Lo que probablemente Rut hubiera escrito para Booz.
Sentí tu mirada desde lejos.
Te sentí escogiéndome entre todas.
Se aceleró mi corazón
cuando te acercaste,
se derrumbaron mis miedos
al escucharte.
Sembraste tus palabras con cuidado
en los surcos del corazón angustiado.
Fueron semillas que penetraron
hasta lo más profundo
de mi triste corazón quebrado.
Tus palabras me sanaron.
Una palabra de consuelo,
una semilla de valor.
Una frase de aliento,
una expresión de amor.
Desnudaste como nadie mi alma,
penetraste mi vulnerabilidad,
y encontraste entre los restos
de mi corazón golpeado
a la mujer que siempre fui.
Entonces, tus semillas brotaron…
Me dijiste mujer bella.
Me nombraste mujer preciosa.
Reforzaste mi estima,
me llamaste mujer virtuosa.
Me afirmaste,
me hiciste sentir especial.
Me validaste,
me hiciste sentir tan real.
Y casi sin darme cuenta,
sin soñarlo ni esperarlo,
sentí en mi pecho
los latidos insistentes
del corazón enamorado.
Te amo…
Te amo…
Amo tu actitud redentora.
Amo tu actitud de amor.
Amo tu hombría,
y tu determinación.
Amo tu seguridad,
tu firmeza, tu fidelidad.
Y amo esas miradas
que me hacen sentir tan tuya,
tan única, tan especial.
Amo que me ames así como soy.
En mis días de princesa
y en mis días de zafarrancho.
En las horas del encanto
y en esos minutos de espanto.
Te amo…
Amo tu boca, tus besos,
tu sonrisa bella.
Amo tus abrazos,
tus caricias, tus mimos,
tu mirada tierna.
Tus manos recorrieron mis mejillas
tus ojos descansaron en mi mirada.
Tu aliento se mezcló con el mío
tus palabras penetraron mi alma.
Me consolaste…
Y me sentí única…
me sentí amada.
¡Entonces te abracé!
En un abrazo que no muriera
en un instante que no terminara.
¡Detente tiempo, congela tu paso,
mientras se funden en uno
los corazones enamorados!
Te amo…
Por cuidarme sin controlarme
por protegerme sin manipularme
por hacerme sentir yo misma
y amarme sin lastimarme.
Amo sentirme libre
para distanciarme y acercarme
para ser yo misma
y elegir, un día más, amarte.
Amo que me ames
sin reproches, sin reclamos,
sin exigencias, sin mandatos.
Tan solo por quién soy.
Soy tuya porque así lo quiero,
soy mía porque así me siento.
Y elijo amarte.
Deseo amarte.
Y hacerte mío,
hacerme tuya.
Hasta el último suspiro,
hasta el último adiós,
hasta el último instante
de nuestra historia de amor.
Extracto del libro Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Rut
Por Edgardo Tosoni
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