Lo que probablemente Booz hubiera escrito para Rut.

Y un día te vi…

Te vi desde muy lejos,

te descubrí entre muchas.

Te encontré entre lágrimas y espigas

y supe que eras única.

Te vi bella,

te vi hermosa,

te sentí fuerte,

te vi preciosa.

Y me acerqué para conocerte…

 

Y ahí estabas,

con mil preguntas,

entre espigas y granos,

entre miedos y llantos.

Y fue en ese instante eterno,

cuando nuestras miradas se cruzaron,

que supe sin lugar a dudas

que mi búsqueda había terminado.

Mírame…

No tengas miedo,

no ocultes la mirada.

Mírame…

Y que el tiempo muera,

se detenga su marcha.

 

Mas tarde comprendí el por qué

de tu corazón quebrado.

Entendí tus pérdidas

y lo que dejaste en el pasado.

Y en tu vulnerable alma

sembré semillas que sanaran

tu sensible corazón golpeado.

 

Te llamé bendita,

te llamé espontánea.

Afirme tu estima

te llamé amada.

Mi dulce amada.

Frágil y firme,

valiente y arriesgada.

Inquieta y determinada,

inteligente y romántica.

Mi bella dama.

 

Me escogiste entre los jóvenes

me elegiste entre muchos.

Y le diste a mi corazón maduro

un nuevo motivo para sentir…

sentirte…

desearte…

 

Amo mirarte a los ojos,

esos verdes cristales del alma.

Amo tu simpática risa,

tus fuerzas, tu vida, tu calma.

Amo cada centímetro de tu piel,

tu aroma, tu sabor de mujer.

Amo las formas onduladas

y rebeldes de tu cabello,

y aquellos obedientes lacios

de tus días de invierno.

 

Amo tu voz, tu dulce mirada,

tu boca, tu cuerpo, tu alma.

Y amo quedarnos en silencio

fundidos en un abrazo eterno.

Amo extrañarte

y que me extrañes.

Amo pensarte,

sentirte, soñarte.

 

Y amo tu corazón…

palpitante,

comprometido,

entregado,

y rendido,

a Su Gran Amor.

 

Acaricié con mis labios tus mejillas,

y con mis palabras acaricié tu corazón.

Acaricié con mis manos tu cabello

y tu mágica sonrisa me dio la razón:

Me amas…

con locura, con pasión.

Pero más te amo yo.

 

Amo tu libertad,

tu independencia.

Amo tu confianza,

tu permanencia.

 

Te amo.

Te amo con locura.

En la cercanía

o en la distancia.

En el silencio

o en la palabra.

Te amo.

 

Me quedaré contigo

hasta tu último suspiro.

Quédate conmigo

hasta mi último adiós.

Te invito a enamorarnos.

No tengas miedo.

Escribamos juntos

nuestra historia de amor.

 

Extracto del libro Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Rut
Por Edgardo Tosoni

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