ARGUMENTAR

Cuando un niño tiene la experiencia de argumentar su conocimiento a través de simulaciones, experimentos o actividades, almacena un 75% de la información brindada por su consejero. Existe una argumentación cuando se ponen en marcha varias capacidades: comprender el tema, conocer las alternativas que existen al respecto, posicionarse, y defender su postura expresándola de forma que convenza a los demás de su decisión. La argumentación en las sesiones de consejería permite empoderar a la niñez para la toma de decisiones y de actitudes que son necesarias para cambiar, brindándole seguridad. Debemos intentar que cada sesión o espacio sea un tiempo desafiante para la inteligencia del niño. ¡No los subestimemos!

Comentario de Esteban Obando: ¿Qué pensamos en la iglesia cristiana de la duda? ¿Qué pensamos de la argumentación? ¿Será acaso un espíritu que tiene que ser reprendido? La duda no es otra cosa que una indecisión ante varias posibilidades. La duda es algo valioso, ya que solo luego de evaluar y decidir viene la formación de las convicciones. Es allí donde surge la verdadera educación o la verdadera consejería: la persona puede llevarse convicciones, y no solo instrucciones. Es por eso que, al tratar con niños y adolescentes, el explicar los «por qués» de las cosas es tan importante. Si no puedes defender lo que crees, ¡no ha de ser tan cierto! Asegúrate de que lo que sea realmente importante en la vida pueda ser dudado por tus niños, defendido y guardado en el corazón. ¿Y si hacemos de la iglesia y de la consejería un espacio para debatir, dudar, investigar, y luego generar convicciones?

REALIZAR PRÁCTICAS

Después de cada sesión de consejería es importante vincular el aprendizaje con la realidad a través de actividades prácticas que le permitan al niño asimilar la información de una manera en que los sentidos se vean integrados. De esta forma, ¡un 90% de lo aprendido será interiorizado!

La verdadera lucha de Rita estaba en su casa. Por las noches lloraba siempre antes de dormir, hasta que encontró la confianza en que Dios la cuidaba tanto de día como de noche. Tuvimos que tener todo un mes de consejería para guiarla a ver la noche como parte de la creación de Dios. Conforme Rita conoció la Palabra y la hizo real en su vida, esta verdad la hizo libre. Los tiempos de consejería se enriquecen cuando los participantes realizan actividades de trabajo fuera de las sesiones planificadas, a través de tareas divertidas y de experimentación, para reforzar el conocimiento.

Rita pegó en la pared de su cuarto versículos que la animaran a poner su confianza en Dios y frases que le recordaran que Él estaba con ella. Colocó un foco al lado de su cama, y cuando tenía temor por las noches, encendía el foco e iluminaba los versículos que habíamos aprendido en las sesiones de consejería.

Comentario de Esteban Obando: Una de las críticas más comunes que escucho referentes a la Biblia es que es muy abstracta. Tú y yo sabemos que es extremadamente práctica, ¡pero tenemos que asegurarnos de que los demás la entiendan así! Si no podemos llevar la enseñanza a cosas tangibles de la vida cotidiana, entonces estamos perdiendo esta enorme área llamada APLICACIÓN de las verdades bíblicas. Jesús lo hizo así. Nos enseñó desde la retórica, pero también con el ejemplo. Nos dio cosas prácticas para hacer, nos dijo como hacerlas, y prometió acompañarnos en el proceso. ¡Ayudemos a nuestros niños a ver la Biblia hacerse vida en sus vidas!

ENSEÑAR A OTROS

Uno de los más importantes métodos para el aprendizaje significativo consiste en compartir el conocimiento adquirido con otras personas. ¡Esto produce un 90% de retención del conocimiento! Para aplicar este método debemos brindarle al niño la oportunidad y las herramientas necesarias para que pueda ayudar a otro a través de su propio conocimiento. Le dije a Rita que podía traer un invitado que necesitara que nosotras le ayudáramos sobre el tema del temor. Para mi sorpresa, ella invitó a su mamá. Rita le compartió todo lo aprendido en las sesiones de consejería, y realizó para su mamá una manualidad sobre tener la confianza puesta en Dios y sobre ser transformados en nuestras actitudes.

Ese día Rita me enseñó a mí…

  •   Que Dios transforma una vida entera cuando estamos dispuestos a ser usados por Él.
  • Que una niña de 8 años podía ser más innovadora que yo.
  • Que el aprendizaje y la consejería se vinculan a través de la excelencia, la sabiduría de Dios, y los recursos que Él nos dejó para hacer el trabajo de una manera integral.
  • Y, sobre todo, que debemos amar a los demás como Él nos amó a nosotros, y empleando Su manera única de enseñar y de aconsejar con creatividad y pasión.

Comentario de Esteban Obando: ¡Es interesante la complejidad del ser humano!  Nosotros nos alimentamos de nuestras experiencias. Somos formados por las cosas que nos han sucedido, y vemos el mundo a través de cómo nuestra historia se desarrolla. Aprender es crecer. Y nuestros niños no son problemas a resolver; son vidas en las que invertir. A veces vemos sus líos y sus situaciones difíciles como algo negativo, pero, aun en medio del dolor, todas estas son enseñanzas potenciales que les ayudarán a formar lo que serán un día.

El mandamiento de Dios para la iglesia es a invertir en las vidas de otras personas. Siempre ha sido así. Siempre se ha tratado de la gente. Jesús no murió por ideologías. No murió por edificios, ni por actividades. Murió por gente. Y, después de darnos esperanza, nos envía ser luz en un mundo oscuro. Un mundo en el que unas de las principales víctimas son los niños. No somos simplemente gente que da consejos, sino que somos instrumentos Suyos para la formación integral de las nuevas generaciones. Amén.

Extracto del libro Manual de Consejería Para el Trabajo Con Niños.

Por Esteban Obando y Autores Varios

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