Este recurso práctico vale un millón de sonrisas y además se ocupa de un problema al que Cristo se refirió en sus cartas a las siete iglesias en Apocalipsis (Apocalipsis 3:14-19). Anunciemos con anticipación que vamos a tener una fiesta de apatía y que todos deben venir vestidos con la ropa más tonta y aburrida que puedan encontrar. Digámosles que elijan su estuario como si simplemente no les importara el evento. A medida que van llegando los chicos, tengamos personas encargadas de saludarlos en la puerta y darles las reglas para la fiesta. Las reglas son las siguientes:

REGLAS. NO SE PERMITE:

  • Reírse (risitas tontas, reírse entre dientes).
  • Llorar.
  • Sonreír (sonrisas grandes).
  • Fruncir el ceño.
  • Voces altas (ni de alegría ni de enojo).
  • Movimientos rápidos.
  • Ojos alegres.
  • Darse la mano de manera entusiasta.
  • Aplaudir.
  • Conversaciones interesantes.
  • Exclamaciones (¡Guau!, ¡Hey!, etc.).

SE PERMITE:

  • Bostezar.
  • Miradas aburridas (ojos llorosos, caras largas).
  • Movimientos lentos.
  • Voz monótona.
  • Conversaciones aburridas.
  • Quedarse viendo a la nada.

NOTA: Si te atrapan ejecutando alguna de las actividades que no están permitidas, deberás colocar una bolsa de papel sobre tu cabeza hasta que seas capaz de controlarte y comportarte de una manera apropiadamente aburrida. Cualquiera que no pueda dominarse en una cantidad de tiempo razonable, tendrá que salir de la reunión hasta que logre regresar apático.

Cada encargado debe poseer varias bolsas de papel para cubrir las cabezas de aquellos que se rían, se emocionen o muestren cualquier tipo de entusiasmo durante el evento.

Podemos realizar los siguientes juegos durante la fiesta:

A. Lecturas monótonas: Suministremos libros de prosa, poesía, directorios telefónicos y diccionarios para que cada persona pueda leer un párrafo usando una voz monótona y sin emoción. La lectura más seca y aburrida será declarada la ganadora.

B. Concurso de disfraces: Un jurado declarará ganador al que lleve la ropa más aburrida.

C. Mirarse cara a cara inexpresivamente: Organicemos un concurso de eliminación. Coloquemos a los chicos en parejas y digámosles que el objetivo es hacer sucumbir a su compañero. El ganador será el que mire fijamente por más tiempo al otro, sin reírse ni mirar a otro lado ni cerrar los ojos (se permite pestañear). Cada participante puede decir cosas para lograr que el otro se ría, pero no debe mostrarse o sonar entusiasta.

D. La carrera del aire en cucharas: Digámosles a los equipos que íbamos a hacer una carrera de posta en la que debían transportar huevos en las cucharas, pero que no estábamos de humor para ir hasta la tienda. Así que tendrán que balancear aire en las cucharas. El primer jugador de cada equipo tiene que caminar hacia la marca y volver, mientras balancea aire en la cuchara. (¡Si, claro!) Cuando ese jugador regrese será el turno del siguiente. Los encargados tienen derecho a hacer que los corredores vuelvan a empezar si consideran que han dejado caer el aire de sus cucharas. (¡No es justo!) El primer equipo que complete los relevos resultará descalificado, por esforzarse tanto, y el equipo que llegue en último lugar será descalificado por esforzarse demasiado poco.

E. Carrera de relevos balanceando libros: Este es otro relevo que se realiza en equipos como en el juego anterior, con la diferencia que deberán balancear un libro hasta la marca, ida y vuelta. Sin embargo, podrán sostener el libro de la manera que quieran, porque de todas formas no importa y además ¿a quién le importa?

Promediando la fiesta los encargados deben anunciar que los juegos han sido cancelados porque todos están muy aburridos y completamente apáticos. Los responsables pueden elogiar a aquellos que dieron demostraciones excepcionales de apatía y aburrimiento. Los que se hayan negado a participar en los juegos recibirán el elogio más grande por su apatía y falta de cooperación.

A fin de que todos se sientan aún más apáticos, los bocadillos apropiados incluirán lo siguiente:

  • Gaseosas sin gas en pequeños vasos, o mejor aún, agua tibia. (Los encargados pueden explicar que no tenían la energía para conseguir algo mejor).
  • Pequeños pedazos de pizza congelada.
  • Pequeñas tazas con helado derretido.

Luego del tiempo de refrigerio, se seguirá con una discusión de Apocalipsis 3:14-19 acerca de las consecuencias que acarrea el ser indiferente o apático. Permitamos que los chicos compartan sus reacciones ante la fiesta y ante el refrigerio. Esta puede ser una buena manera de sacar creativamente a un grupo de jóvenes de su estado de indiferencia. Una buena idea es terminar con algunos buenos bocadillos y un poco de entusiasmo. (Ed Skidmore).

Extracto del libro Reuniones Creativas Para Refrescar tu Ministerio

Por Autores Varios

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