«Las líneas de presión me afectan cuando estoy vulnerable»

 Nunca hay que subestimar el calor del momento. Yo he vis­to en todos estos años atrás caer a fuertes y sólidos cristianos en el sexo prematrimonial o extramatrimonial. He oído muchas veces como convicciones que en la luz parecen fuertes e ina­movibles, en la oscuridad se vuelven débiles e irrelevantes trivialidades:

Un buen número de factores pueden juntarse para debilitar las convicciones morales de una persona soltera: intensos sen­timientos emocionales, fatiga, influencia externa (como ver una película donde haya escenas de sexo, por ejemplo), temor de perder al otro por no ceder, y varias más, pero un importante elemento muchas veces pasado por alto son las «líneas de presión.»

Líneas de presión son esas frases que se usan, en un tiempo de vulnerabilidad, para inducir a otro a tener sexo. Estas fra­ses, escritas sobre papel parecen inofensivas, pero dichas al oído en el momento oportuno, son poderosas armas de destrucción.

Las líneas de presión son las armas del seductor, que usadas en el momento especial, dejan a la víctima indefensa, aun cuando esté preparada para tales ataques.

Otra razón común (para tener sexo) es la presión que siente la persona en esa cincunstancia. El compañero le ha dicho que «una sola vez no hace año,» o «si tú me quieres, tienes que quererlo también.» Esto pone a la per­sona en una situación muy difícil.

Los muchachos que participan en sexo prematrimonial dicen que se aman el uno al otro. En realidad, lo que tienen es lujuria. Esto es una forma sutil para que el acto luzca que «está bien». Estos son ejemplos de líneas de presión que algunos adoles­centes usan sobre otros, para inducirlos a participar en sexo premarital.

  • Si me amas, lo harás.
  • El tiempo pasaba, y el seguía presionándome. Me de­cía que si lo amaba, tenía que demostrárselo. Finalmente cedí a sus amenazas. Después que tuvimos sexo, no vol­vimos a darnos las manos.
  • Deseo hacerte el amor.
  • Todos lo están haciendo.
  • Pensamos que si todos lo están haciendo, entonces no­sotros también tenemos que hacer lo que es popular. Pa­ra las chicas sobre todo, esto es un problema porque ellas no desean ser consideradas «una virgen» toda su vida. Esto parece ser una suerte de desgracia y no algo correc­to. Cuando los muchachos oyen que todo el mundo lo ha hecho, se sienten excluidos y hacen lo mismo, sólo para experimentarlo y ser considerados parte del grupo.
  • Probemos una vez, si no te gusta, no lo volve­mos a hacer.
  • No te voy a dejar embarazada.
  • No te voy a dejar embarazada si eso es lo que tú temes. Hay una cantidad de maneras y medios de evitar el embarazo.
  • Déjame probarte cuanto te quiero.
  • Ya que pronto vamos a casarnos, está bien.
  • ¿Cómo pude ser tan estúpida, Laura? Donald me con­venció por decirme tales cosas como, «pronto nos va­mos a casar. ¿Qué diferencia hace que tengamos un pa­pel de matrimonio o no? Ya estamos casados ante los ojos de Dios, y eso es lo que realmente importa».
  • Si tú me excitas, tú tienes que seguirme.
  • El sexo no es una gran cosa.
  • ¿De qué tienes miedo?
  • ¿Tú no desearás graduarte del colegio y ser todavía virgen, verdad?
  • Tus compañeros pueden hacer un chiste de tu virtud, y hacerte pensar que tienes algún complejo respecto del sexo. Cuando una chica llega a cierta edad y es todavía virgen, los compañeros la hacen sentir avergonzada.
  • Si te sientes bien, hazlo.
  • El sexo es divertido, si no dejamos que nuestra heren­cia puritana interfiera y nos haga sentir culpables.
  • Tener relaciones sexuales es una cosa natural.
  • El sexo es simplemente un apetito natural más, tal co­mo el hambre o la sed. ¿Por qué hacer tanto lío?
  • El sexo es un asunto privado. Lo que uno hace en privado no es asunto de nadie.
  • Bien, ¿por qué no? ¿Eres afeminado, o algo así?

Extracto del libro “Lo Que Deseo Que Mis Padres Sepan Acerca de mi Sexualidad”.

Por Josh McDowell.

Lee Sexo y sexualidad – Líneas de presión 2

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