Una de las parábolas de Jesús menos conocida es la historia del amigo a media noche, que aparece en Lucas 11:5-8. Aquí presentamos una manera de enseñarla a los jóvenes que la hará inolvidable.
Solicitemos que un voluntario represente a la persona que se fue a la cama temprano. Digámosle lo siguiente: «Se acerca la media noche en Jerusalén, y estás profundamente dormido. Te encuentras acostado en una cama grande con el resto de tu familia. Levantarse sería un tremendo inconveniente, pues todos se despertarían. No hay nada en el mundo que podría hacerte salir de la cama a esta hora de la noche».
Invitemos a un segundo voluntario a actuar como el vecino a la puerta. Expliquémosle lo siguiente: «Es media noche y algunos visitantes de fuera de la ciudad acaban de llegar a tu casa. Están muy hambrientos. Pero desgraciadamente, no tienes nada en el refrigerador, nada en la alacena. No hay tiendas abiertas. Sería una enorme desgracia enviar a dormir a tus invitados con hambre. Así que vas a la casa de tu vecino, tratas de despertarlo para pedirle un poco de comida. No aceptarás un no por respuesta. Tratas de conseguir comida sin que importe lo que cueste».
Luego le indicamos al primer voluntario: «Recuerda… no saldrás de la cama por nada». Ahora desafía a estas dos personas a representar la situación con entusiasmo. Establece un límite de tiempo o dejémoslos que continúen mientras resulte interesante. Cuando los actores hayan terminado, aplaudámoslos y luego entablemos un debate acerca de lo que sucedió.
Pidámosles a los chicos que identifiquen las lecciones que se desprenden de esta parábola. Asegurémonos de que los chicos entiendan que esta es una lección acerca de la oración, que fue enseñada por Jesús. Su punto era que debemos orar con la misma perseverancia que el vecino necesitado llamaba a la puerta a media noche.
Extracto del libro Reuniones Creativas Para Refrescar tu Ministerio
Por Autores Varios