Estas reuniones especiales y fuera de lo común, no son para todas las semanas o para todos los grupos. Pero aprovechémoslas para cuando deseemos realizar algún proyecto especial. Pueden dejarnos lecciones valiosas para el grupo.
1. PINTAR CON LOS PIES
Esta es una idea que les permitirá a los jóvenes expresarse creativamente de una manera inusual. Avisemos antes de la reunión que ese día los chicos tendrán que venir con los pies extra limpios y que traigan una toalla. Estas instrucciones generalmente ocasionan preguntas y generan una buena expectativa porque el grupo quiere saber por qué se dan indicaciones tan extrañas. Ellos pronto se darán cuenta.
Cuando los jóvenes se han reunido, se les pide que se quiten todos los zapatos y medias y que se arremanguen los pantalones varios centímetros. La razón es que ellos van a pintar con los pies. Expliquemos que pintar con los pies es simple y que sencillamente tenemos que permitir que nuestros dedos hagan todo el trabajo.
Tenemos que conseguir con anterioridad todos los materiales para pintar, y también preparar el agua y los elementos necesarios para que la iglesia no sufra ningún daño. La idea es que al finalizar la actividad hayan quedado pocos rastros de pintura en el piso. Esta actividad se puede realizar de forma individual o en conjunto pintando un mural entre todos.
Primero explicaremos cómo llevarla a cabo individualmente. Seleccionemos un tema general como «Demuestra lo que Dios significa para ti hoy», y hagamos que los jóvenes expresen sus sentimientos sobre este tema pintando con los pies. Después de que el grupo haya finalizado, formemos un círculo en otra parte de la iglesia y permitamos que cada persona muestre su pintura al grupo y que hable acerca de los sentimientos que intentó reflejar en su trabajo.
Si queremos pintar un mural, tendremos que preparar el soporte de papel antes de la reunión pegando hojas unas a otras. Otra vez se selecciona un tema general, como la Navidad. Podemos dividir el mural en tres partes para que los jóvenes elijan la parte que desean pintar. Un tercio del mural puede ilustrar a los reyes magos y sus camellos dirigiéndose hacia Belén. En la sección del medio se puede graficar el establo con el niño Jesús en un pesebre. Y en la última sección se puede representar a los pastores cuidando su rebaño. Después que el mural esté terminado (y seco, por supuesto) se cuelga para que todos lo aprecien.
No importa de qué manera hayamos
escogido llevar adelante la actividad, pero será muy divertido tener una cámara
lista para tomar fotos del proceso de la pintura con los pies. Estas fotos
también se pueden exhibir junto a las pinturas terminadas. A algunos les va a
costar creer que su grupo de jóvenes en verdad pintó esos murales con los dedos
de los pies porque la calidad de arte es realmente buena. Las fotografías del
proceso dan testimonio de que en verdad han puesto los pies en él. (Earl H.
Estill).
2. DEVOCIONALES DEL GRUPO DE JÓVENES
Las guías de devocionales diarios no tienen por qué aburrir a nuestros estudiantes. ¡Ellos pueden escribir su propio devocional! Esto les brindará la oportunidad de expresar sus ideas sobre la fe cristiana. Y más importante aún, los muchachos van a querer leer los devocionales porque conocen a los autores y se pueden relacionar mejor con sus propios compañeros. Por supuesto, se puede seguir cualquier formato que se desee. Aquí hay algunos ejemplos de cómo se podría realizar.
Si queremos crear un devocional para todo el año con participaciones individuales más breves, entreguemos unas fichas de 5×10 cm. La cantidad será determinada por el número de muchachos que tengamos. Por ejemplo, si son 30, necesitarán alrededor de doce fichas cada uno.
Pidámosles a los jóvenes que lean durante algún tiempo la Biblia y que escriban un versículo o pasaje favorito de la Escritura que posea un especial significado en cada una de las fichas. Si quieren también pueden agregar unas palabras de comentario como: «¡Este versículo me da una verdadera esperanza para el futuro!».
Cuando todos hayan terminado, recojamos las fichas y organicémoslas en una guía devocional para un año entero (365 días). Si preferimos se puede hacer algo más corto con el calendario escolar de 9 meses. Tendremos que quitar los versículos repetidos, agregar otros que hayamos escogido, y asignarle a cada ficha una fecha, empezando con el primer día del primer mes.
Luego las fichas pueden ser duplicadas y distribuidas entre los jóvenes. Es posible hacer una actividad manual en una de las reuniones y que cada chico cree su propia «cajita de fichas» de madera de balsa (o de lo que sea) para mantener las fichas adentro.
Invitemos a los chicos a sacar la ficha que corresponde a cada día y meditar en ella antes de ir a la escuela, antes de ir a dormir, o cuando elijan. El hecho de que todos en el grupo estén estudiando los mismos pasajes de la Escritura cada día puede generar un espíritu de unidad. Esta idea también se puede utilizar como un elemento para recaudar fondos, poniendo a la venta estas cajitas como un obsequio de Navidad. (David Washburn and Mike Slater).
Extracto del libro Reuniones Creativas Para Refrescar tu Ministerio
Por Autores Varios