Continuemos.

Estas formas de preguntas se conocen desde la antigua cultura griega cuando Aristóteles identificó tres calidades de comunica­ción triunfadora. Enseñó que un buen orador debe tener ethos, pathos y logos. Ethos está relacionado a la palabra ético. Un orador no es eficaz si no es confiable. Pathos se refiere a una empatia o compren­sión del orador. Un orador fuerte puede ser elocuente, pero sin mostrar amor, no es nada. Y logos, la raíz de nuestra palabra lógica, se refiere al conocimiento que uno tenga acerca de un tema.

El ethos y pathos de la comunicación son visibles en su carácter. Los jóvenes nuevos sentirán esto acerca de usted y harán un juicio acerca de su confiabilidad e interés. Repito, por eso es importante que usted se pasee por el salón y salude a los jóvenes y converse con los visitantes. Estas conversaciones impresionarán su percepción de su ethos y pathos antes de comenzar su mensaje.

B. Ponga un título creativo a su mensaje.

Una vez contestadas las preguntas de confianza (ethos), interés (pathos) y conocimiento (logos), todavía tiene que contestar la pre­gunta: «¿Por qué debo escucharlo?» Un título creativo no manten­drá el interés de los jóvenes durante todo el mensaje, pero encende­rá su interés y capturará su atención inmediata.

Me gusta usar títulos de «cómo» para interesar a los jóvenes que consideran que la Palabra de Dios es un libro de historia inaplica­ble a sus vidas. Un sentido automático de aplicación se construye sobre un título de «cómo» porque comunica acción. Por ejemplo, si quiero preparar el camino para que los jóvenes piensen: «Hoy me enseñará de la Biblia cómo mejorar mis amistades.» Algunos ejem­plos creativos de títulos «cómo» son los siguientes:

  • «Cómo gritar sin chillar» (evangelización).
  • «Cómo ser atractivo sin ser guapo» (Gálatas 5: Fruto del Espíritu).
  • «Cómo encontrar el amor cuando te sientes como vomitado» (Jonás).
  • «Cómo realizar tu propia cirugía de corazón» (la dureza de corazón).
  • «Cómo hallar intimidad en un mundo atestado» (Mateo 9: Jesús cura a la mujer enferma con flujo de sangre).
  • Lee la SERIE DESAFÍOS PARA JÓVENES Y ADOLESCENTES. Encontrarás muchos desafíos y contenidos creativos!!

Emplee algún tiempo haciendo sus títulos creativos, interesan­tes y llamativos. La mayoría de los jóvenes está acostumbrada a ver títulos de mensajes como: «Oseas: Un ejemplo del amor de Dios.» Un título más llamativo sería «¿Querría Dios que usted se case con una prostituta?» Pregunte a sus jóvenes qué mensaje preferirían es­cuchar. (¡Tal vez también debiera hacer una encuesta entre los pa­dres para ver con qué títulos se meterá en más problemas!)

Digamos que está preparando un mensaje de lo que enseña la Biblia acerca del idioma explosivo y Santiago 2 es su texto. Lo po­dría titular: «Qué dice la Biblia acerca de tu lengua» o para que sea más creativo: «Cómo domesticar un dragón que eructa.» Este títu­lo es un poco vulgar, pero intrigante. Lo ayudará a captar la aten­ción de los jóvenes.

C. Desarrolle una introducción para capturar su interés.

Después que la creatividad del título pierda su efecto, atraiga a sus jóvenes al mensaje con una introducción que los haga querer es­cuchar. Quizá les cuente una historia de mi primer amor: «Era se­gundo grado. Su nombre era Margaret Montgomery. La estaba im­pulsando en los columpios cuando accidentalmente me golpeó y caí tendido en la arena. Empecé a llorar. Ella se rio de mí y rompió conmigo al día siguiente.» Medito acerca de las alegrías y los lamen­tos de un niño de ocho años y su primer amor. Esta ilustración hu­morística me ayuda a introducir un mensaje sobre: «Cómo encon­trar un amor que no te dejará.»

Cuando enseño a los jóvenes, regularmente en­seño temas. Por ejemplo, me pregunto: «¿Qué dice la Biblia acerca de las amistades?» Hago lo mismo respecto a temas tales como la tentación, familia, sexo, presión entre compañeros, la lengua, etcé­tera. En otros programas, para jóvenes con más profundidad espiri­tual, enseño libros de la Biblia en una serie de mensajes o pasajes en su contexto.

La enseñanza de temas ofrece buenas oportunidades para usar ilustraciones de la vida real. Cuente historias acerca de sus fracasos o luchas personales. Los jóvenes se relacionan con el fracaso. Tal au­tenticidad lo hará más accesible, ya que es más probable que los jó­venes se relacionen y confíen más en gente que ha fallado que en gente que parece ser perfecta.

D. Simplifique su mensaje.

Nadie negará que Jesús era un comunicador magistral. Hablaba en un idioma sencillo, contó historias y usó ilustraciones. Estudie la sencillez del estilo de enseñanza de Jesús y trate de imitarlo. Cuando enseñe a los jóvenes de la multitud, no trate de impresio­narlos con todo lo que usted sabe. Trate de impresionarlos con lo maravilloso que es Dios y cómo sus enseñanzas se pueden entender y aplicar en la actualidad. No caiga en la tentación de incluir en cada mensaje todo lo que sabe acerca de la doctrina, la vida cristiana y la teología. A través del año tendrá varias oportunidades para enseñar más.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Ministerio de Jóvenes con Propósito”

Por Doug Fields

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