Puede que a los jóvenes les encante la forma en que predicamos y enseñamos, pero no hay nada como oír de vez en cuando una voz nueva dentro del ministerio. Los invitados especiales pueden aportar un toque de variedad.
1. CRISTIANO EN EL TRABAJO
La generación actual encontrará muy útil el escuchar de otros adultos la forma en que escogieron su carrera profesional y cómo la pueden poner a los pies de Dios demostrando su cristianismo allí. Una forma de hacer esto es invitando a una variedad de personas (ya sea de nuestra propia congregación o de alguna otra) que le cuenten a los chicos a qué se dedican. Invitemos un buen surtido de personas, desde comerciantes, abogados, contadores, profesores, empleados de empresas o fábricas y hasta al pastor de la iglesia. Es importante que busquemos variadas profesiones. Podemos dar comienzo al encuentro preguntando cómo desarrolla cada uno su trabajo.
Después interroguémoslos acerca de cómo su creencia cristiana afecta su trabajo. Permitamos que los jóvenes bombardeen a los panelistas con las preguntas que tengan en mente, tales como la ética en el trabajo, etc. De esta manera, los jóvenes adquieren un marco más amplio de su futuro en cuanto a las decisiones que deben tomar con relación a su vocación y la universidad. Además, los llevará a pensar cómo su cristianismo se verá reflejado en su vida laboral. (Kathy Lincks y David Markle).
2. INVITADOS INDESEABLES
Uno de los problemas más comunes que enfrentan los grupos juveniles de las iglesias es cómo lograr que las personas nuevas se sientan bienvenidas. La siguiente idea ha sido probada varias veces.
Hagamos los arreglos necesarios para que algún chico de otra congregación venga a nuestro grupo de jóvenes durante varias reuniones (tengamos en cuenta que no debe venir muy seguido, de lo contrario podría ser reconocido por los chicos) El invitado tendrá que estar vestido normalmente pero no demasiado a la moda, deberá ser amistoso pero callado y tendrá que hablar solo cuando se le dirija la palabra. (Posiblemente esto requerirá un poco de actuación por parte del chico o chica). Luego, durante la tercera visita, demos lugar al reporte de nuestro cómplice, en el que relatará cómo fue recibido y tratado. Si queremos agregar un toque de polémica a la reunión, el cómplice puede, inclusive, dar nombres de personas que lo evadieron o ignoraron. Esto definitivamente pondrá en evidencia algunas fallas que el grupo pueda tener.
Antes de que nuestro visitante comience a hablar, quitémosle presión presentándolo como parte de un plan armado por nosotros. Algunos querrán que la tierra los trague y otros se sentirán orgullosos de su manera de actuar. De una forma u otra, esta será una excelente experiencia de aprendizaje para todos. (Marty Edwards).
3. PASTOR AL DESCUBIERTO
Esta idea está diseñada para ayudar a que los miembros del grupo juvenil vean al pastor de una manera diferente, más humana; no solo como una figura detrás del púlpito que predica y oficia programas de la iglesia. Invitemos al pastor a que visite el grupo (de una manera informal) y permitamos que los chicos le hagan preguntas como las que sugerimos abajo. Una buena idea es tener algunas listas, que podamos «sacar de la manga», para romper el hielo con el pastor. Pensemos cuestiones de índole personal. Imprimámoslas o copiémoslas en pequeñas tarjetas y entreguémoselas a algunos de los jóvenes. Démosles la libertad de que las lean o que formulen sus propias preguntas.
- ¿Qué actividades le gusta hacer en su tiempo libre?
- ¿Cuáles son algunas de sus películas o programas de TV favoritos?
- Si no fuera pastor, ¿cuál hubiera sido su segunda opción de carrera?
- ¿Qué le dice a alguien que acaba de perder a un miembro de su familia?
- ¿Cuántos matrimonios y funerales oficia usted al año?
- ¿Qué es lo que disfruta de una manera especial al ser pastor?
- ¿Qué tipo de libros le gusta leer?
- ¿Dónde nació y creció? ¿Cómo era su vida de niño?
- ¿Cómo es el proceso de escribir y preparar un sermón o enseñanza?
- ¿Cuál es uno de sus pasajes bíblicos favoritos?
- ¿Qué tipo de música le gusta?
- ¿Qué cosas hacían los chicos cuando usted tenía nuestra edad?
- ¿Qué consejo puede darnos acerca de nuestra juventud?
- ¿Quiénes son sus héroes personales?
- ¿Cómo se hizo cristiano?
Antes de que termine la reunión, podemos dar algún tiempo para que el pastor también haga preguntas al grupo. Nos daremos cuenta de que este tipo de reuniones hace que la relación entre el pastor y los chicos sea más significativa, especialmente si el pastor es nuevo. (Michael Bell).
4. PASTOR EN EL TEMPLO
Esta es una buena ilustración para estudiar Juan 10: la historia del buen pastor. Invitemos a un pastor de nuestra localidad. No un pastor de una iglesia sino a un pastor que trabaje con ovejas, y pidámosle que, de ser posible, traiga una o dos ovejas al grupo. Luego, entrevistémoslo:
- ¿Cuánto hace que es pastor?
- Explíquenos algunas características que tienen las ovejas.
- ¿Ellas saben quién es usted? ¿Cómo puede estar seguro de que lo conocen?
- ¿Obedecerían mis órdenes de la misma manera que obedecen las suyas?
Permitamos que los chicos hagan todas las preguntas que quieran. Luego interroguemos a los jóvenes:
- Ahora que hemos visto cómo es una oveja, ¿puedes entender por qué a Jesús se le ocurrió compararnos con ellas?
- ¿En qué forma nos comportamos como las ovejas?
- ¿Por qué Jesús se comparó con un pastor y no con un gerente, general o jefe? (Robert Crosby).
Extracto del libro Reuniones Creativas Para Refrescar tu Ministerio
Por Autores Varios