En algunos círculos teológicos el tema de los dones espirituales y los talentos naturales puede resultar un tanto polémico. No pretendo entrar en esas discusiones, porque quizás perderíamos de vista una verdad que según 1 Corintios 12 no podemos rechazar: a cada persona que nace de nuevo, el Espíritu de Dios la equipa con dones sobrenaturales, es decir, habilidades para el ministerio que no hubiera podido adquirir o aprender de otra manera. Todos los que hemos nacido de nuevo poseemos al menos uno de esos dones.
Adicionalmente, cada ser humano (nacido de nuevo o no) posee habilidades o talentos, ya sea innatos o aprendidos. Por lo tanto, todas las personas son buenas para algo y disfrutan haciendo las cosas que pueden hacer bien. Algunos son buenos en los deportes, otros hablando en público, otros escribiendo poesía, otros con las matemáticas, otros contando chistes y otros comiendo lo que les pongas delante.
¡Teniendo esto en mente, te darás cuenta de que los jóvenes y las señoritas de tu grupo poseen un gran potencial! Han sido equipados con habilidades sobrenaturales y además han desarrollado talentos y aptitudes diversas. ¡Cada uno de ellos puede ser sumamente útil en el reino de Dios!
Haz una lista de los miembros de tu grupo (o si tu grupo es muy grande, haz una lista de los jóvenes y las señoritas con los que tienes una relación cercana) y completa de manera creativa la siguiente tabla para cada uno de ellos.
Nombre Dones Espirituales Otros Talentos o Habilidades
Todos tienen algo que aportar en ambas columnas, el único problema es que quizás no lo sepan.
- ¿Cuándo fue la última vez que enseñaste acerca de los dones espirituales en tu grupo de jóvenes?
- ¿Tiene cada joven una idea clara de cuáles son sus dones y cómo puede ponerlos en práctica?
AMPLIANDO EL PLANO DE LOS MINISTERIOS
Una vez que tienes un plano de los talentos, debes encontrar las opciones que están disponibles y las nuevas que crearás para que los miembros del grupo se desenvuelvan exitosamente. Por lo general, en las iglesias y los ministerios juveniles las oportunidades de servicio son muy limitadas. Casi siempre pensamos en la predicación, la alabanza, los diáconos, los maestros de la Escuela Dominical, y por supuesto también existe la posibilidad de ser pastor, anciano o misionero. ¡No son ni diez opciones! Sin embargo, ¿qué hay de aquellos que no están aptos para estas tareas? ¿O de los que no tienen el tiempo que se necesita para atender esas áreas? ¿Acaso no hay algo en lo que puedan participar hoy?
Sugiero que desarrolles ahora un plano de los ministerios. Tal cosa será una lista amplia de las múltiples opciones de participación dentro del ministerio juvenil. Al inicio del capítulo escribiste una lista de oportunidades de servicio que actualmente están disponibles. ¿Deseas agregar alguna más?
Hace muchos años leí un libro que me ayudó muchísimo. El autor mencionaba cuatro áreas de participación para todos los jóvenes. Si en tu ministerio no existe alguna de estas áreas… ¡qué esperas para crearla!
1. Responsabilidades Físicas.
Estos trabajos podrían no ser los más atractivos, pero proveen una puerta de entrada al servicio. Se trata de un buen lugar para empezar y sentirse útil dentro del grupo. Tales responsabilidades desarrollan además un sentido de servicio. Algunos ejemplos son la decoración, el sonido, la página web, la publicidad y el transporte.
2. Responsabilidades del Programa.
Estas actividades no están forzosamente ligadas a lo espiritual. Son las más visibles ante todo el grupo, y por lo tanto las más fáciles de identificar y crear. Es todo lo que sucede al frente durante las actividades del grupo de jóvenes. Algunos ejemplos son los anuncios, los rompehielos, los dramas y la interpretación de un instrumento.
3. Responsabilidades de las Personas.
Estas tareas requieren algo de madurez espiritual, porque están directamente ligadas a la atención o el cuidado de otras personas. Enseñan que lo importante en el ministerio son las personas y no los programas. Algunos ejemplos son la comunicación con los visitantes, la correspondencia con otros jóvenes en el extranjero, la celebración de los cumpleaños y la organización de los equipos de trabajo.
4. Responsabilidades «Espirituales».
Estas responsabilidades requieren de mucha madurez espiritual. Las personas involucradas en estas áreas necesitan del cuidado (apoyo) de los líderes. Algunos ejemplos son dirigir un grupo de estudio bíblico, escribir devocionales y dirigir la alabanza.
¡Ahora es tiempo de emplear tu creatividad! ¿Qué te parece si tú y el equipo de líderes ofrecen al menos unas diez o quince ideas para cada área de participación? ¡Tendrían espacio para involucrar a cuarenta o sesenta jóvenes!
Extracto del libro “Estratégicos y Audaces”
Por Howard Andruejol
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