Continuemos.

Tengo ahora 27 años, y unos seis meses atrás escribí en mi diario estas palabras dirigidas al Señor:

«Esta noche me siento solitaria. Y pienso en las muchas veces en mi vida que me he sentido solitaria, intensamente solitaria. Y comprendo que me sentía solitaria porque yo deseaba un «papá». Poder ser capaz de llamarle a él cuan­do me sentía apenada y oírle decir que me comprendía, y ver como me escuchaba. Y yo acudiría siempre a él. Mientras iba creciendo, a causa de nuestra relación especial.

Pero nunca tuve eso con mi padre. Y así me siento sola todavía, sin ese eslabón que me una a mi pasado. Anoche Dios me habló otra vez, con esa Su voz quieta y apacible, y me dijo que Él estaba aquí conmigo. Y con lágrimas en los ojos le dije: ¿Serás tú mi papi? ¿Estarás aquí con­migo para hablar, sólo para hablar, y escucharme? Sí, yo sé que Tú estarás. Y la cosa más maravillosa que Tú es­tés conmigo como mi papá, es que estarás conmigo para siempre. Nunca estaré ya sin Ti, o sin Tu amor por mí.

Y pienso en aquella chiquilla de 14 años que una noche perdió su virginidad porque andaba buscando amor, el amor de su papá. Y me gustaría poder hablar con esa chiquilla y decirle que ella nunca hallará ese amor en otro hombre. ¡Cómo me duele el corazón cuando pienso de esta chiquilla…. cuando pienso de mí misma como era muchos años atrás. Mi vida ha sido una continua búsqueda del amor de mi padre. Y en Jesús he encontrado ese amor y he encontrado ese Padre. Para siempre» (11 de Agosto de 1985).

¿Qué deseo yo que los padres conozcan acerca de la se­xualidad de sus hijos? La sexualidad de los niños está re­lacionada directamente a la manera que ellos piensan de sí mismos. Si ellos no encuentran en el hogar el amor que buscan y necesitan, lo buscarán por cualquier otro lado. Pero ese amor que encuentren será siempre un pobre subs­tituto del verdadero amor del padre.

He aquí un poema escrito por Steve y Annie Chapman (versión libre), que dice así:

«Papi, eres tú el hombre que sueña tu chiquita.

Tú eres el único que ella agradar quiere.

Hay un lugar en su corazoncito,

que nadie más que tú puedes llenar.

Pero si tú no le das el amor que anda buscando

ella buscará ese amor por otro lado,

que nunca la podrá satisfacer.

Si tu chiquita crece sin el amor de su papá,

se sentirá siempre vacía, solamente

porque no tiene el amor de su papá.

No la mandes a la puerta de otro hombre

Porque nadie hará lo que tú debes:

darle a tu hijita lo que busca, el amor de su papá».

¿Le está dando usted a su hijita el amor de su papá? Si no lo está haciendo, por favor, hágalo. Vaya donde es­tá ella, y dígale que la ama. Y que ella es la más preciosa chiquita del mundo para usted. ¿Y qué si usted piensa que es demasiado tarde? No, nunca es demasiado tarde. Aun si ella tiene ya 27 años, no sería todavía dema­siado tarde. La canción sigue con palabras de aliento pa­ra todos aquellos que piensan que es demasiado tarde.

«Y algún día si tú oyes

que ella ha perdido su inocencia,

ella la habrá perdido buscando

lo que debió darle el hogar y no le dio.

Deja que el Padre Celestial

sane la herida que tú hiciste.

El puede perdonarte y ayudarte

para que le des a ella el amor de padre

que siempre ella buscó.

No la mandes a la puerta de otro hombre,

porque nadie puede darle lo que tú.

Ella sólo necesita el amor del único hombre

que ella ama, ¡de nadie más que tú!

«Her Daddy’s Love» (Steve and Annie Chapman. 1983).

Extracto del libro “Lo Que Deseo Que Mis Padres Sepan Acerca de mi Sexualidad”

Por Josh McDowell

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