Este perfil de los exiliados se basa en la investigación, sin embargo, ¿quiénes son estos jóvenes al desnudo? Una veinteañera vino hasta mí después y dijo que la categoría exiliada la reaseguraba con respecto a su hermano. «¿De verdad? ¿Qué hace él?», pregunté. «Es un artista, un escritor. Y ha querido que nuestra iglesia haga las cosas de una manera diferente. Creo que está molestando a varias personas. Lo que usted dijo acerca de la iglesia que no entiende su llamado en el mundo y las personas cuestionando sus motivos… se parece a lo que ocurre con mi hermano. Él en verdad ama a la iglesia, pero a nadie parece importarle saber qué lo motiva».

He­mos aprendido que la mayoría de los exiliados sienten una gran tensión entre su trabajo, usualmente en las principales esferas de la sociedad (como las artes, los medios de comunicación, la ciencia, la moda, la ley y demás), y su fe. En una gran medida, ellos no se sien­ten equipados o apoyados por la comunidad cristiana para seguir a Cristo en estos esfuerzos. Con esto en mente, lea las siguientes des­cripciones de algunos jóvenes exilados que he encontrado durante los años pasados.

EXILIADOS EN HOLLYWOOD

Justin asistía al Programa de Producción Peter Stark en la escuela de cine de la Universidad del Sur de California. Él es uno de los pocos evangélicos que completó este prestigioso programa. Su papá es un líder principal de una de las megaiglesias más grandes. Desde que Justin se graduó, sus padres —aunque lo apoyan con entusias­mo en su llamado— han luchado con muchos de sus amigos para «justificar» sus películas, las cuales poseen un lenguaje y un conte­nido que parecen extraños a su trasfondo cristiano. Su madre dice: «Creo que está enfrentándose a la cultura para poder influenciarla. Me gustaría que la iglesia comprendiera que nuestros hijos son lla­mados a campos misioneros que no están ubicados en una manera global, pero que pueden ser más culturalmente impactantes que los campos misioneros que en la actualidad reconocemos. Desearía que las familias como nosotros fuéramos mejor entendidas, apoyadas y motivadas por la comunidad de la iglesia». La versión de Justin es que, para poder influenciar al mundo del entretenimiento, él tiene que aprender a hacer grandes películas. «Una película no es cristiana solo porque haya introducido el mensaje del evangelio en ella de alguna manera. Una película puede presentar a Cristo cuando retrata honestamente la condición humana y nos invita a experimentar algo de la redención que todos necesitamos».

EXILIADOS EN LA CIENCIA

Kathryn tiene un doctorado en biología celular computarizada (no se sientan mal, yo tampoco sé qué es eso). Ella está activamente involucrada tanto en la comunidad científica como en su iglesia. Se lamenta: «Muchas personas con las que hablo piensan que es impo­sible conciliar el modo de pensar científico (especialmente la biolo­gía evolutiva) y la fe cristiana tradicional. Los científicos tienden a burlarse de la fe como anti-intelectual, mientras que los cristianos tienden a rechazar las conclusiones científicas si no encajan con su punto de vista del mundo. ¡Esto no debería ser! Los cristianos, de todas las naciones, deberían perseguir la verdad y motivar esta bús­queda». Kathryn se muestra apasionada acerca de retar a la iglesia a lidiar con la ciencia, pero no todos en la comunidad cristiana están convencidos que ella avance en la dirección correcta.

EXILIADOS EN LA MÚSICA

Hace unos años hablé ante una habitación llena de jóvenes cristia­nos músicos y artistas. La reunión fue organizada por mi amigo Charlie Peacock en la Casa del Arte, una bella y renovada anti­gua iglesia en Nashville donde Charlie y su esposa, Andi, les ofre­cen hospitalidad y educación a los jóvenes artistas. Después de nuestra conversación tuve la oportunidad de conocer a algunos músicos. Una de ellos me dijo que había sido presionada por las personas de la iglesia a no autorizar que presentaran su música a un programa televisivo porque «el mensaje se perdería». Ella señaló: «Esto parece muy retrógrado. Quiero decir, ¿no es más probable que el mensaje sea “encontrado” si las personas pueden de hecho escucharlo?». Uno de los denominadores comunes entre los jóvenes músicos que he conocido es que ellos quieren que su arte hable por sí mismo, sin tener que autollamarse un «grupo cristiano» o un «músico cristiano».

EXILIADOS EN SALA DE PRENSA

Eugene es un periodista en Phoenix. Él no es ningún don nadie, sino que varios de sus trabajos han aparecido en algunos periódicos na­cionales como Newsweek y USA Today. Lo conocí en una conferencia y me confesó que mi descripción de los exiliados reflejaba su reto. «En la sala de prensa estoy constantemente tratando de ayudar a mis editores a que cuenten historias correctas acerca de la religión y las comunidades de fe. Así que este es un lugar difícil para ser escuchado. Sin embargo, también me golpean por el otro lado, pues hay cristia­nos que no entienden por qué yo querría trabajar aquí o en algún otro medio de comunicación. ¡Porque es en lo que yo soy bueno! Fue muy difícil encontrar una iglesia donde pudiera aprender acerca de cómo ser un buen cristiano en medio de toda esta tensión».

EXILIADOS EN LO MILITAR

Conocí a un capellán militar de los Estados Unidos unos años atrás en la base de la fuerza aérea en Washington, D. C. Gary describió el privilegio increíble de ser un guía espiritual para hombres y mujeres en las fuerzas armadas. «Requirió una cooperación sin compromi­so, lo cual es diferente a la mayoría de los escenarios ministeriales». Según él describió, los capellanes requieren liderar la adoración para varias tradiciones religiosas. Ellos deben entender y apreciar las cul­turas católica, protestante, judía, budista y musulmana, y cooperar con los seguidores de estos tipos de fe sin comprometer sus propias convicciones. «La capellanía es un ámbito donde regularmente debe­mos navegar a través de una tensión jerárquica cultural de maneras que no experimentan la mayoría de los trabajadores religiosos».

EXILIADOS EN LA UNIVERSIDAD

Michelle y Paul son líderes veteranos y creyentes fuertes. Filos viven en Canadá, un ambiente que está luchando al menos igual que los Es­tados Unidos con los cambios culturales del acceso, la alienación y la autoridad. Michelle me mencionó la última vez que estuvimos juntos que su hija mayor está asistiendo a una universidad pública en Vancouver. «Yo sé que la criamos bien, pero Vancouver y la universidad son lugares difíciles para mantener la fe cristiana. Oramos por ella y conversamos con regularidad, y le está yendo bien. Sin embargo, siempre nos preguntamos cómo podrá perseverar en su fe. Y debido a que tenemos mucha confianza en ella, nos preguntamos cómo su desarrollo va a aumentar nuestra fe una vez que ella haya terminado».

EXILIADOS EN EL MINISTERIO

Jay Bakker es el hijo de los tele evangelizadores Jim y Tammy Faye Bakker, antiguos presentadores de Praise The Lord Club (Club de ado­ración al Señor) o PTL, un programa televisivo religioso de entre­vistas. El papá de Jay se vio envuelto en un escándalo sexual y fue a prisión después de revelarse un fraude en el ministerio. Luego de la caída familiar, Jay se alejó de la iglesia y se involucró en el abuso de sustancias, sin embargo, con el tiempo encontró su camino de vuelta a Cristo. Él fundó una iglesia llamada Revolución «para aquellos que se sienten rechazos por los enfoques tradicionales del cristianismo (…) a fin de mostrarles a todas las personas el amor incondicional y la gracia de Jesús sin ninguna reserva debido a sus estilos de vida o trasfondos, pasados o futuros». Su muy pública defensa del matrimo­nio homosexual le ha ganado pocos amigos en el ámbito cristiano.

EXILIADOS:

  • Rechazan la cultura cristiana para buscar una fe en Cristo más profunda
  • Se sienten atrapados entre la seguridad de una subcultura cristiana y la realidad de la sociedad del día de hoy.
  • Luchan por ver cómo la fe se conecta a su llamado o su interés profesional.
  • Ven lo mejor de la cultura y desean redimirla y renovarla, experimentando muchas veces lo peor en la iglesia.

Términos que podrían describir a estos individuos:

  • Exiliados
  • Creativos
  • Culturalmente comprometidos
  • Reformadores

Extracto del libro Me Perdieron

Por David Kinnaman

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