«Creo que tu divorcio es por mi culpa y que yo no soy realmente importante para ti. ‘ ‘

Una de las más grandes razones de la inseguridad de los ado­lescentes de hoy, y su sentido de culpa, es el temor de que «mis padres vayan a divorciarse.» Esto crea inseguridad en el senti­do de que: «Yo no soy importante para mi mamá ni para mi papá.» Los adolescentes se culpan a sí mismos de los proble­mas de los padres. Cualquiera sea la tensión que se haya desa­rrollado entre los padres con respecto a los hijos, los chicos siempre la ven como su culpa, y desarrollan un tremendo sen­timiento de culpa. El efecto emocional para los adolescentes es: «Nadie me ama. Yo no soy digno de ser amado.»

El resultado es el involucramiento en relaciones sexuales que tienen un doble mensaje para los padres: (1) Yo deseo aten­ción; y (2) Deseo que sepas que soy digno de ser amado.

Otra razón para las actividades sexuales prematrimoniales es su sentimiento de inseguridad. Sea que esta emoción se forme por el rechazo de sus compañeros, o por una vida hogareña ines­table, el sentimiento hace que el chico o la chica busque deses­peradamente por otro lado, clamando por respuesta. Los ado­lescentes, por lo general, tienen una pobre opinión de sí mis­mos, por lo tanto, su necesidad de amor y afecto es más gran­de en esta edad que en otras. Esta inseguridad se debe en par­te, según me parece, al creciente ritmo de divorcios en la cul­tura norteamericana. El adolescente que ha crecido en un ho­gar deshecho, no ha experimentado el beneficio de ver una fe­liz relación entre sus padres. El adolescente, por lo tanto, no está nada seguro de su noviazgo romántico, y está dispuesto (sobre todo las chicas) a hacer cualquier cosa que cree necesa­rio para mantenerlo.

Como un ejemplo de las relaciones sexuales prematri­moniales, hace poco los diarios de Inglaterra hablaban de un muchacho de 16 años que ya era padre de tres criatu­ras, y este fenómeno radicaba en el hecho de que sus padres se habían divorciado, y en su sentido de inseguridad y aburrimiento, había buscado su propia relación sexual.

Yo creo que una de las mayores causas de sexo entre los adolescentes se debe al hecho de que los padres se han divorciado. He pasado por eso, y sé qué es lo que se siente. Sentí que yo no les importaba a mis padres en lo ab­soluto. .. Me sentí rechazado y abandonado. La Biblia di­ce en 1 Pedro 5:7, «Encomiéndenle sus ansiedades, por­que El siempre cuida de ustedes.» Yo culpé a Dios, y no podía comprender por qué El había permitido que el di­vorcio me ocurriera a mí. Más tarde comprendí cómo a través del divorcio Dios deseaba mostrarme cómo ser más maduro, y El deseaba que yo comprendiera que cuando uno no se casa con la persona que El tiene para uno, la mayoría de las veces el matrimonio no funciona. Yo creo que los adolescentes, cuando ven que sus padres se di­vorcian, sufren mucho emocional mente. Entonces cuan­do el novio le muestra a la chica que tiene interés en ella, ésta siente que lo único que le queda es entregarse a él.

A causa del alto porcentaje de divorcios, los chicos de hoy no tienen un ambiente estable en el cual vivir. Hay actualmente 12 millones de hijos de padres solteros, y cada año un millón de adolescentes escapa de sus hogares. Ob­servando a sus padres los jóvenes no adquieren un con­cepto cabal de permanencia en la familia, y no pueden conocer el significado de «no más dos, sino una sola car­ne.» «Esto explica por qué el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los dos llegan a ser una sola persona.» Génesis 2:24.

En la sociedad de hoy, donde aumenta constantemente el número de familias de un solo padre, o madre, los jó­venes pueden fácilmente quedar aislados. Casi lo mismo pasa cuando el padre y la madre salen todo el día a traba­jar afuera, dejando a los chicos solos por largos períodos de tiempo. El chico se siente inseguro y falto de amor, y puede tratar de hallar seguridad y amor en una relación con una persona del otro sexo.

Por supuesto, hay muchas causas para esa quiebra de valores en cuanto al sexo prematrimonial. Los hogares deshechos de padres divorciados empujan a los adoles­centes a encontrar amor, afectos íntimos y atención a tra­vés de otros, para remplazar lo que han perdido en el hogar. Dos padres que trabajan proporcionan la privaci­dad fácilmente obtenible para adolescentes que necesitan y desean llenar ese vacío. Desearía que los padres pudieran experimentar la presión que ejercen en nosotros el sexo y los amigos. Así se darían cuenta de cuán duro es hacer decisiones difíciles y comprenderían nuestra vital necesi­dad de amor y aceptación.

A causa del auge del divorcio y falta de respeto por el matrimonio, los adolescentes han empezado a olvidar que el sexo es una comunicación y compromiso de amor que ayuda a dos individuos (hombre y mujer) a expresar su relación especial y personal el uno al otro. He menciona­do antes dos palabras que yo creo van mano a mano: vida y amor. Yo creo que ellas dos son un don de Cristo.

Extracto del libro «Lo Que Deseo Que Mis Padres Sepan Acerca De Mi Sexualidad».

Por Josh McDowell.

 

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