1. ADORACIÓN DE CENIZAS.

Esta idea no es realmente nueva, es un programa que se ha usado anteriormente en la iglesia, pero que puede ser fácilmente usada con un grupo de jóvenes. Está basada en un servicio de miércoles de ceniza, pero es apropiada para usar en otros momentos del año. El Miércoles de Ceniza es el primer día de la Cuaresma en los calendarios litúrgicos católico y anglicano, como así también de diversas denominaciones protestantes. ​

En un grupo, el líder debe hablar sobre el pecado y la gracia. Después de esto, los estudiantes tendrán que escribir en un pedazo de papel, y en privado, algo que ellos desean que les sea perdonado (o pueden dibujar un símbolo). Recoger los papeles y quemarlos en un basurero o en un recipiente no inflamable. Recoger las cenizas y después de que se hayan enfriado, invitar a cada estudiante a colocar su dedo en las cenizas y a dibujarle una cruz en la frente a la persona que se encuentra a su derecha. El líder puede entonces explicar que, en nuestro arrepentimiento, Cristo nos ha perdonado y está con nosotros. Esta es una manera poderosa para entender el pecado, la gracia y el perdón. (Malcolm McQueen).

2. CURITAS PORTADORAS DE CARGAS.

Todo lo que necesitamos para esta actividad de cierre de un estudio acerca de llevar las cargas de los otros sobre nosotros (Gálatas 6:2) es una caja de curitas y lápices. Solicitemos que los muchachos escriban anónimamente en la envoltura de la curita un problema grande o alguna frustración que estén viviendo. Los chicos deben tener suficiente privacidad como para escribir sus problemas sin que sean vistos por otros. Cuando terminen de escribir, digámosles que pasen al frente (al altar, a una cruz hecha de cartón, a las gradas del altar, etc.) y que coloquen sus «cargas» (sus curitas) en un lugar previamente establecido.

Cuando todas las curitas estén en el frente, pidámosles a los chicos que formen parejas (preferiblemente con alguien que no sea el mejor amigo), que vayan al frente juntos y escojan dos curitas al azar, y después que busquen algún lugar en el cuarto donde la pareja pueda orar por los problemas escritos en esas dos curitas. Después, para llevar las cargas de los otros (y esta es una manera muy práctica para recordar orar los unos por los otros), los estudiantes tendrán que pasar al frente otra vez, sacar cuidadosamente la curita de su envoltura, y pegarla sobre sus hombros (donde se llevan las cargas). Las envolturas (con los problemas anónimos escritos) se utilizarán como señaladores de libros, se colocarán sobre un espejo, o en otro lugar donde los jóvenes las puedan ver a menudo y recuerden orar por ellas. (Michael Capps).

3. CLAVAR NUESTROS PECADOS EN LA CRUZ.

Como una representación simbólica de cómo Cristo se llevó nuestros pecados a la cruz con él, pidámosles a los chicos que escriban sus pecados en trozos de papel y uno a uno los claven en una cruz de madera. Después de un tiempo de oración individual y silenciosa, los pecados pueden ser quitados de la cruz y destruidos, simbolizando cómo nuestros pecados fueron borrados de la memoria de Dios para siempre. (Lanny Bruner)

4. LA CRUZ DEL REINO.

Esta puede ser una actividad que ayude a recordar algún evento importante y personal en la vida de los jóvenes. Antes de la sesión, construyamos una cruz de madera de un buen tamaño (mirar el diagrama). Un momento antes de la reunión, vertamos cemento dentro de la figura (una pequeña cantidad de cloruro de calcio va a ayudar a que endurezca rápidamente). La cruz debe ser transportable, así que no tenemos que hacerla muy grande. También tengamos a mano dos canastas con piedras pequeñas, una canasta con rocas comunes, la otra con piedras refinadas (se pueden conseguir a bajo costo en las tiendas de rocas y gemas. Otra opción es conseguir piedras lisas de río y pintarlas de colores).

Durante la sesión, conversemos con los estudiantes acerca de cómo experimentamos el reino de Dios en nuestros días a través de los gozos ordinarios y las luchas de la vida, aunque esperemos con ansías la revelación de la gloria plena del reino. Después hagamos circular las dos canastas con piedras, permitiendo que cada joven escoja una piedra de cada una. Invitémoslos a reflexionar en el modo en que las dos piedras representan su propia experiencia del presente y de lo que ha de venir. Pidámosles que se concentren en uno o dos ejemplos específicos de la lucha y el gozo que están experimentando ahora mismo, y que serán representados por la piedra común. Después brindémosles tiempo para que depositen en la piedra refinada sus esperanzas para el reino que viene.

Después de unos minutos de reflexión, traigamos la cruz de cemento al frente y expliquemos cómo experimentan los creyentes el reino de Dios a través de la cruz. Mientras suena la música, invitemos a los jóvenes a pasar y colocar sus piedras en el cemento fresco de manera que queden visibles. Podríamos leer 1 Pedro 2:4 que trata acerca del ser piedras vivas en el templo de Dios. Una vez que la cruz se endurezca, podemos usarla como un objeto decorativo en los futuros servicios de adoración. (Bill Swedberg).

Extracto del libro Reuniones Creativas Para Refrescar tu Ministerio

Por Autores Varios

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