¡Tomar la decisión de involucrarnos en lo que Dios está haciendo a nuestro alrededor requiere fe, demanda que confiemos en que él está con nosotros!

  • ¿Qué obstáculos crees que necesitas vencer para ser parte de la acción en tu círculo de relaciones? ¿Y en tu comunidad o país? ¿Y en el mundo entero?
  • ¿Qué obstáculos deben vencer como grupo de jóvenes?

De todas las ideas propuestas, ¿cuál crees que representaría un buen punto de inicio, una oportunidad relativamente segura y al alcance que sirva como primer proyecto?

  • ¿Cuáles crees que serían las experiencias que más marcarían la vida de tus jóvenes? ¿Cuáles crees que demandan mayor confianza en Dios?
  • ¿Te animas a comenzar un plan para involucrarte en estos retos de fe?

Muchos de los proyectos de fe que cambiarían la vida de tus jóvenes están a tu alcance, cerca de la comunidad. ¡Involúcralos! A veces el obstáculo más grande a vencer somos nosotros mismos (no los padres que no quieren darles permiso, sino nosotros que nos paralizamos con este pretexto).

Otros proyectos requieren cosas como dinero, tiempo, visas, boletos aéreos. Es cierto, no los tenemos… aún. ¡Trabajen para conseguirlos! ¡Muévanse! No se rindan ante las circunstancias porque están fuera de su zona de comodidad. Recuerda. se trata de proyectos de FE, para los cuales confiamos en Dios, no en nuestros recursos, nuestras agendas o nuestras capacidades.

Tus jóvenes no aprenderán acerca de la confianza en Dios solo por medio de estudios bíblicos o sermones homiléticos. Ellos van a ver de cerca lo que es tener fe cuando tengan que reunir dinero para comprar un boleto aéreo y viajar a un lugar desconocido a fin de servir; cuando tengan que solicitar una visa contra todos los pronósticos; cuando tengan que vencer sus propios temores.

Esto no lo leí en un libro ni tampoco me lo contaron, sino que lo viví muchas veces con mi grupo de jóvenes. Son memorias que marcaron mi vida con lecciones espirituales. Me encantaría, pero este no es el momento para contarte dichas historias… ¡es el momento de que construyas tu propio álbum!

¡EN MARCHA!

En estos años de recorrido he visto que la mejor manera de conquistar los proyectos grandes es a través de victorias pequeñas. Ambas cosas son importantes, pero el orden de la progresión determinará que se trate de una experiencia positiva o no.

Piensa en grande, comienza en pequeño. ¿Qué proyectos de una tarde o un día podría realizar tu grupo en tu misma comunidad? Sé específico (lugar, fecha, hora, actividades). Esto te permitirá sumergirlos en el agua sin ahogarlos. Además, podrás observar sus reacciones y medir el compromiso de su participación. También es una oportunidad para que tú y el grupo se familiaricen con las implicaciones de liderar a equipos misionales.

Piensa en grande, avanza firme. ¿Qué proyectos de un fin de semana o varios días podría realizar tu grupo dentro de las fronteras de tu país? Como puedes imaginar, en esta etapa surgen otros detalles que contemplar, desde lo operativo (hospedaje, alimentación, transporte) hasta lo pastoral (relación entre los miembros, tiempos de oración).

Piensa en grande, actúa en grande. ¿Qué proyectos fuera de tu país podría tu grupo llevar a cabo durante una o varias semanas? ¿Cómo necesitas prepararlos y capacitarlos para que la misión sea exitosa?

¿Qué tal si tu grupo de jóvenes llegara a desarrollar la tradición de un proyecto misionero anual fuera del país o el continente? No lo olvides. ¡es una cuestión de fe!

Conozco a muchas personas que oran para que Dios los envíe a las naciones. ¡Qué buena oración! Sin embargo, qué poca visión. Dios ya nos envió a las naciones. ¡Te envió a la nación en la que vives! ¡Haz algo allí ahora! Y además te ha enviado no a una, sino a muchas naciones (quizás ahora no puedes quedarte allá, pero puedes ir y venir muchas veces dejando una huella para la eternidad). No seas como los que oran y no hacen nada ni aquí ni allá. ¡Sé un líder misional!

Para finalizar, menciona las tres lecciones más importantes que recordarás de este capítulo. ¿De qué maneras crees que estas ideas comenzarán a afectar tu liderazgo convirtiéndolo en uno más estratégico y audaz?

Extracto del libro “Estratégicos y Audaces”

Por Howard Andruejol

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