Esta idea contribuirá a crear cierto interés extra en el ser parte de un discipulado o estudio bíblico en un pequeño grupo. El grupo se llamará: «Las luces de la mesa redonda», jugando con la idea de que somos las «luces» del mundo. El estudio tendrá lugar por las tardes, sentados alrededor de una mesa redonda y a la luz de un candelabro.

La parte superior de la mesa puede hacerse cortando dos láminas completas de cartón piedra. Cada lámina tendrá la forma de media mesa. Cuando las dos láminas se colocan juntas, obtendremos una mesa donde pueden sentarse confortablemente doce personas. Si el grupo es más grande, confeccionemos dos mesas. Este círculo puede colocarse sobre una mesa cuadrada regular o rectangular. Luego con una sábana grande cubriremos la mesa, también una opción es pintar el cartón. Suministremos una vela para cada puesto de la mesa y obtendremos un escenario íntimo con pocas distracciones.

Por alguna razón, es mucho más fácil conseguir que un chico forme parte de «Las luces de la mesa redonda» que lograr que se una a un estudio bíblico. Si hacemos de esto algo especial, más exclusivo que las reuniones ordinarias, y pedimos un compromiso determinado de tiempo, los jóvenes tienden a responder.

Si decidimos realizar estas reuniones entre semana, hagámoslas lo suficientemente cortas como para que no interfieran con el tiempo de estudio. (Dennis R. McDonough).

Extracto del libro Reuniones Creativas Para Refrescar tu Ministerio

Por Autores Varios

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