Dice que te quiere pero te humilla delante de todos. Cuando más los necesitabas, ellos no estuvieron… ¿Te pasó algo de esto? Jesús sabe cómo te sentís, porque a El también lo traicionaron Ese día jueves todo el mundo se volvió en contra suya.
¿Sabés lo que hizo Jesús cuando los demás los traicionaron? El no los odió ¿Sabés por qué? Porque el odio no sirve para nada. El odio es inútil. ¿Te quita el dolor odiar a la persona que te traicionó? ¿Te hace más feliz? NO. El odio te envenena, te amarga, te hace ser un pobre loco. Jesús no odió a los que lo traicionaron y muchos de ellos eran sus mejores amigos. Jesús miró hacia delante. El miró hacia el cielo. El mantuvo su mente puesta en Dios. El sabía que las personas (todas las personas) pueden fallarnos alguna vez, pero Dios jamás nos falla. Podemos creerle a Dios, podemos confiar en él. Podemos sentirnos seguros. Y podemos darles una segunda oportunidad a aquellos que alguna vez nos fallaron. Sí eso fue lo que hizo Jesús«.
ACTO 2: “DÍA VIERNES: PALABRAS QUE HIEREN”.
Escenografía: Iluminar con luces rojas solas o rojas y azules. Una cruz. Un cartel con pecados escritos. Pintura roja. Pincel.
INTRODUCCIÓN.
Cuatro personas vestidas de negro, uno al lado del otro. El quinto chico pasa caminando delante de ellos. Los cuatro comienzan a lanzarle palabras hirientes. Le gritan cosas hasta que se va. Mientras él va saliendo los cuatro lo siguen de atrás gritándole más cosas.
DESARROLLO.
Luego, alguien dice lo siguiente: “A todos nosotros nos han dicho palabras hirientes, cosas que nos dolieron o nos duelen. A Jesús también se las dijeron. Ese viernes pasaron muchas cosas, y muy rápidas en la vida de Jesús. (Es importante mencionar todo lo que sucedió):
- A la mañana temprano los religiosos lo llevaron como un vulgar prisionero delante del gobernador Pilato.
- Los religiosos lo acusaban y Pilato le preguntaba cosas, pero Jesús no les respondía nada.
- Pilato habla con el pueblo y les da a elegir entre Barrabás, que era un ladrón, y Jesús. El pueblo y los religiosos gritan que Jesús sea crucificado.
- Los soldados se llevan a Jesús, lo desnudan, le ponen una corona de espinas, lo escupen y le pegan en la cabeza.
- Le vuelven a poner sus propias ropas y al mediodía lo llevan para crucificar.
- Lo obligaron a llevar su propia cruz hasta que no pudo más.
- Cuando llegaron al monte de la calavera, clavan sus manos y sus pies y lo crucifican.
- Algunos soldados juegan a los dados para quedarse con las ropas de Jesús.
- Crucifican a dos ladrones con él, uno a cada lado de la cruz.
Después de terminar de mencionar esos acontecimientos se dice lo siguiente:
“Sin embargo, no fueron suficientes los clavos en las manos. No fue suficiente con la corona de espinas atravesándole la cabeza. No bastaba con el dolor de los látigos romanos sobre su espalda. Todavía querían golpearlo y lastimarlo más, con palabras hirientes:
(En off se oyen las palabras hirientes que le lanzaron a Jesús):
- “¡Si eres el hijo de Dios bájate de la cruz!”
- “A otros salvó, pero a sí mismo no se puede salvar”
- “Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo”
- “¿No eres tú el Cristo? Sálvate a ti mismo y a nosotros”
Luego se lee el siguiente relato:
“Sin lugar a dudas vos tuviste que soportar palabras que hieren. Seguramente sentiste el dolor de palabras que te lastimaron. O tal vez lo estás sintiendo. Alguien que vos amás o respetás te da latigazos con su lengua. Tal vez las palabras fueron dirigidas para lastimarte, o tal vez no. Pero eso no importa. La herida es profunda y te sentís mal por lo que te dijeron. Pero Jesús te entiende porque a El lo lastimaron de la misma manera: con palabras hirientes. Pero ¿te dás cuenta de lo que NO hizo Jesús? El no se desquitó. El no les gritó a los demás palabras hirientes. No los amenazó. ¿Entendés lo SI que hizo Jesús? El le dejó el juicio a Dios. El no se puso a buscar revancha. El no exigió explicaciones. El no mandó a nadie para vengarse. El, asombrosamente, y al contrario de lo que vos y yo haríamos, los perdonó: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.” Sí, las piedras verbales de ese viernes fueron amargas y si hay alguna persona que mereció tener una buena oportunidad para la venganza, ese era Jesús. Pero El no lo hizo. En vez de eso murió por sus enemigos. Por vos y por mí. ¿Cómo pudo hacerlo? Yo no sé.
Pero sí sé que todas mis heridas parecen insignificantes. Mis rencores y duros sentimientos se vuelven repentinamente infantiles cuando los comparo con El. Si alguien te lastima con sus palabras, o si te lastimó, no lo trates de la misma manera. Aprendé de Jesús. Perdoná a esa persona, y decile a Dios que se ocupe de ella como El quiera y que la trate como El quiera tratarla. Y recordá que perdonar no es de débiles ni de cobardes, perdonar es para aquellos que quieren ser libres de verdad«.
CONCLUSIÓN.
Tema musical alusivo al relato.
Mientras se escucha el tema musical, alguien clava sobre la cruz el largo listado de pecados y se retira. Luego viene otra persona, y con algún color rojo, escribe sobre el cartel: “PERDONADOS”.
ACTO 3: “DÍA SÁBADO: DESCANSO Y TEMORES”.
Escenario: Se ilumina con luces rojas, amarillas y azules.
INTRODUCCIÓN.
Se lee el siguiente relato (mientras una melodía suave se oye de fondo):
“Ese sábado Jesús estaba en la tumba, descansando. Después de las traiciones, después de los insultos y de los golpes. Después del maltrato y del abandono. Después de las espinas y de los clavos, de las burlas y de los desprecios, Jesús descansó durante dos noches en una oscura y fría tumba. Pero mientras Jesús descansaba ¿dónde estaban sus discípulos? ¿qué pasó con todos ellos? Ellos se escondieron, porque estaban muertos de miedo. Tenían miedo de decir que eran amigos de Jesús. Tenían miedo de que alguien los reconociera como los seguidores de Cristo. Tenían miedo de que los maten como mataron a Jesús. Tenían miedo y se escondieron de las personas. pero no seamos tan duros con ellos. Nosotros nos parecemos mucho. Nosotros también, muchas veces, tenemos miedo de vivir como auténticos cristianos”.
DESARROLLO.
Entran cuatro chicos, cada uno con “algo” que los identifique como cristianos. Y se paran delante de todos, muy felices, mostrando entre ellos cuán cristianos son. Luego entran otros dos caminando y estos cuatro, al verlos, salen corriendo y se sientan entre la gente, asustados. Cuando los dos pasan, los cuatro vuelven al centro del escenario mostrándose nuevamente muy felices y victoriosos. Hasta que vuelven a aparecer otros dos… (Esto lo repiten unas cuatro o cinco veces. Los dos que aparecen tienen siempre algún distintivo diferente cada vez).
CONCLUSIÓN.
Se lee el siguiente relato como conclusión (Podría haber alguna melodía suave de fondo):
“Jesús no estaba y los discípulos se escondieron. Hoy Jesús sí está, pero al igual que aquellos discípulos, muchas veces nosotros también nos escondemos. Nos escondemos dentro de las iglesias. Tratamos de aparentar para que nadie se entere de que somos cristianos. Insultamos como los demás. Mentimos como los demás. Tranzamos como los demás. Copiamos en los exámenes como los demás. Envidiamos como los demás. ¡Que nadie se entere de que somos cristianos! ¡Que nadie se entere que el sábado estuve en la iglesia!. ¡Que nadie sepa que mis mejores amigos son cristianos! Por miedo y por vergüenza. Somos tan cobardes como aquellos discípulos. ¿Alguna vez pensaste qué siente Jesús cuando nos ve actuar de esta manera? ¿Alguna vez sentiste en tu corazón el dolor que El siente? Jesús se la jugó por nosotros. A El no le importó la vergüenza, ni el qué dirán. A El no le importó la opinión ni los comentarios de los demás. El se la jugó por vos y por mí. ¿Por qué somos tan cobardes? ¿Por qué nosotros nos escondemos? Si lo mejor que tenemos y lo mejor que somos es gracias a El.
ACTO 4: “DÍA DOMINGO: “JESÚS VIVE”.
Escenario: Iluminación con todas las luces rojas, amarillas, azules y verdes.
Alguien dice: “Esa mañana del domingo algunas mujeres fueron a visitar la tumba de Jesús. Iban a visitar a un muerto, pero, sorpresivamente, se encontraron con un ¡Vivo!”.
Canción de resurrección. Mientras se oye la canción de resurrección, un grupo de chicos aparecen y colocan 9 carteles (cada cartel tiene una frase alusiva a la resurrección y a la nueva vida que tenemos en Cristo).
Palabras finales de ministración.
FIN
Por Edgardo Tosoni