LA EXPERIENCIA CON LAS ESCRITURAS: PRIMERA PARTE

Piensa en la experiencia con las Escrituras como la columna vertebral de su tiempo juntos. Nada es más importante que darles a tus jóvenes un tiempo amplio para tener interacción directa con la Biblia. Herramientas como usar símbolos para marcar el quién, qué, cuándo, dónde, por qué y cómo en el pasaje, señalar las palabras y frases repetidas, y buscar cualquier promesa o mandamiento.

Debes recordar que el propósito de estas herramientas es ayudarte y ayudar a tus jóvenes a percibir con exactitud lo que las Escrituras dicen. Sin la observación exacta (Dios, muéstrame), notarás que el debate deriva mayormente hacia opiniones («Yo pienso …»), hacia información que los jóvenes han tomado de otras fuentes («Yo escuché que …»), e incluso hacia cosas inventadas (lo último que quieres escuchar en un estudio bíblico).

Las herramientas para el estudio inductivo, probadas a través del tiempo, han producido un gran impacto en los estudiantes de la Biblia de todas las edades. Pero como todas las cosas en el ministerio juvenil, las herramientas pueden ser ajustadas para que se adapten a tu grupo o ambiente en particular.

A. Hojas de las Escrituras: Cada joven necesitará una copia del libro de la Biblia o capítulo que el grupo estudiará. La mejor manera de asegurarse de que todos tengan la misma traducción (y mantener a algunos padres calmados cuando sus hijos vuelvan a casa con las Biblias marcadas) es darle a cada joven una copia de las Escrituras. Si tu grupo está estudiando un libro corto como el de Colosenses, puedes copiar todo el libro de un software bíblico o desde un sitio web como biblegateway.com y pegarlo en un documento de algún procesador de palabras. Si estás trabajando con un libro más grande, entrégales un capítulo semanal. Dales un formato a esas hojas de las Escrituras con un margen amplio y mucho espacio para marcar y hacer anotaciones. Entrégale a cada joven una carpeta para guardarlas. Cuando hayan terminado el estudio, tendrán su propio registro de cómo Dios les habló durante el estudio.

B. Elementos para buscar y marcar: Compra algunos lápices de colores, y ponlos a mano para cada sesión de estudio. Cada joven necesitará dos o tres colores para marcar cualquier palabra o hecho que les digas que busquen. Entonces, ¿qué deberías pedirles que buscaran? Ya que tú, el líder, le has dedicado tiempo al pasaje, tendrás algunas ideas. Si el capítulo se enfoca en Abraham, podrías hacer que buscaran y marcaran cada palabra de Abraham, localizando todo lo que dijo e hizo en el pasaje. Si se trata principalmente de un concepto, como la manera en que deberíamos usar nuestras lenguas (Santiago 3), podrías pedirles que dibujaran un par de labios en todas las palabras relacionadas con la boca, como: boca, lengua, alabar, y maldecir.

Si el pasaje está lleno de mandamientos y promesas, pídeles a los jóvenes que busquen y marquen primero los mandamientos (tal vez con un megáfono), y luego las promesas (tal vez con un arcoíris). No hace falta ser un genio para esto. Solo haz que los jóvenes busquen algunas de las cosas que les llamaron la atención y les ayudaron a desentrañar el pasaje. Si tu grupo está conformado por chicos muy lectores o por jóvenes un tanto más grandes, les puedes dar varios asuntos para buscar.

No temas que resulte intenso. Y no dudes en pedirles a los jóvenes que lean el pasaje más de una vez y busquen lo que pudieron haber pasado por alto. ¿Recuerdas la intensidad de las cartas de amor en el capítulo 6? Es difícil ir por la Palabra de Dios con intensidad en una sola pasada.

C. Soledad: Obviamente, leer con la intensidad con que se lee una carta de amor no constituye una actividad grupal. Durante el transcurso de cada sesión, dales a los jóvenes unos cuantos minutos para tener un pequeño retiro con Dios. Después de que les hayas dicho lo que deben buscar, pídeles que tomen sus copias de las Escrituras y lápices de colores y que busquen un lugar a solas con Dios. Si te reúnes en la iglesia o en una casa, eso podría consistir en dirigirse a un rincón, a un corredor, a una habitación vacía, o incluso sentarse debajo de un árbol afuera. Si estás trabajando en un lugar pequeño, estas opciones pueden no resultar tan prácticas; simplemente dales tiempo para experimentar las Escrituras por ellos mismos mientras se reúnen con el grupo.

Extracto del libro Cómo Enseñar la Biblia Con Creatividad

Por Barry Shafer

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