Las subculturas y sus gustos musicales

Aparte de pensar en música, y asociarla al rock y todos sus derivados, no podemos negar que cuando pensamos en una subcultura, muchas veces—acertadamente o no—la relacionamos con un género musical que la identifica. Y aunque la subcultura elige algo más que su melodía, esta es un fuerte componente que la representa.

A modo de ayuda, para relacionar las preferencias musicales de algunas de las subculturas juveniles, confeccioné un cuadro comparativo. Antes quiero aclarar que los grupos de referencia son generales, ya que el tema es harto complejo (precisé la ayuda de bastante gente experta en temas musicales y fue muy costoso ponerse de acuerdo) y las opiniones del lector más conocedor pueden diferir de lo aquí volcado.

La complejidad se debe en parte a que, si bien un joven puede integrar una subcultura en particular, sus gustos personales pueden no coincidir exactamente con los de su grupo. Otra razón por la que este cuadro puede no contener información precisa es que intenta ser un esbozo resumido, se dan nombres de estilos bien definidos para los cuales el abanico debería abrirse mucho más y no es este el propósito del libro. Una última razón es que, al menos en la escena de música cristiana, no se consiguieron registros de ciertos estilos que recién están comenzando a desarrollarse; debido a que años atrás la iglesia era muy prejuiciosa con ellos, como es el caso de la música electrónica, la gótica y el hardcore, de los cuales tenemos poca información tanto a escala nacional como internacional.80

Hoy en día (y agradezco a Dios por esto, porque en mi época de adolescente no existía) tenemos un abanico de estilos para elegir dentro de la música cristiana. Música atractiva, producida con excelencia, que puede muy bien ubicarse dentro de las preferencias de las distintas subculturas juveniles. Actualmente hay grandes artistas de bandas cristianas u otros que son creyentes y ejercen influencia en bandas seculares de los más variados estilos: pop, rap, reggaetón, blues, rock pesado, electrónica, gospel contemporáneo, y una infinidad más.

Concluyo en que no debemos demonizar a los géneros musicales, sino tomarlos como un instrumento de Dios para acercarnos al corazón de aquellos que tienen ciertas preferencias. La Iglesia tiene que ser sabia en aprovechar la variedad para alcanzar a los que jamás se sentarían a escuchar música tradicional, porque les desagrada, y ofrecerles el mensaje más poderoso envuelto en la alternativa musical con la que se sienten más identificados.

* Estas tribus urbanas son de índole local o desarrollan características peculiares en la Argentina y por ende no hay referentes internacionales seculares, y en general recién están surgiendo algunos en el ámbito cristiano.

Extracto del libro Tribus Urbanas.

Por María J. Hooft.

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