Puede que a los jóvenes les encante la forma en que predicamos y enseñamos, pero no hay nada como oír de vez en cuando una voz nueva dentro del ministerio. Los invitados especiales pueden aportar un toque de variedad.

5. LA ESPADA DEL SEÑOR

Si estamos trabajando en alguna serie o estudio acerca de la Palabra de Dios, una buena idea es enfocarnos en Hebreos 4:12 para ilustrar la «hermandad de los espadachines». Una buena forma de hacerlo es invitando a un par de personas que sean hábiles con las espadas (preferiblemente que practiquen en forma seria un deporte como este) y montemos un «show» antes de iniciar la reunión. Si nos resultara muy difícil conseguir a alguien que practique esgrima, podemos presentar nuestro propio show con dos chicos del grupo. Solamente pidámosles que ensayen bastante antes de su presentación, y asegurémonos de que no usen armas de verdad.

Después de la presentación (si trajimos a invitados capacitados), entrevistémoslos. (Si la presentación fue hecha por los chicos, investiguemos las respuestas que deberán dar. Sin embargo, este ejercicio es mucho más eficaz con espadachines de verdad). A continuación, sugerimos algunas preguntas:

  • ¿Qué principios esenciales es necesario aprender y desarrollar para ser hábil en este deporte?
  • ¿Por qué el equilibrio es importante?
  • ¿Qué tan importante es la concentración en la esgrima?
  • ¿Qué repercusión tiene la esgrima sobre nuestro cuerpo y mente?

Relacionemos las respuestas con el ser hábil en manejar la espada del Señor: la Biblia. Nos sorprenderemos de la correlación que existe. La esgrima es considerada un deporte que sirve para relajarse, porque uno ejercita todo el cuerpo y requiere un alto grado de concentración. Aun cuando uno esté preocupado o cansado, la esgrima le devuelve fortaleza y descanso con solo practicarla un rato. Requiere equilibrio, disciplina, concentración y habilidad. (Robert Crosby).

6. FORO MATRIMONIAL

La próxima vez que tengamos que enseñar acerca del amor y el matrimonio (o tal vez como parte del programa del día de los enamorados), montemos un panel de tres o cuatro parejas que hayan estado casadas por un buen tiempo (desde luego, será importante avisarles con anterioridad y asegurarse de que sepan acerca del matrimonio, y no solamente que hayan estado juntos por mucho tiempo).

Permitamos que los chicos les hagan las preguntas que quieran con respecto al amor y al matrimonio. Es muy probable que muchos de los jóvenes se encuentren por primera vez frente a tantas parejas con un matrimonio sólido y estable. Sugerimos algunas preguntas para romper el hielo:

  • ¿Cómo, dónde y cuándo se conocieron?
  • ¿Cómo supieron que eran el uno para el otro?
  • ¿Qué sueños en el matrimonio se han cumplido?
  • ¿Cuál fue el momento más difícil de su matrimonio?
  • ¿Cómo ha afectado a su matrimonio el ser parte de una iglesia cristiana?
  • ¿Han pensado alguna vez en tirar todo por la borda?

Y luego estemos preparados para lo que siga. Las personas tendrán muchísimo de qué hablar y tenemos que moderar en todo momento la conversación. Otorguémosles a los chicos tiempo para hacer todas las preguntas que quieran. Una vez que haya concluido el tiempo, terminemos con una pregunta de este tipo: ¿Qué consejo les podrían dar a los adolescentes de esta iglesia con respecto al amor, el enamoramiento y a su futuro sentimental?

Preparémonos para un momento conmovedor en el que no falten tarjetas de enamorados, alguna poesía o un buen consejo a la antigua. (Steven Mabry).

7. NOCHE DE SALVACIÓN

Debemos hacer arreglos para que al menos unas cuatro personas vayan a visitar nuestro grupo juvenil. Asegurémonos de que representan las distintas etapas de la vida (un universitario, un matrimonio joven, alguien de 30 a 50 años, y alguien de la tercera edad). Pidámosle a cada persona que cuente algún momento de la vida en el que algún cristiano, de alguna forma, endulzó su vida (los guió a Cristo, los ayudó en algún momento crítico, o les mostró alguna cualidad de Dios que ellos a su vez adoptaran en sus vidas.) Si tenemos un tiempo limitado o queremos concluir con preguntas de los chicos, informémoselo con anterioridad a nuestros invitados.

Expliquemos la mecánica del evento de esa noche y presentemos a cada uno de los invitados mientras pasan al frente del salón. Terminemos el tiempo de reunión repartiendo paquetes de pastillas salvavidas (estas son pastillas redondas con agujeros en el centro, que vienen con muchos colores y sabores). Expliquemos que el cristianismo es igual a esas pastillas. Vienen juntas y cada una posee un sabor distinto, pero todas pertenecen al mismo paquete, el cuerpo de Cristo. Todos tenemos por delante el mismo propósito, ir creciendo hasta ser iguales a Cristo. Cuando les hablamos de Dios a otros o simplemente perciben a Jesús en nuestras vidas, nuestro sabor les endulza la vida.

Terminemos entregando a cada persona un cordón de unos 50 cm. Que cada joven escoja cuatro o cinco pastillas salvavidas y las coloque en la cinta, como si fuera un collar. Desafiémoslos a que endulcen la vida de otras personas de alguna manera particular, y que cada vez que lo hagan tendrán autorización para comerse una de las pastillas. Motivémoslos a que sean honestos en este ejercicio, y digámosles que la próxima semana nos contaremos unos a otros de qué manera endulzamos la vida de los demás. (Danny Balint).

Extracto del libro Reuniones Creativas Para Refrescar tu Ministerio

Por Autores Varios

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