Sostén

Dice la Biblia que debemos estimularnos mutuamente al amor y a las buenas obras. También nos exhorta a que llevemos unos las cargas de los otros, y a que nos identifiquemos con las alegrías y con las tristezas de los demás. Eso es fundamental en un grupo pequeño, ya que debe ser un lugar donde los jóvenes reciban estímulo, ánimo, comprensión y ayuda para continuar luchando por ser las personas que Dios desea que sean. El grupo debe proporcionarles ayuda para superar las presiones, tentaciones y hostilidades de un mundo no cristiano. El joven debe tener la certeza de que no se encuentra solo, sino que existe un grupo de gente que lo apoya, ayuda y sostiene siempre, que le proporcionará momentos de camaradería y compañerismo, y le proveerá el marco en el cual sentirse seguro y protegido.

Testimonio

El grupo puede convertirse en una increíble herramienta de evangelización en sí mismo. La vida del grupo y de las personas que lo componen da credibilidad al mensaje del evangelio. Al participar de las actividades del grupo, los jóvenes no cristianos pueden observar y experimentar por ellos mismos que Dios cambia y trasforma las vidas de las personas como ellos. Del mismo modo, el grupo debe motivar a cada uno de sus participantes a evangelizar a sus amigos y compañeros. Pueden plantearse metas y objetivos comunes, así como también organizar actividades evangelísticas en conjunto. Deben motivarse, animarse y sostenerse para llevar a cabo la tarea de dar a conocer a Cristo.

Oración

Cuando dos personas se aman, dialogan. La oración es un diálogo entre dos personas que se aman: Dios y nosotros. La oración en todas sus expresiones, confesión, acción de gracias, adoración, alabanza e intercesión, debe estar presente para nutrir constantemente la vida espiritual del grupo. El líder tiene que motivar y facilitar la oración individual y grupal, tanto en las reuniones como fuera de ellas. Todos los miembros deben ayudarse mutuamente en la tarea de desarrollar una profunda relación personal con el Señor. La intercesión por sus propias necesidades y por personas y necesidades ajenas al grupo ha de estar siempre presente. El líder ayudará a los miembros a ser conscientes del increíble poder que Dios ha puesto a su disposición (como individuos y como grupo) a través de la oración. Asimismo, debe estimular al grupo a que tenga un plan de intercesión.

Extracto del libro “Raíces”.

Por Félix Ortiz.

Lee Para Líderes – La Conducción del Grupo Pequeño 1

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