No es ningún secreto que muchos creyentes han dejado de hablar seriamente de las cosas «escritas en este libro» (la Biblia). Habrás visto estadísticas que muestran que existe muy poca o ninguna diferencia entre la ética y conducta (mentir, hacer trampas, cometer adulterio) de un creyente y de un no creyente. El encuestador George Barna hizo un descubrimiento aún más alarmante. Siguiendo la perspectiva bíblica de los adultos durante varios años, el Grupo Barna encontró que solamente la mitad de los adultos evangélicos contaban con una perspectiva global bíblica. Al presentarles una lista de los principios claves que constituyen la perspectiva global bíblica (como «La fuente para una verdad moral es la Biblia», «La Biblia es certera en todos los principios que enseña», y «Jesús vivió una vida sin pecado aquí en la tierra»), solo la mitad de los encuestados estuvieron de acuerdo con esas aseveraciones. Según Barna, solamente el 8% de los adultos protestantes tiene una verdadera perspectiva bíblica global.
No solamente la generación adulta de hoy ha dejado de seguir lo «escrito en este libro», sino que ha perdido contacto con todo lo que está en el libro. Otro ejemplo de cómo se ha declinado en los años recientes es este: según Barna, el versículo bíblico más reconocido entre los adultos cristianos es «Al que madruga Dios lo ayuda». Sin embargo, ese no es un versículo de la Biblia; es un dicho de Poor Richard’s Almanac (Almanaque del pobre Richard). En Norte América, el 39% de los adultos que son líderes activos en sus iglesias cree que Jesús pecó mientras vivía en la tierra.Y el 37% creeque simplemente ser bueno lo ayuda a uno a ganar un lugar en el cielo.Casi la mitad de los adultos creyentes, el 46%, está de acuerdo en que Satanás no es real, sino simplemente un símbolo del mal.
VENCER A LOS QUE SE DAN POR VENCIDOS
Siempre me desanimo cuando oigo a cristianos maduros evadir una pregunta diciendo: «Bueno, eso es algo que tendremos que averiguar cuando lleguemos al cielo», cuando en realidad Dios nos ha dado las respuestas en las Escrituras. Algunas preguntas sí tendrán que esperar para recibir una respuesta, pero no tantas como pensamos.
En Deuteronomio 4:1-10, 6:2-7, 28:58, Dios le pidió a la generación adulta que reverenciara las cosas que él había «escrito en este libro», que las observara, que las guardara, que las imprimiera, que les diera un lugar de honor en sus corazones. Entonces esas cosas podrían ser traspasadas a la siguiente generación con autenticidad y pasión.
Así que volviendo a nuestra pregunta original acerca del lugar que tiene el estudio bíblico en los ministerios juveniles de hoy, ¿realmente resulta importante que los adolescentes sepan lo que está «escrito en este libro»?
Le importa a Dios, así que debería importarnos a nosotros. No hay lugar en el que la búsqueda de las cosas «escritas en este libro» deba producirse más que en los salones del ministerio juvenil. Nuestros jóvenes apenas empiezan a experimentar con el pensamiento abstracto y las habilidades de aprendizaje. Ellos se están preguntando todos los ¿por qué?, los ¿cómo?, y los ¿para qué? Probablemente lo más importante que nos toca mencionar es que contamos con unos pocos años o meses para establecer en ellos fundamentos sólidos antes de que empiecen a navegar en su fe por todos los desafíos que les traerá el ser jóvenes adultos.
TOMA ESTE EXAMEN
En estos últimos años le hemos hecho este examen sorpresa a líderes juveniles alrededor de nuestro país (Estados Unidos). En entrenamientos para líderes a sueldo y para voluntarios (sin dejar de mencionar a aquellos líderes que tienen un salario que parece de voluntario), les hemos pedido que colocaran en orden cronológico a los siguientes personajes bíblicos:
- Daniel
- Noé
- El rey Saúl
- Abraham
- Ester
- Pablo
- Moisés
- Sansón
¿Por qué no lo intentas? Tómate unos dos minutos para colocar a estos fulanos en el orden en el que aparecen históricamente. (Como solía decir mi maestra de primaria: Si no puedes transmitir la información en dos minutos es porque no la sabes). Por cierto, no es un examen a libro abierto.
La clase de enseñanza de la que hablamos obviamente debería darse en sus hogares para que tuvieran una aplicación directa del sermón de Moisés en Deuteronomio. Pero la dinámica de la familia moderna coloca una gran responsabilidad sobre los ministerios juveniles. Muchos de nuestros jóvenes tienen un padre de familia no cristiano. La mayoría de los padres, como diversas estadísticas lo demuestran, no tiene el suficiente conocimiento de las Escrituras como para enseñarlas.
Podemos ayudar a revertir esta tendencia cultivando una generación de futuros padres apasionados por las cosas «escritas en este libro», que sepa lo suficiente como para enseñarlo a sus hijos. Considera este dato revelador: en los próximos diez o quince años, todos los jóvenes que tienes actualmente bajo tu cuidado, se encontrarán inmersos en la paternidad o maternidad. Tus jóvenes son el camino para que se produzca un cambio.
También podemos animar a la generación de padres de hoy a que experimente de una forma personal las Escrituras y que le cuente a su familia acerca de los resultados que produce el vivir de acuerdo con las normas de Dios. Y también podemos crear nuevas formas de que los líderes juveniles y los padres de los adolescentes se unan para asumir todas las responsabilidades dadas a los adultos en Deuteronomio.
Por supuesto, no es un asunto de memorizar hechos o de proyectar las Escrituras en una pantalla gigante. Es un asunto de conocer a Dios. Tiene que ver con poner atención a aquello que para Dios es importante. Al buscar a Dios, lo que está escrito en la Palabra se convertirá en parte de nuestra vida, «grabada en nuestros corazones», para tomar prestada la frase de Moisés. Dejémosles ver a nuestros jóvenes cómo nos esforzamos para facilitarles ese conocimiento y experiencia de la Palabra de Dios. Ayudémosles a aprender cómo trabajar con «una de estas cosas».
Extracto del libro Cómo Enseñar la Biblia Con Creatividad
Por Barry Shafer
