Corrige los falsos conceptos de las personas acerca del suicidio:

A. Cualquiera que trata de quitarse la vida, tiene que estar loco.

Rich Van Pelt : Pregunté en una reunión de un grupo de jóvenes: «¿Cuántos de ustedes alguna vez contempló el suicidio? Pudo ser solamente un pensamiento fugaz, o pudo ser algo que consideraron por un período de días o incluso semanas». Casi la mitad de ellos levantó su mano. Afortunadamente, representan a la mayoría de personas suicidas que logran ganar nuevamente el balance y escogen la vida.

Esto es para decir que la mitad de las personas en una habitación pudo haberse sentido triste, frustrada, sola y deprimida lo suficiente como para considerar la muerte, pero eso no las hace locas. La vasta mayoría de personas que comenten suicidio son personas ordinarias que no alcanzaron el éxito porque perdieron la esperanza. Pudieron ser más resistentes o aguantado un poco más, ¿quién sabe?

B. Los niños ricos se quitan la vida más a menudo porque están aburridos de la vida.

El suicido es verdaderamente un fenómeno democrático. Los ricos, los pobres, los blancos, los negros, los irlandeses, los noruegos, los hijos de Dios… se quitan la vida. Pero principalmente son los adultos los que lo hacen. El índice de suicidio para los jóvenes entre 10 y 14 años es menos de 2 en 100.000; para los de 15 a 19 años el índice se acerca a 8 muertes suicidas por cada 100.000; y los de 20 a 34 años se quitan la vida con un índice de casi 13 por cada 100.000. Los índices luego tienen un pico entre los siguientes dos grupos, cosa que es importante notar porque muchas de las personas en estos grupos de edad serían padres de adolescentes: cerca de 15 de cada 100.000, entre los de 35 y 44 años de edad, y 16 por cada 100.000, entre los de 45 a 54 años.

C. El suicidio tiene una herencia familiar.

Ninguna marca genética fue encontrada para indicar una predisposición hereditaria hacia el suicidio. En este sentido, existen patrones de familias con tendencias suicidas que incrementan la probabilidad de suicidio. Si un padre, hermano mayor, o alguien extremadamente cercano comete suicidio cuando los niños están pequeños, esos pequeños pueden crecer viendo el suicidio como una forma aceptable de lidiar con las cosas: después de todo, eso es lo que el abuelo hizo. El suicidio se coloca en la plataforma de «conducta aprendida» para ellos. Luego, pueden mostrarse más inclinados que sus compañeros a ver el suicidio como una táctica para arreglárselas. Pueden existir condiciones con tendencias suicidas en algunas comunidades y escuelas donde un puñado de suicidios dan la impresión de la normalidad.

D. Ella se quitó la vida en aquel tenebroso miércoles. El clima debió haberla deprimido.

Aunque eso pensaríamos, la realidad es que un alto porcentaje de suicidios se llevan a cabo más en la primavera que en el invierno, por ejemplo. Cuando el clima está tenebroso, muchas personas se deprimen; y a la desdicha le encanta la compañía. Pero cuando llega el clima agradable y el ánimo de la mayoría de personas está elevado, la desdicha de la gente que está deprimida se intensifica.

E. ¡Es mejor que me quede con ella esta noche! Es cuando la mayoría de los suicidios ocurren.

De hecho, la mayoría de suicidios de adolescentes ocurre después de la escuela, entre las tres y las seis de la tarde en punto.

F. Había algo romántico acerca de sus suicidios. Ambos se amaban tanto; querían morir juntos.

Cualquiera que haya estado en la escena de un suicidio, sabe que no hay nada de romántico o bello en eso.

Rich Van Pelt: Al final de una presentación de prevención de suicidio, un líder juvenil se me acercó, sollozando. Él me explicó que era dueño de una compañía de limpieza de alfombras y que recientemente había sido llamado por la policía para limpiar el sótano de una casa donde un joven de diecisiete años se disparó en la cabeza. La policía le dijo al director del funeral que había tomado solamente «las piezas grandes». Era espantoso. Él detestaba pensar acerca de los padres del muchacho viendo el desastre que antes había sido su hijo. El suicidio en la vida real significa que estás muerto, punto. Luego, la gente tiene que limpiar tu desastre. No hay nada de romántico en eso.

G. No había pistas. Ella no dejó una nota. No pudo ser un suicidio.

A lo sumo, uno de cada cuatro suicidas deja una nota. Cuando los suicidios se incrementaron en Estados Unidos, los departamentos de policía y los investigadores comenzaron a conducir «autopsias psicológicas» para reconstruir los patrones relacionales y las interacciones de las personas suicidas. Sus hallazgos demostraron concluyentemente que la mayoría de suicidios eran precedidos por pistas verbales o conductuales. Desafortunadamente, aquellas pistas fueron a menudo no identificadas hasta después de la muerte.

H. ¡El suicidio es el pecado imperdonable! Ella nunca será perdonada.

No hay nada en la Biblia que represente al suicidio como el pecado que Dios no desee o no pueda perdonar. Algunas tradiciones cristianas tienen problemas con esta posición, pero con el debido respeto, su posición tiende a sentirse como una preocupación «de un solo problema» fundada en fuentes extrabíblicas. Ciertamente, nosotros no le damos la bienvenida a la noticia de cualquier suicidio, pero afirmamos la bondad de Dios que, aun cuando somos infieles, él permanece fiel. Tomar la decisión de quitar la vida (ya sea la propia o la de alguien más) es pecado. Pero la gracia de Dios cubre multitud de pecados, y el suicidio es uno de ellos.

Enseña las perspectivas y habilidades que avivan la resistencia en los adolescentes. Sin ningún orden particular, los jóvenes resistentes aprenden:

  • A no culparse a sí mismos por las decisiones de los demás.
  • A adaptarse al cambio y a recuperarse de las decepciones.
  • Que cada condición, agradable o no, es temporal.
  • A perseverar en la dificultad o el dolor.
  • A enriquecer su vocabulario emocional.
  • Habilidades de negociación.
  • A ser empáticos.
  • A ser adaptables.
  • A reírse de su propia humanidad.
  • A correr riesgos apropiadamente esperando la recompensa apropiada.
  • A ser flexibles.

Las oportunidades de enseñar estas lecciones abundan en el contexto de viajes, proyectos de servicio, campamentos, dramas, aprendizaje en grupos pequeños, y proyectos misioneros.

Extracto del libro Cómo Ayudar a Jóvenes en Crisis.

Por Jim Hancock y Rich Van Pelt

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